jueves, 24 de noviembre de 2011

Aguilar Camín: Peña Nieto: el proyecto y los aliados



No son los libros, sino los políticos los que hacen la política. Y no son los proyectos los que definen el futuro de un país, sino los hechos de cada día.
Todo el que quiera un 2012 con debate de ideas y programas no puede sino dar la bienvenida al libro que resume el proyecto político de Enrique Peña Nieto: México, la gran esperanza. Un Estado Eficaz para una democracia de resultados.
No es un prontuario, ni una plataforma de postulados ni un folleto, sino un libro, un texto amplio, ordenado, con datos, diagnósticos, propuestas que se pueden pensar, comparar, releer y, mañana, exigir. Ojalá tuviéramos algo equivalente de todos los candidatos.
El libro emite una señal clara de propósitos para el futuro. La política del día con día emite señales menos claras.
El corazón de este proyecto es una reforma fiscal profunda que pague ambiciosos proyectos de políticas públicas en infraestructura, educación, seguridad social universal.
Esa reforma fiscal es políticamente imposible sin lo que el propio libro llama “la moral de pago y la confianza de los contribuyentes” (p. 172).
La moral de pago y la confianza del contribuyente sólo pueden ganarse con transparencia y rendición de cuentas, como el mismo libro apunta. Pero el escándalo público que rodea hoy al PRI es precisamente por falta de rendición de cuentas en deudas contraídas por visibles políticos priistas.
Esas deudas inexplicadas tienen más elocuencia en el día a día que la promesa de rendición de cuentas ofrecida en el libro.
Algo semejante puede decirse de las alianzas electorales recientes del PRI. ¿Puede imaginarse una reforma educativa como la aquí propuesta de la mano de Nueva Alianza, el partido político del sindicato magisterial y de su dirigente? Los dueños de Nueva Alianza han sido hasta ahora más parte del problema que de la solución en el reto educativo de México.
¿Puede esperarse algo en materia de desarrollo sustentable, noción también importante de este libro, de la mano de un Partido Verde del que no sabemos sino escándalos privados y campañas públicas a favor de la pena de muerte?
Cierto, este no es el proyecto del presidente del PRI ni de los partidos aliados, sino del candidato presidencial Enrique Peña Nieto. Pero ya que está en la mesa el proyecto, ya que puede leerse, estudiarse, discutirse, conviene que Peña Nieto convoque a aliados, seguidores y operadores a definirse frente a él, para que lo asuman o lo nieguen, y actúen en consecuencia.
Muchos podrían votar por este proyecto. Muy pocos por esos aliados.

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