Es el plazo fatal, 18 de noviembre, lo que explica la decisión de hacer ya la consulta abierta de preferencias electorales entre Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador.
Por eso, contra todo pronóstico, el jefe de Gobierno del DF no tuvo más remedio que jugársela, confiado en que los siete puntos que le aventaja su ex carnal podrán ser superados por los indecisos.
Este viernes, prometió ayer, se conocerán los resultados y todo indica que ya cuenta con indicios “firmes” que le favorecen, obtenidos por la empresa Nodo, escogida por él.
López Obrador prefirió el sondeo de Covarrubias (la misma que empleó en 2006).
En las semanas recientes ha sido Ebrard, no López Obrador, quien más ha figurado en los medios y creado la expectación que hay en el proceso de selección.
Ambos han jurado y perjurado que respetarán los resultados, y los tres partidos de ideología desdibujada se comprometieron también a respaldar al triunfador.
De ganar AMLO, la “izquierda” partidista volverá a ser derrotada, pero si su candidato es Ebrard, al menos tendrá un buen nivel de competencia.
Lo mismos en http://impreso.milenio.com/node/9058963
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