La anterior encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica (GCE), difundida el 25 de octubre, fue una inyección de ánimo para Ernesto Cordero. Por fin había logrado repuntar, crecer. Pasó de 15 a 20 puntos en las preferencias de los panistas y se puso a seis de distancia del segundo lugar, Santiago Creel. Los números le sonreían por primera vez.
Pero… parece que fue flor de un día. La nueva encuesta del GCE (telefónica, nacional, mil 500 entrevistas) debe ser un mazazo en la cabeza de Cordero. La tendencia al alza no sólo se evapora, sino que en estos 15 días pierde seis puntos, una barbaridad a estas alturas. Y lo peor es que cinco de esos seis puntos van derechito a la cuenta de la puntera Josefina Vázquez Mota.
El cuadro comparativo es desolador (porcentajes, números redondeados):
¿Qué pasó, qué hizo mal? Tal vez fue una pésima idea ponerse a pelear con Enrique Peña Nieto. Lo cierto es que a 40 días de que inicien las precampañas, Cordero está 35 puntos debajo de Josefina (hace un mes estaba a 36). Con esas cifras no puede ganar, es imposible que gane, así se repita ad nauseam que la única encuesta que cuenta es la votación de los militantes y adherentes del PAN.
Difícil creer, asimismo, que con una ventaja de ese tamaño, el PAN congelará hasta febrero la candidatura de Josefina. Sería música para los oídos de Peña Nieto y quien gane las encuestas de “las izquierdas”.
Música para los oídos.
Lo mismo en http://impreso.milenio.com/node/9058981
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