miércoles, 9 de noviembre de 2011

FORISTA INVITADO TECUIXPO







Estimado FP, abusando de tu generosidad, te pido que sí es posible incluyas también como colaboración esta respuesta que da mi madre a nuestra compañera Tancredi; de ser posible mañana miércoles 9 de noviembre. Recibe mi agradecimiento y un afectuoso saludo. TECUIXPO
 



PETICIÓN DE TANCREDI
Mi estimado Galo, además de coincidir en que la congruencia de AMLO está fuera de dudas, quisiera ver si fuera posible que tu señora madre me diera su valiosa opinión sobre dos libros que leí y de los cuales me interesaría conocer su opinión. 

El primero lo compré hace muchos años en Saltillo, y es de una histoiadora de ese terruño que se llama Adela Irigoyen, el libro es "El ocaso del quinto sol". En él, la señora Irigoyen plantea una hipótesis que me pareció acertada, en el sentido de que cuando llegaron los conquistadores acabaron con todos aquellos aztecas que pudieran representar un peligro, por lo que asesinaron a los más fuertes, a los más inteligentes, a los más rebeldes, etc. Dejaron a los dóciles, a los que se sometieron fácilmente, a los que se aprestaron a tomar la doctrina cristiana y a servir de esclavos a los comendadores. De ahí, dice la autora, que nuestros actuales indios sean no muy listos, no muy altos, no muy rebeldes e independientes. 

¿Qué piensa tu mamá de eso?

El segundo libro es de uno de mis autores españoles favoritos: Alfonso Mateo Sagasta. Autor de "Ladrones de tinta" y "El gabinete de las maravillas", que leí con verdadero deleite. Pero acaba de publicar un libro que se llama "Caminarás con el sol", que narra las peripecias de Gonzalo Guerrero, considerado el primer español que llegó a tierras mexicanas, gracias a la tormenta que los hizo encallar en las costas del sureste.

Ojalá que a tu mamá le interese darme su opinión.

Un saludo con mucho afecto.     
 
RESPUESTA DE MA ANGELES CARRANZA
 
No he leido nada de la autora que usted menciona, pero respecto a los aztecas o mexicas, aún en el siglo XIX Madame Calderón de la Barca, esposa del primer embajador de España en México-independiente, se refiere en su libro a la belleza de las mujeres mexicanas, y lo apuesto de sus hombres de extracción indígena. Sin embargo, hay que señalar que para los pueblos de gran parte de América el mestizaje era fundamental.
 
Y precisamente los mexicanos (aztecas) practicaron el mestizaje en toda su peregrinación, quedándose varios años en las poblaciones que encontraban a su paso, mezclándose con su gente y dejando además parte de su pueblo, y seguían adelante. Por lo tanto, hay genes mexicas en todo el territorio nacional. Cuando encontraron la señal de su asiento definitivo, se siguieron mezclando con los culhuacanos, tepanecas y otras naciones; sin olvidar que llegaron hasta Nicaragua ( que quiere decir hasta aquí los nahuas ). El mestizaje significaba para varias naciones de América tener más herencias, y por ello ser más rico físico y mentalmente. Sin duda sabían más de genética que los racistas europeos.
 
Tocando el punto de que mataron a los más inteligentes, a los más fuertes y más rebeldes, pienso que sin que pudieran escogerlos, murieron muchos nobles y guerreros en la masacre del Templo Mayor, y después cuando los nobles mexicanos quedaron prisioneros en el palacio de Axayacatl y los masacraron los hispanos. Estos criminales españoles fueron atacados, sitiados y vencidos por los ejércitos de Cuitláhuac. Después de morir él y parte de su ejército de aquella terrible epidemia; pasó más de un año cuando los mexicanos fueron atacados por los españoles con más refuerzos de barcos que les llegaron, y los ejércitos del traidor Ixtlixúchil, que pertenecía a la nación Acolhua, y otros como los tlaxcaltecas, con ejércitos nativos muy superiores a los de Cuahutémoc. La masacre fue terrible por venir fuertemente preparados con armas destructivas. Con cañones y bergantines desde el lago derribaban las casas e iban quemándolas con mujeres, ancianos y niños adentro, y no porque los hubieran seleccionado antes.
 
Respecto a que dejaron a los dóciles, a los que se sometieron fácilmente, a los que se aprestaron a tomar la doctrina cristiana y servir de esclavos a los comendadores, simplemente es una inducción para poder decirnos sin que parezca insulto, que los mexicanos, que tenemos fuertes raíces indígenas, somos tontos, de estatura muy baja, serviles y dependientes, porque los apuestos e inteligentes ya murieron. Pienso que no tienen ni la más remota idea de lo que era un mexicano antes de llegar los europeos ni aun en la actualidad. En nosotros los mexicanos, sea cual sea nuestra procedencia étnica y a pesar de habernos arrancado nuestra cultura original y habernos explotado en forma criminal, existe aún una gran inteligencia y nuestra cultura no ha muerto. A pesar de esta situación angustiosa nuestro país tiene grandes valores, nuestro pueblo nativo es nuestra riqueza, tanto material como moral, pues ha conservado su dignidad y fortaleza, y por eso somos aún un país que se dice soberano.
 
La población actual mexicana es mestiza; de otomies, mayas, chontales, totonacas, mayos, tarahumaras, huicholes, etc, y todos los derivados de los nahuatlacas como toltecas, tlahuicas, mexicas, xochimilcas, chalcas, tlaxcaltecas, tepanecas, etc. Y del lado hispano, para nombrar los primeros: iberos, que llegaron de las montañas de Atlaspor el estrecho de Gibraltar y que eran morenos, pequeños, delgados, de ojos vivos oscuros y temperamento fuerte. Los celtas, que eran rubios, de facciones bruscas, crueles y duchos en el manejo de las armas. Llegaron los fenicios, después los griegos, los cartaguineses; los judíos; los romanos; los visigodos; los árabes, que los sometieron por más de 8 siglos. De manera que a todas nuestras ascendencias debemos sumar estas otras; que distaban mucho de ser unas bellezas.
 
Me gustaría responder que es tal la distorsión y falsedad que se ha hecho de nuestra historia; y las toneladas de libros oficiales o no, que se han escrito para destruirnos como mexicanos; sumados a unos gobiernos de personas totalmente ajenas a nuestra esencia e identidad, que son moralmente extranjeras en nuestra patria, aún cuando juran respetar nuestra Constitución; lo único que hacen es levantar su botín, mandarlo al extranjero y ser unos parásitos más de esa elite gansteril que domina el mundo.
 
La savia de nuestras raíces autóctonas, su sentido común, su fortaleza, sabiduría y su dignidad es la esperanza de la grandeza que nos puede salvar en este mundo desquiciado; rescatarnos del medioevo en que nos han sumergido otra vez, cómo estábamos hace quinientos años.
 
8 Nov.2011-            Ángeles carranza.

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