El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo puso los puntos sobre las íes. No se anda con medias tintas. En el Informe sobre Desarrollo Humano de 2011 establece con toda claridad que no puede haber un mejor futuro para todos si no se vinculan sustentabilidad y equidad. En primer lugar, el citado informe establece que una visión de desarrollo humano requiere de esta doble perspectiva. Que sin ella es imposible ampliar libertades, mejorar la calidad de vida y consolidar la gobernabilidad democrática. Pone en jaque además (y esto es uno de sus aspectos más relevantes) a las políticas conservadoras, tan en boga hoy en México, que han significado un retroceso en el ejercicio de los derechos de las mujeres, sobre todo el derecho a decidir. Veamos. Mientras en México se da un paso atrás y se criminaliza a las mujeres por interrumpir un embarazo, el informe del PNUD establece con toda claridad que la falta de salud reproductiva es un factor de importancia en la desigualdad de género, que la frecuencia del uso de anticonceptivos (incluida la píldora del día siguiente), la reproducción elegida (es decir el derecho de las mujeres a definir el número y el espaciamiento de sus hijos y de recurrir al aborto porque no hay otra alternativa) y la participación en la toma de decisiones son fundamentales no sólo para avanzar en una equidad de género, sino, en el mediano plazo, para una mayor sustentabilidad ambiental. La conclusión es contundente: el empoderamiento de la mujer, el ejercicio pleno de sus derechos, no sólo importa para el género femenino, sino que también tiene consecuencias muy importantes para la puesta en marcha de políticas públicas favorables al medio ambiente. Los datos del informe son contundentes: de acuerdo con un estudio reciente realizado en 34 países desarrollados y en desarrollo que abarcan 61% de la población mundial se determinó que la reducción del crecimiento demográfico a la mitad contribuiría “a la reducción de entre 16 y 29% de las emisiones de dióxido de carbono requeridas en 2050 y entre 37 y 41% hacia el final del siglo”. Es decir, el control de la natalidad, el ejercicio pleno de los derechos reproductivos de las mujeres, tendría un impacto positivo y de contención del cambio climático.
Otro estudio citado en el informe concluyó que fortalecer las políticas públicas de planificación familiar evitaría 53 millones de embarazos no deseados al año y, un agregado, reduciría las emisiones de carbono en una proporción de 17% del total actual anual para el año 2050. Es decir, la posibilidad de que las mujeres accedan a métodos anticonceptivos, tengan información para prevenir embarazos no deseados y puedan decidir libremente sobre su maternidad tiene efectos extraordinariamente positivos, no sólo porque permite su empoderamiento, sino porque se traduce además en compensaciones ambientales. Así de fácil. El informe va más allá. Señala que la participación de las mujeres en la toma de decisiones es fundamental para impulsar esta doble visión de sustentabilidad y equidad. Los estudios señalan que las mujeres se preocupan más por el medio ambiente y apoyan con mayor eficacia y convicción las políticas públicas y acciones legislativas vinculadas a éste. Una vez más los datos duros: los países con más mujeres en el parlamento están más dispuestos a crear zonas protegidas y son más propensos a ratificar los tratados internacionales medioambientales. Por ejemplo, 10 de los 14 países con un Índice de Desarrollo Humano Alto que disminuyeron sus emisiones de dióxido de carbono entre 1990 y 2007 tenían una representación femenina en el ámbito legislativo superior al promedio mundial. Golpe seco a quienes en México se han encargado de frenar la participación femenina, de limitarla (sólo 4% de las presidencias municipales están ocupadas por mujeres a pesar de que empíricamente se ha demostrado que la gestión ambiental local mejora con su presencia), y sobre todo de retroceder en su derecho a decidir sobre su maternidad. Vaya paradoja. Los obtusos, los que abogan por una visión oscurantista, atentan también contra la madre tierra. Ni más ni menos. Lo dice el PNUD.
Ser… o neceser
Crónica de un resultado anunciado. Claro, de la encuesta. Seguramente el gallito ni siquiera se va a
despeinar.
Ser… o neceser
Crónica de un resultado anunciado. Claro, de la encuesta. Seguramente el gallito ni siquiera se va a
despeinar.
Lo mismo en http://impreso.milenio.com/node/9056600
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