lunes, 21 de noviembre de 2011

Primera semana de dichos y hechos Carlos Marín



La comparecencia de Andrés Manuel López Obrador en Televisa, con Joaquín López-Dóriga, provocó escozor en lambiscones ávidos de poder que, a falta de merecimientos, le lamían los pies y celebraban cuanta puntada se aventaba y hoy no aceptan su amorosa nueva estrategia.
Más papistas que el Papa, tomaron en serio sus baladronadas después de que se reveló incapaz de asumir la derrota por el triste 0.56 por ciento frente a Felipe Calderón.
Otra polémica se generó la mañana de su aparición con Joaquín, con su desatinada táctica de usar patiñospara poder figurar en millones de spots de los tiempos oficiales.
Antier sábado, ante el rechazo a la maniobra por parte de Jesús Zambrano, dirigente nacional del PRD, y de que Alberto Anaya, del PT, aclarara que no jugará de sparring, AMLO declaró en Durango:
“Me llamó la atención que malinterpretaron lo que expresé. Dije que, en el caso de que se resolviera, podrían inscribirse los presidentes de los partidos, pero en forma transparente y explicando por qué; es decir, la falta de equidad. Porque la ley electoral está mal hecha, por decir lo menos…”.
Fue con Carmen Aristegui donde se anticiparon los dos hechos relevantes de su primera semana como seguro precandidato único del amasijo de la izquierda partidista.
La periodista le planteó:
—Vas a estar en el Canal 2 esta noche. ¿Qué significa precisamente, una vez que tú has dicho una y otra vez que te han cerrado los espacios, que no te han dado cabida, que es parte de la mafia que gobierna el país? (...). Anunció Joaquín López-Dóriga que estarías esta noche y tú lo confirmas después de haber hablado de la mafia del poder, después de haber hablado de Carlos Salinas de Gortari y Televisa; después de haber dicho que Peña Nieto es el candidato de la mafia del poder; después de haber dicho que hay un cerco informativo de los medios de comunicación…
—Sí, me invitan y voy a asistir —le respondió.
—¿Y luego? —inquirió ella.
—Y ahí vamos a hablar.
—¿De estos temas?
—Vamos a ver cómo se presenta la entrevista. Yo quisiera que no fuese de confrontación. Que pudiésemos hablar de manera sensata, sin aspavientos, sin rupturas (…). Tengo que aceptar la invitación de Televisa porque debo de cumplir con mi responsabilidad como aspirante, y es indudable que se necesitan medios de comunicación…
Y sobre la fabricación de “adversarios”, también con Aristegui dijo:
—Vamos a acatar lo que establece la legislación electoral vigente (…). No se le puede impedir a nadie que participe (…). A mí no me gustaría que fingiéramos, que simuláramos para tener el espacio (…). Lo que sí pueden hacer los dirigentes de los partidos es analizar esto bien, y sin simulación decir ‘no es justo’…
—¿Y como qué se podría hacer? —le preguntó Aristegui.
—Abiertamente.
—Por ejemplo…
—Pues que se inscriban los tres presidentes de los tres partidos.
—Pero eso es una simulación porque se entendería que no están participando de veras.
—No. Pero aclarándolo…
(¿?)

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