1. La elección de 2012 será la primera en el país donde internet, los teléfonos “inteligentes” y las redes sociales tendrán un papel relevante, si no por su alcance en números absolutos, sí como el lugar donde se iniciarán debates y nacerán agendas. La novedad de la herramienta permitirá también a algunos vivales hacer millones de pesos engañando candidatos, cobrando millones para crear falsos usuarios que repitan elogios desmesurados. Ya han sido engañados así un par de gobernadores.
2. La irrupción de las redes sociales coincidirá con la ampliación del ancho de banda y la velocidad a la que nos comunicamos. Telmex, el principal proveedor de internet ha comenzado —y acelerará el próximo año— el proceso de instalación de fibra óptica hasta el hogar. Sus competidores como Axtel, TotalPlay y las cableras andan en lo mismo. La explosión en ancho de banda tendrá también un correspondiente en lo móvil con Nextel y, tal vez, la primera red verdaderamente 4G (tecnología LTE). Esta muy posible explosión de velocidad y de conectividad coincidirá con nuevos contenidos construidos especialmente para la red y con otros que ya están ahí y no encontraban la infraestructura adecuada como www.milenio.tv.
3. Los medios electrónicos tradicionales enfrentarán su primera elección presidencial sin dinero de por medio, sin transacción abierta y legal en la que un partido, una campaña, compraba anuncios y con eso, acceso. Un enigma cómo actuarán los partidos y cómo actuarán los medios electrónicos. Más aún en el escenario del partido en el gobierno abajo en las encuestas, y por mucho. El reciente fallo anulando la elección de Morelia comprueba que las autoridades electorales están dispuestas a utilizar los nuevos instrumentos que la reforma a la ley les concedió. Falta ver si el IFE también se atreverá a revisar cuentas de banco de medios de comunicación, algo bastante más delicado.
4. Será el 2012 un buen año para los diarios impresos en lo económico, aunque sea por un fenómeno temporal. Limitado su actuar en los electrónicos, los partidos acudirán a los diarios y sus páginas en la web para meter anuncios que requieran velocidad de impacto. La ley y las negociaciones entre el IFE y concesionarios convirtieron al proceso de entrega y transmisión de spots en uno lentísimo para lo que se necesita hoy en día. Serán la web y los diarios los beneficiarios. Ya se verá si este oxígeno temporal es aprovechado por los periódicos tradicionales para impulsar su transformación digital.
5. Cofetel ha terminado la consulta y los primeros resultados dicen, de manera abrumadora, que urge licitar una nueva cadena nacional de televisión. Hasta dos cadenas, dicen algunos. Nadie imagina hoy que en pleno año electoral el gobierno comience el proceso, aunque algunas voces dentro de la secretaría y en Los Pinos insisten que se comenzará. La licitación tendría que tener como previa la decisión de si por fin se cambiará o no el título de concesión de Teléfonos de México para poder entrar al negocio de la televisión. La autoridad tendrá que resolver también si jugadores regionales podrán competir por esas nuevas cadenas y si se permitirá que, por ejemplo, concesionarias de radio, podrán entrar a la licitación. En fin, suena demasiado complicado para el año electoral, pero hay quienes insisten en que el Presidente quiere hacerlo en su último año.
6. En lo político, a mediados de año se habrá solventado el que para mi hoy es el enigma del cual depende la elección de julio y es ¿cuántos votos vale López Obrador? Ha hecho campaña por todo el país durante cinco años y medio, ha construido una organización que es, en realidad, un misterio si funcionará o no. Su designación le permitió un salto cualitativo en algunas encuestas y ahora habrá que ver si aquello de sus “negativos” es tan sólido como se ha venido diciendo. De los números de AMLO depende si estaremos en una elección a tercios o una disputa entre dos, con un tercero mirando a lo lejos.
7. El presidente Calderón y el panismo parecen hacer un cálculo en varias dimensiones. Todo indica que la economía andará por buenos caminos el próximo año, lo cual es, generalmente, gran ayuda en elecciones. Los números de los últimos tres meses del año —aunque preliminares— parecen mostrar que la violencia ha dejado de crecer. Estabilizada en niveles de horror no sirve de mucho, pero un descenso del tamaño que fuera en el primer semestre podría servir al candidato del blanquiazul, siempre y cuando, llegue la captura de un gran capo antes de las elecciones.
8. La elección está ahí para que Peña Nieto la gane... o la pierda. Su actuación en diciembre parece la de un chamaco al que llevan meses diciéndole, machaconamente, que no debe fallar, por lo que irremediablemente, se tropieza. Rodeado de las caras más viejas del priismo, con un discurso rancio —sólo le falta empezar a hablar de amor—, Peña tendrá que ajustar si no quiere llegar a marzo con su ventaja hecha trizas.
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