sábado, 11 de febrero de 2012

Andrés Manuel Tercero: Pablo Hiriart


Andrés Manuel Tercero
Pablo Hiriart
 
El discurso de la confrontación ya había dado de sí. El problema es que el nuevo ropaje del amor y de la paz no logró credibilidad. López Obrador está clavado en el tercer lugar y no hay visos de que pueda levantar.
A diferencia de Josefina y Peña Nieto, AMLO se ve un hombre cansado, fuera de forma y sin entusiasmo. Perdió el brillo. No conecta como hace seis años. Su hora pasó.
El PRD se equivocó de candidato presidencial. El competitivo era Ebrard. A ver cómo hacen para evitar una caída mayor que podría precipitarse al inicio de mayo.
AMLO muestra ya la incomodidad del tercer sitio. Lanza frases y acusaciones que carecen de puntería. Perdieron la gracia que les imprimía hace un sexenio.
Tuvo el mal tino de embestir contra la elección en el PAN porque, dijo, era “un cochinero” como en el PRI.
Esos desplantes son una burla a la memoria, porque los grandes cochineros han estado en otro lado.
Hace tres años vimos el tráfico de despensas en la contienda interna perredista por las delegaciones capitalinas. Hubo denuncias y declinaciones.
La elección para presidente nacional fue una antología de la perversidad. No pudieron contar los votos y el Tribunal Electoral del Poder Judicial tuvo que decirles que ganó Jesús Ortega.
Los padrones de programas sociales nunca los quiso dar a conocer cuando era Jefe de Gobierno. Y en los periódicos están las fotografías de viejitos que pasaban lista en los mítines de AMLO para que no les quitaran el apoyo.
Si algún gobierno ha hecho uso y abuso de los programas sociales para obtener provecho político, ése ha sido el partido de López Obrador.
Llegaron al extremo de fabricar un lácteo que en realidad era suero contaminado de excrementos al que llamaron “Leche Betty”, y como en su momento descubrió el reportero Héctor Gutiérrez se usó para promover la afiliación de gente pobre a la corriente Izquierda Democrática Nacional en la delegación Coyoacán.
Ahora le exige debates a Peña Nieto, y seguramente los tendrá.
Hace seis años él no los quiso. Se negó a ir al primer debate. Había basado toda su promoción en spots con cargo al erario del DF.
AMLO tenía spots en Big Brother, en la liguilla del futbol, en las comedias, y su rostro estaba hasta en los preservativos masculinos que repartía el sector salud de su gobierno, así como al reverso de las recetas médicas de los hospitales del GDF, como lo documentó el reportero Raymundo Sánchez.
Una cosa es que haya cambiado de discurso y pida que le den el beneficio de la duda, y otra es que nos crea tontos.
Se estancó. Su hora pasó. Va al tercero

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