lunes, 13 de febrero de 2012

NARCOTRÁFICO, CAMPAÑAS Y MUCHA GUERRA SUCIA.

por Redacción/Sinembargo.


Ya con los tres aspirantes a la Presidencia de la República definidos por el PRI, el PAN y el PRD, la guerra sucia y las acusaciones entre unos y otros bandos van a intensificarse y justo en el tema que ha dominado durante todo el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa: la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado.
No se duda que el gobierno panista de Calderón Hinojosa empuje desde Los Pinos esta guerra de lodo: así lo hizo su antecesor, Vicente Fox Quesada, para darle “una manita” a al propio michoacano y así lo hicieron también los presidentes del PRI en turno, para ayudar a sus correligionarios a llegar a la casa presidencial.
Los primeros escarceos se han dado luego de que se revelara el proceso legal –que se sigue en una corte de Texas– contra Antonio Peña Argüelles, quien habría sido intermediario entre los líderes del Cártel del Golfo (encabezado entonces por Osiel Cárdenas Guillén) y el priísta Tomás Yarrington Ruvalcaba, cuando éste era gobernador de Tamaulipas.
De inmediato, el aspirante tricolor Enrique Peña Nieto denunció que el gobierno federal ha iniciado una campaña de desprestigio contra su partido, al utilizar el tema del narcotráfico para incidir en los comicios del próximo 1 de julio.
Sin embargo, la primera en revirar fue justo su contendiente panista Josefina Vázquez Mota, quien planteó que no hay excusa ni cabe ningún argumento de supuestos manejos electorales que puedan desvirtuar los señalamientos de complicidades, ni la exigencia de que se aplique la ley.
Es más, agregó que no dará tregua a ese tipo de políticos y que promoverá la cadena perpetua en su contra, así como todo el peso de la ley para quienes lavan dinero.
También el dirigente del PAN, Gustavo Madero Muñoz, se montó en el tema y dijo que al denunciar una campaña de desprestigio en contra del PRI, Peña Nieto sólo “se quiere vacunar. Está queriendo que no toquemos los temas sensibles porque sabe que le hacen mucho daño y que son vulnerables”.
Los justo, en todo caso, es que se aplicara la ley por igual. Si como dice el testigo en Texas Yarrington Rubalcaba protegió al Cártel del Golfo debe ser juzgado con todas las de la ley –al menos en EU, eso sí es factible–, pero hay muchos gobernadores, incluso en funciones, que tienen esos mismo señalamientos –algunos del PRI, otros del PAN y otros del PRD–.
Así que el suelo está parejo para que los candidatos, en vez de atacarse entre sí, den un paso al frente y hagan una real y contunden propuesta sobre el combate a la corrupción y la colusión de los políticos, de todos los colores, con las bandas del crimen organizado.
Que nadie se “vacune”, que sea parejo, pues. ¿Quién dice yo?
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“Autoritario, ingrato, aficionado a la bebida, intolerante…”. Estos son algunos de los rasgos más sobresalientes del presidente Felipe Calderón Hinojosa, de acuerdo con el libro Calderón de cuerpo entero, escrito por el periodista Julio Scherer García y que comenzará a circular en los próximos días bajo el sello de la editorial Random House Mondadori.
De acuerdo con un adelanto publicado por la revista Proceso, el texto fue realizado con base en testimonios, entrevistas, documentos– para explorar el comportamiento público y la personalidad del michoacano. La justificación de Scherer para investigar sobre el Presidente de la República, quien “carga sobre sus espaldas una guerra de más de cinco años y más de 50,000 muertos”: “En los tiempos que corren se ha vuelto aún más apremiante ir al fondo de la personalidad de los hombres y las mujeres del poder”, expone el también fundador de Proceso.
“Por mi parte, no alteré mi manera de pensar: en este sombrío 2012 Calderón pagará por los inocentes y desaparecidos de la guerra que inició un desventurado día de enero de 2007”, afirma en ese adelanto de un libro que, seguramente, causará polémico y también mucho escozor.
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Ayer domingo se cumplieron dos meses del asesinato de Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús, estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, quienes murieron al ser impactados por disparos que, supuestamente, hicieron policías ministeriales, aunque en el violento desalojo desalojo de un grupo de alumnos de ese plantel –que bloqueaba la Autopista del Sol México-Acapulco y la carretera federal, a la altura de Chilpancingo– participaron también agentes federales y municipales.
Este lunes, los integrantes de la llamada Comisión Civil de Interlocución, que representa a los normalistas de Ayotzinapa, tendrá su primer encuentro con el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, para tratar la situación de esa institución. Esta reunión se dará luego de que, en un comunicado oficial, el gobierno guerrerense informó que no busca el cierre de la Normal Rural de Ayotzinapa sino fortalecer el sistema educativo en ese plantel.
Además de esclarecer totalmente el caso, los analistas que conforman esta comisión quieren que Aguirre Rivero se comprometa con una reforma de raíz al sistema de las normales rurales para elevar la calidad de la educación y, además, evitar que éstas sigan siendo un foco permanente de conflictos políticos.
Pero, ¿tendrá Aguirre la estatura política para hacerlo? No son pocos los que dudan que este mandatario pueda dar ese paso.




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