Policías de Ciudad Juárez mueren emboscados
Por Jamie Dettmer
Para agorarevista.com
Once policías municipales de Ciudad Juárez fueron asesinados a tiros este año, y los narcotraficantes han desplegado narcomantas amenazando con matar un agente por día hasta que el duro jefe de la policía Julián Leyzaola dimita.
Ocho de los agentes fueron asesinados en un período de dos semanas en enero. En cada uno de los asesinatos, los agentes estaban fuera de servicio y desarmados, camino a su casa o a trabajar, cuando los asesinos les tendieron la emboscada. El miedo a que pudieran asesinar a sus familiares durante un ataque, intencionalmente o no, se extendió rápidamente entre los agentes.
Un jefe de policía firme
Leyzaola, de 51 años, excoronel del ejército, ha prometido no dejarse intimidar
La noche del 28 de enero, Julián Juárez Baena, un agente de 35 años, se dirigía a su casa al terminar su turno cuando fue emboscado en una intersección. La policía encontró 34 casquillos de bala. La víctima recibió disparos en la cabeza, el pecho y en su lado izquierdo. Juárez fue el octavo agente asesinado en Ciudad Juárez desde el 1 de enero.
Al día siguiente de que Juárez fuera asesinado, Leyzaola dijo que él y los 2.500 miembros de la fuerza continuarán combatiendo a los violentos narcotraficantes. “Tenemos que demostrarles (a los criminales) que no pueden estar por encima de la ley ni de la autoridad. Son criminales y debemos aislarlos; aislados en la cárcel o enterrados en el cementerio. No pueden seguir intimidando o secuestrando personas”, dijo el jefe en un comunicado de prensa.
En respuesta a la violencia, las autoridades de Ciudad Juárez están tomando medidas extraordinarias para mantener seguros a sus agentes. Después del asesinato de Juárez, el alcalde Hector Murguía Lardizabal ordenó a los funcionarios que vivieran en hoteles custodiados por sus compañeros agentes las 24 horas. El alcalde también permitió a los policías, que normalmente no portan sus armas cuando no están trabajando, a hacerlo. Los turnos de policía funcionan con normalidad y la ciudad ha destinado 2 millones de dólares para cubrir los gastos de hotel.
Narcotraficantes desesperados
Los ataques son una señal de la desesperación de los violentos narcotraficantes, dijo Murguía, clara evidencia de que le temen a Leyzaola, un excoronel del ejército que se desempeñó como jefe de la policía de Tijuana antes de ser transferido a Juárez en 2011. A Leyzaola se le atribuyeron las enérgicas medidas contra el crimen organizado en Tijuana y la reducción de la violencia en dicha ciudad.
“Los ataques son en respuesta a nuestras acciones policíacas más duras contra los delincuentes”, manifestó Murguía en una entrevista con Ágora. Sus agentes de policía están “enojados a causa de los ataques”, dijo el alcalde, agregando que Leyzaola no dejará su cargo.
“Estos ataques son una respuesta desesperada del crimen organizado contra la policía”, dijo Adrián Sánchez, vocero de la policía en un comunicado de prensa.
Narcomantas amenazan a la policía
Las narcomantas que amenazan matar un policía por día a menos que Leyzaola dimita, fueron firmadas por el cártel Nueva Generación de Juárez, un grupo disidente del antiguo cártel de Juárez, liderado por Vicente Carrillo Fuentes. Este cártel lucha con el cártel de Sinaloa, liderado por el multimillonario capo fugitivo Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Las pancartas comenzaron a aparecer en enero, después de que fueran asesinados los primeros cinco agentes en tres ataques distintos. Algunas de las pancartas proclamaban: “Si sigues apoyando a los montaperros (el cártel de Sinaloa rival) y agarrando pura gente de nosotros te vamos a estar tumbando un elemento diario para que sepa toda la ciudadanía lo corrupto que eres. Leyzaola = Delincuente con placas”.
La acusación de que la policía estaba favoreciendo al cártel de Sinaloa es una propaganda infundada, dijo el vocero de la policía Sánchez. Las pancartas constituyen intentos del cártel Nueva Generación para justificar los asesinatos y mantener su influencia, dijo Sánchez.
Ningún lugar ha sufrido más la violencia de las organizaciones delictivas transnacionales que Ciudad Juárez. Cerca de 8.900 personas fueron asesinadas en crímenes relacionados con las drogas en Juárez desde 2008. La llegada de Leyzaola como jefe de policía produjo un impacto inmediato en la cifra de muertos: 1.933 personas fueron asesinadas en Juárez el año pasado, una caída significativa desde los 3.117 muertos de 2010, según cifras dadas a conocer por la fiscalía del estado de Chihuahua.
La dura línea de las autoridades de la ciudad constituye un marcado contraste en relación a una campaña de asesinatos similar en 2008, cuando Guillermo Prieto Quintana, el entonces jefe de policía, recibió amenazas del crimen organizado de matar a los agentes a menos que dimitiera. Nueve agentes policiacos fueron asesinados. Listas con los nombres de agentes policiacos específicos empezaron a aparecer por toda la ciudad.
Prieto dimitió como jefe, aunque José Reyes, alcalde en ese momento, insistió en que su dimisión no estaba relacionada con los asesinatos y las amenazas. Prieto fue reemplazado por Roberto Orduña. En febrero del 2009, Orduña renunció después de que varios agentes fueran asesinados, y de recibir amenazas de más muertes en caso de no hacerlo. Orduña dijo que no quería arriesgar más vidas.
Los agentes dijeron que se prepara una ola de violencia, pero que no van a dar marcha atrás. Los asesores del jefe de policía dijeron que creen que esta vez va a ser diferente del 2008 y 2009.
El cártel Nueva Generación de Juárez no tiene la fuerza ni los recursos para mantener un estado de sitio prolongado de la manera que lo hizo el cártel de Juárez en los años anteriores, dijo la policía.
El cártel Nueva Generación de Juárez intenta establecer su fuerza tras recibir duros ataques por parte de la policía en meses recientes. Mantener un alto nivel de temor es la clave para controlar la plaza de contrabando de drogas, dijo la policía.
También en otras ciudades ha sido un violento inicio de año. A mediados de febrero, 39 agentes, en todo el país fueron asesinados, según la Fiscalía General.
Las autoridades estudian las medidas de seguridad para los agentes y consideran nuevas tácticas, informó el administrador de Ciudad Juárez Héctor Arcelús a los periódicos locales.
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