Facebook, Twitter y otras redes sociales que han venido cobrando mayor importancia en el país aún no son los medios primordiales por los que el grueso del electorado mexicano se informe de la política, pero no por ello su impacto en estas elecciones será limitado. Es cierto, el alcance poblacional de las redes sociales aún es muy reducido. De acuerdo con la encuesta nacional que Grupo Reforma realizó en el mes de noviembre pasado, apenas el 5 por ciento de los entrevistados, todos ellos mayores de 18 años de todo el país, afirmó que ha seguido información sobre campañas electorales en las redes sociales. Si bien no había aún campañas formales, la encuesta se realizó en medio de las precampañas, de manera que ya la información política fluía de alguna manera por esas vías, así como por los medios de comunicación tradicionales. El listado nominal de electores en este año tiene poco más de 78 millones de personas, lo cual quiere decir que el porcentaje que dijo que ha seguido información electoral en las redes sociales puede ser de alrededor de casi 4 millones de personas.
Esta cifra no es nada despreciable en términos electorales, y ciertamente podría incrementarse a lo largo del trimestre de campañas que va de abril a junio. En la misma encuesta, el 23 por ciento de los consultados manifestó que aunque no ha seguido información política en las redes sociales, estaría dispuesto a hacerlo. Pero como dice el refrán, del dicho al hecho...
Las proporciones de mexicanos que reportan haber realizado otras actividades de tintes políticos a través de las redes sociales son todavía menores a ese 5 por ciento. Por ejemplo, el 3 por ciento de los entrevistados por Reforma manifestó que ha usado las redes sociales para apoyar a algún candidato o partido político, otro 3 por ciento dijo que ha acudido a un evento político convocado por las redes sociales y el 2 por ciento confesó que se ha unido a una manifestación o protesta convocada por esos medios. Ante estas modalidades de acción política, el porcentaje que no las ha hecho pero que dice estar dispuesto a hacerlas varía entre 17 y 20 por ciento. La gran mayoría de los mexicanos (entre 78 y 82 por ciento) expresa que no las haría o no sabe, lo cual refleja principalmente la falta de acceso a esos medios. No está por demás decir que entre los usuarios directos de las redes sociales predominan los jóvenes de clase media, principalmente los hombres.
A pesar de lo reducido que es el alcance poblacional de las redes sociales en México, su impacto electoral podría darse por el creciente protagonismo que éstas han cobrado en la definición de la agenda informativa. Los medios tradicionales de comunicación, como la televisión, la radio o los periódicos, se han dado a la tarea de reproducir información que tiene su origen en las redes sociales, sin mayores filtros, ediciones ni el empleo de algún criterio de autoridad. En ese sentido, la información que se destila por las redes sociales y que crea un alto nivel de atención, ya sea por las fuentes, por las temáticas o por los objetos de comentario, tiene el potencial de llegar a una masa de electores mucho más amplia que simplemente el segmento de usuarios directos. La información de las redes sociales podría definir agenda de temas en el torrente de información electoral que está por venir.
¿A qué tipo de temas nos referimos? A todo tema de carácter político electoral que pueda influir en las opiniones, preferencias y percepciones de los electores acerca del proceso electoral, no solamente en relación a la imagen de los candidatos o del gobierno, sino a la limpieza e integridad del proceso electoral en su conjunto. En la elección de Rusia de finales de 2011, usuarios de cámaras portátiles captaron momentos en que oficiales electorales aparecían llenando las urnas con votos falsos. Esas imágenes se subieron a YouTube y se comentaron por redes sociales en ese país, desembocando en manifestaciones de grupos sociales demandando una mayor limpieza electoral, ente otros asuntos. Las redes sociales ofrecen un canal para que el ciudadano se vuelva vigilante y muestre sucesos que los medios tradicionales no necesariamente captarín si no fuera por las propias redes sociales.
El potencial que las redes sociales tienen en México para movilizar políticamente a la gente está aún por verse. Ya a nivel mundial se han visto señas de ese potencial: desde la Primavera Árabe hasta las más reciente manifestaciones en Rusia. En México, las redes sociales han podido convocar a grupos en diversas ocasiones y por distintos motivos, pero ninguna de esas manifestaciones ha sido de la magnitud que se ha visto en otros países. De nuevo, el impacto electoral de las redes sociales podría no ser solamente por su alcance o por su potencial de movilización política, sino por su impacto en la agenda informativa. Eso podría marcar un cambio notable en los patrones de información e intermediación política en el país. El ciudadano como un agente de monitoreo.
Buena parte de la información electoral a la que el votante mexicano estará expuesto en este 2012 tendrá su origen, como siempre, en los candidatos y sus partidos, en los medios, en los analistas y comentaristas políticos, en los editorialistas gráficos... pero también en un actor colectivo aparentemente más anónimo y menos centralizado: los usuarios de las redes sociales. Habrá que estar al pendiente y seguir tomándole el pulso a esta modalidad de información durante las campañas.
Por Alejandro Moreno y Yuritzi Mendizábal, Periódico Reforma, 26 de Febrero del 2012
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