jueves, 1 de marzo de 2012

OCASO Y FLORACIÓN.

Sergio Aguayo.

A la memoria del gran Pablo Latapí.

Se insinúa el ocaso político de Elba Esther Gordillo y se confirma la floración de una sociedad que se organiza y exige.

Elba Esther Gordillo apabulla por su intensidad. Es un huracán de energía canalizada a la acumulación salvaje de poder político y económico. Cuando en 1989 tomó el control del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, informó públicamente su diagnóstico y propósito: "México está cambiando y nosotros tenemos la posibilidad de abanderar y ser protagonistas del cambio". Años después y en pleno desmantelamiento del presidencialismo centralista (1996) reiteraba que su meta era "ampliar la presencia del sindicato en la vida política y social del país".


Lo logró y de qué manera. Ningún político se ha beneficiado tanto de la fragilidad de nuestra democracia. Transformó a buena parte del magisterio en una maquinaria política a subastar, a cambio de cargos, en épocas electorales. Con la entrada del PAN a Los Pinos ella y su grupo crecieron y se expandieron. Tiene 23 años haciendo una ostentación cínica y grosera de su poder; ofende porque se construye con los escombros de una educación tan colapsada y raída como la ética panista.

El rechazo se pluralizó y es observable en investigaciones académicas y periodísticas. Hace años Reforma decidió hacer un seguimiento riguroso y constante del tema y Mario Gutiérrez Vega y Sonia del Valle, entre otros, difundieron en el diario las piezas para armar el rompecabezas del agravio. Un ejemplo es la publicación, el 30 de junio de 2011 en Reforma, de una foto de Elba Esther: el costo estimado del atuendo y accesorios que llevaba puestos fue de 112 mil pesos. Sin embargo se trata de una profesora cuyo único ingreso conocido son 23 mil 900 pesos mensuales que recibe por nómina.

Las alianzas políticas con Elba Esther fueron haciéndose cada vez más costosas en cargos e imagen. Un momento simbólico de la unanimidad alcanzada fue el estreno del documental De panzazo que en estos momentos se exhibe en 200 salas cinematográficas de 18 estados (pronto se ampliará a 70 ciudades y habrá exhibiciones gratuitas en plazas públicas). Fue sorprendente la capacidad de convocatoria.


Por la alfombra roja caminaron Enrique Peña Nieto, Josefina Vázquez Mota, Marcelo Ebrard, Miguel Ángel Mancera, entre muchos otros, la defensa magisterial ha sido rala y elemental. Emilio Zebadúa, uno de los pocos académicos que respaldan a la maestra, acusa al documental -en una revista de poca difusión- de falta de profesionalismo y parcialidad que explica por qué en su opinión el documental es parte de una ofensiva empresarial para "ejercer mayor influencia en la educación pública" y para "acabar con los derechos de los trabajadores de la educación". Los maestros michoacanos hicieron a un lado su odio a la Maestra para coincidir en calificarlo como pieza de la "campaña contra la educación pública y el magisterio nacional" y de la "ofensiva contra los trabajadores y sus organizaciones sindicales".

De panzazo tiene partes débiles. Coincido con Pedro Flores Crespo en que pudo "haber sido más cuidadoso con la información que presenta. A lo largo de hora y media que dura el documental se hacen afirmaciones que son desproporcionadas o infundadas". Dado que Emilio Azcárraga Jean (principal accionista de Grupo Televisa) es integrante del patronato de Mexicanos Primero tiene sentido el llamado de Flores Crespo a Televisa para que tome una posición sobre su "función educativa en la sociedad mexicana".


Puede criticarse a los mensajeros (Mexicanos Primero, Juan Carlos Rulfo o Carlos Loret de Mola) o la calidad del producto, pero eso no modifica en nada la solidez del mensaje de fondo: la educación es un desastre y buena parte de la responsabilidad corresponde a Elba Esther Gordillo, quien tiene dos décadas prometiendo una calidad que nunca llega.

Sería un error suponer que la Maestra es la responsable de las distorsiones de la democracia. Ella sólo se aprovechó de la fragilidad de las instituciones y de la mezquindad y cortoplacismo de quienes gobiernan. Si su ocaso parece viable es por la floración de instituciones y personas dispuestas a exigir cuentas. La buena noticia es que la democracia participativa está viva.

LA MISCELÁNEA

Thais Muñoz propuso limpiar de propaganda política la infraestructura urbana capitalina. Jesús Robles Maloof puso en práctica la idea que prospera porque arrancar plásticos de postes, puentes y árboles es una forma concreta de transmitir a nuestros políticos el hartazgo con su demagogia y dispendio (información en el blog http://quitaunanuncio.tumblr.com/ y en twitter @QuitaUnAnuncio).


Colaboró en la búsqueda de información Maura Roldán Álvarez.

Los entrecomillados provienen en orden consecutivo de Proceso, 15 de mayo de 1989; Proceso, 11 de marzo de 1996; AZ Educación y Cultura, 15 de febrero de 2012; Cambio de Michoacán, 24 de febrero de 2012; Campus Milenio, 17 de febrero de 2012.



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