lunes, 19 de marzo de 2012

NO HAY DUDA: !POBRES NIÑOS!

Carlos Marín.

Álvaro Cueva se ocupó (ayer en su Ojo por ojo) de las movilizaciones recientes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, el horror que vivió para ir de un sitio a otro y los comentarios de gente común y “muchos comunicadores”.

 Escribió que “todos, invariablemente, atacaban a los maestros” con expresiones tales como: ¡Malditos maestros! ¡Son unos holgazanes! ¡No quieren que los evalúen! ¡Por eso estamos como estamos! ¡Pobres niños!

Contra lo previsible en su habitualmente incisiva columna, Álvaro no cree que “sean unos holgazanes ni que México esté perdido ni que la culpa de todas nuestras desgracias la tengan la CNTE, el SNTE ni la Secretaría de Educación Pública”, pues México “está lleno de grandes maestros; de hombres y mujeres que dejan el alma en las aulas; que trabajan en unas condiciones espantosas; que tienen que lidiar con grupos inmensos y que, a pesar de eso, no se rinden…”.

Irrebatible, piensa que hay maestros “malos” como también hay médicos, agricultores, mineros y funcionarios “malos”.

Sin embargo, sospecha una “campaña de desprestigio” y, temerario, desmiente que “el gran problema de México tenga que ver con la educación”, porque lo que hace falta es “un proyecto de país...”. 

Como quienes colapsaron la capital el viernes reciente, recuerda, lo han hecho muchas otras personas por otras causas. ¿Por qué ellos (los marchantes) son malos y los otros no?”, se pregunta.

Y remata con mayor temeridad aún: “Yo no me trago el cuento de que todo lo que ha estado pasando con los maestros en la Ciudad de México ha sido por un asunto de evaluaciones. ¿Usted sí? ¡Atrévase a opinar…!”.

Pues… sin pretensión alguna de atrevimiento, querido Álvaro, esto no es opinión, sino puritita información:

Jorge Cázares, representante de Michoacán; Gonzalo Juárez, de Guerrero; Francisco Nicolás Bravo, del DF; Meinardo López, de Guerrero, y Azael Santiago Chepi, de Oaxaca (cuya depredadora sección 22 es la única completa del SNTE dominada por la CNTE), entre otros organizadores del caos, coincidieron en que las demandas eran: más recursos para la educación, rechazo al Acuerdo por la Calidad Educativa (que incluye la Evaluación Universal para los maestros), mejoras en el servicio médico y democracia sindical.

Otros delegados exigieron: alto a la privatización y mayor presupuesto para la Educación Pública, cancelación inmediata de la Alianza por la Calidad de la Educación y de la medición universal, defensa del empleo y respeto a los derechos laborales, eliminación de los nuevos lineamientos de Carrera Magisterial y de la Técnica Stallings (para medir y controlar el tiempo en el aula desde la óptica de la producción), fin del control de Elba Esther Gordillo en el SNTE y mejora sustancial de la atención médica y el abastecimiento de medicamentos en el ISSSTE, así como créditos sin condicionamientos.

Es idiota la expresión “malditos maestros”, o afirmar que todos los de la CNTE “son unos holgazanes”, pero no dudes, Álvaro, “no quieren que los evalúen” y, en gran medida, “por eso estamos como estamos”. O sea que aplica el ¡pobres niños!

 cmarin@milenio.com

 Leído en: http://impreso.milenio.com/node/9131888

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