domingo, 11 de marzo de 2012

PA` PURAS VERGÜENZAS.

Néstor Ojeda.

Hace tiempo que Felipe Calderón amarró su suerte a la de Genaro García Luna. En el momento en que designó a Marisela Morales como procuradora general de la República, el Presidente le dio todo el poder de la seguridad y la procuración de justicia a un solo grupo.

 Cautelosos, sus antecesores repartieron el gran poder que se concentra en la PGR y la Policía Federal. Calderón, no, y de manera inexplicable se lo dio a quien debió ser objeto de un cese fulminante o de una obligada renuncia por ser autor de montajes de operativos para hacerse propaganda en la televisión.

 Pero no, le dio todo el poder a pesar de que con el caso Florance Cassez se evidenció perversidad, ambición y desprecio por la legalidad que destilaban en la oficina del hoy poderosísimo secretario de Seguridad Pública.

 Y Calderón lleva dos días en la defensa de García Luna, pues sabe que sellaron su destino al declarar una guerra sin estrategia, a la que, para legitimarse, se lanzaron sin inteligencia y mucho menos sin considerar las víctimas directas y colaterales.

 Hoy nos quieren meter en un falso debate sobre los derechos de la víctimas en el caso Cassez. Se equivocan, quienes estaban obligados a velar por ese derecho eran precisamente los policías, que con sus marranadas son los responsables de que la francesa, ligada a la banda de secuestradores de Los Zodiaco, tenga un pie en la calle.

 Vuelta forzada

 La precandidata del PRI a la Jefatura de Gobierno del DF, Beatriz Paredes, dice que con Miguel Ángel Mancera, del PRD, va ante un adversario bisoño en una “elección de Estado”.

Soberbia, se atribuye méritos producto del dedo divino que la hizo legisladora, funcionaria y gobernadora de Tlaxcala. Y desmemoriada, olvida que su grupo fue el responsable de los fracasos del PRI en las elecciones estatales de Oaxaca, Puebla y Sinaloa en 2010 y de sus repetidas derrotas ante el PRD en la Ciudad de México desde 1997.

 Bien le haría a doña Beatriz recordar a El Meme Garza, símbolo de la perdida sabiduría priista, cuando ante los lamentos de los madracistas por haber sido aplastados por “pendejos novatos panistas” en 2006, don Manuel, en su tamaulipeco estilo, les reviró: “Sí, tan verdes, ¡pero cómo estaremos de pendejos nosotros que nos ganaron!”

 fberruetop@gmail.com

Leído en: http://impreso.milenio.com/node/9127301

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