Ciro Gómez Leyva. |
Más de un personaje del PRI tachó de exagerado el artículo que publiqué el 1 de febrero, “La desgracia de ser un ex gobernador priísta”.
Grosso modo, escribí que de 23 exgobernadores de la famosa generación de la primera década del siglo, sólo dos habían tenido una continuidad política exitosa: el hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong y, desde luego, el mexiquense Enrique Peña Nieto.
Resté a los dos colimenses muertos (Gustavo Vázquez y Silverio Cavazos) y agrupé a los demás en dos categorías: los que flotan y se mantienen a la espera de mejores tiempos, y los que tienen mala imagen y están en problemas: el duranguense Ismael Hernández, el chihuahuense José Reyes Baeza, el veracruzano Fidel Herrera, el sonorense Eduardo Bours, los tamaulipecos Tomás Yarrington y Eugenio Hernández, el oaxaqueño Ulises Ruiz, el coahuilense Humberto Moreira, el poblano Mario Marín, el mexiquense Arturo Montiel.
Su ausencia en las listas de candidatos al Senado y la Cámara de Diputados confirma la hipótesis de que aquella generación, conocida como los virreyes del PRI, entró en un temprano y dolorido ocaso. Si no es que en la ruta del infortunio.
¿Exagerado? Ayer, por ejemplo, se oficializó que la PGR ofrece una recompensa de 3 millones de pesos a quien aporte información para localizar a Humberto Torres Charles, hermano del exfiscal de Coahuila, Jesús Torres Charles (nadie sabe tampoco de él), hombre de las confianzas del entonces todopoderoso gobernador Humberto Moreira, quien de Saltillo se propulsó fácilmente a la presidencia nacional del PRI.
¿Desgracia? Más bien parecen hoy hombres castigados por Némesis. Desmoralizados por una vergüenza perenne.
Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/quiendahoy3millonesporunexgobernadordelpri-1234080-columna.html
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