Ya no sorprende a nadie si decimos que en el Partido Acción Nacional se han prendido todos los focos rojos, que por todas partes se escuchan las sirenas de emergencia y que -por si hiciera falta-, están listos los botes salvavidas. Y la razón de la emergencia, también todos la saben.
Es decir, que hasta hoy, nada les ha salido bien a los estrategas de la candidata presidencial, Josefina Vázquez Mota, al grado que resultaron fallidos todos los intentos por detener y/o bajar -a costa de lo que sea-, al puntero de la contienda, al señor Enrique Peña Nieto.
Todos saben que el arranque de la campaña de la señora candidata fue notoriamente atropellado, que sus colaboradores no lograron dar un golpe de precisión, en tanto que se sumaron los errores, horrores y torpezas, que marcaron las primeras semanas de la actividad proselitista de Vázquez Mota.
Por eso, la candidata decidió lo que ella misma llamó como “un golpe de timón”; una suerte de purga entre sus colaboradores, a los que llegó incluso a amenazar de que serían despedidos aquellos que cometieran errores. A la vuelta de las semanas, el “golpe de timón” tampoco sirvió de mucho.
Pero de igual manera, tampoco sirvió de nada el escándalo mediático y el spot de que Peña Nieto es un mentiroso. Como se sabe, los señores del PAN hicieron toda una alharaca en torno a que Peña no cumplió sus compromisos de campaña -cuando fue candidato al gobierno mexiquense-, pero al final de cuentas, esa estrategia tampoco le restó votos al candidato presidencial del PRI.
Por eso la primera pregunta. ¿Qué le está pasando a la candidatura presidencial del PAN? La respuesta parece elemental, incluso de sentido común.
EL FRACASO AZUL
A la distancia, podemos decir que fracaso la estrategia del presidente Calderón para preparar la sucesión de su gobierno, y para garantizar que su partido, el PAN, pudiera mantenerse en el poder. Es decir, que luego de la muerte de Juan Camilo Mouriño, el presidente y su núcleo de poder, nunca lograron reponerse del golpe y, sobre todo, reconstruir la estrategia diseñada para la sucesión presidencial.
Todos saben que Juan Camilo era el preferido; saben que de no haber fallecido, sería enviado como gobernador de su natal Campeche y que, de esa posición, pasaría sería a la jefatura del partido, de donde saldría como el candidato presidencial único. En otras palabras, que Felipe Calderón lo llevaría de la mano, hasta entregarle el poder. Era, además, el hombre para enfrentar a Peña Nieto, ya que en la casa presidencial siempre supieron que por el PRI el candidato era el mexiquense.
Si embargo, luego de la muerte de Mouriño, Calderón ensayó cambios, enroques, llegadas y despidos que, al final, no le funcionaron. Los pretensos que preparó para la grande, nunca crecieron. Más aún algunos como Alonso Lujambio, debieron retirarse por motivos de salud.
Más aún el hecho de que la realidad le haya impuesto al PAN y al presidente Calderón la candidatura de la señora Vázquez Mota, es el mejor ejemplo de que la “caballada azul” estaba no sólo flaca, sino famélica. Y lo peor es que esa caballada sigue sin crecer. Luego vino un momento clave en la vidas del PAN, la renovación de la dirigencia nacional. Resulta que las peleas entre el “Grupo Pinos” y otros sectores, dio como resultado la peor selección de la dirigencia en su historia.
Llegó a la jefatura del PAN el inexperto, poco capacitado y nada talentoso Gustavo Madero, que se empeñó en la mayor torpeza posible para la selección del candidato presidencial; abrir la baraja a más de una decena de nombres. Todos se lo dijeron y a nadie le hizo caso. Lo que provocó fue una verdadera guerra civil entre los azules, que fracturó en pedazos al partido. Al final, y en medio de los pedazos de partido, la señora Vázquez Mota se quedó con la porción más grande y les ganó a todos la contienda interna.
Pero muy pronto quedó claro que Josefina y si equipo no ganaron por que eran los mejores, sino porque eran los menos malos. A la primera prueba, el equipo de Vázquez Mota se desmoronó, y la candidata debió llamar de emergencia a todos a los que había derrotado. En un supuesto gesto de unidad, se presentó a la cabeza de todos, incluso del partido. Pero el daño ya estaba hecho.
El potencial de esperanza que levantó al ganar la candidatura del PAN, se desvaneció rápidamente cuando los electores potenciales vieron en Josefina a una candidata harto limitada. Hoy la situación de emergencia que se respira en el PAN y en la casa de campaña de la candidata, son de pena ajena. Se respira la derrota. Y por eso la segunda gran pregunta. ¿Llegó el tiempo de despedir al PAN del poder presidencial?. Todo indicas que sí.
¿YA NO HARÁN YA NADA?
Y no se trata de expresar una mera ocurrencia sobre el futuro del PAN. No, lo cierto es que según especialistas en la compleja materia electoral, ya es técnicamente imposible que la señora Vázquez Mota logre remontar los 20 puntos o más que lleva de distancia su principal adversario, el puntero Enrique Peña Nieto.
Más aún, es más fácil que la candidata del PAN sea alcanzada por el tercer lugar, por Andrés Manuel López Obrador, que ella se despegue de la segunda a la primera posición. Y es que, salvo un milagro, el PAN y su candidata pudieran dar la sorpresa y empezar un crecimiento meteórico, capaz de alcanzar al PRI. Lo cierto es que hoy, a estas horas, si es que la tendencia creciente de AMLO se mantiene, ya habrá alcanzado a la señora Vázquez Mota.
Por eso la tercera gran pregunta. ¿El PAN tiene previsto cambiar de candidato?: El tiempo lo dirá. ¿Cara o Cruz?
¿SE ACUERDAN?
Hace seis años, días más o días menos, una encuesta ratificó la pronunciada caída de Andrés Manuel López Obrador en las preferencias electorales.
Según el ejercicio, Obrador perdió cuatro puntos durante el mes de marzo.
La debacle del candidato de la izquierda contrastó con los dos puntos que -según la misma encuesta – ganó Felipe Calderón.
Ante su descenso, Andrés Manuel insistió que él iba arriba en todas las encuestas menos en las que pagaba el PAN.
Por cierto, en estos días, López Obrador anunció que no asistiría al primer debate entre los candidatos presidenciales.
Una postura que contrasta, por donde se quiera ver, con la lucha que sostiene hoy día por conseguir 12 debates temáticos.
En otros asuntos, mientas que hoy el IFE decide mantener al aire el spot de “Peña metiroso”, hace seis años se discutía la postura que debía asumir el órgano electoral al respecto de los vídeos que motejaban a Obrador como “un peligro para México”.
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