Si porque entonces ella era una niña (siete años) y él un adolescente (15) les pasó de noche la última sabia consigna que se gritó en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968, Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador debieron al menos leer la novela o ver la película Sostiene Pereira (Antonio Tabucchi, 1994) y aprender el valor de la frase: “¡No corran, compañeros, es una provocación…!”.
La referencia viene a cuento porque los dos candidatos, más que caer, están despeñándose en la provocación de ocuparse, no de ganar voluntades con sus propias propuestas, sino de lo que sea que implique el nombre del adversario que los aventaja con amplísima holgura.
Semejante estrategia, debieron saberlo hace muchos años, es la que menos puede favorecerles y contraviene la máxima política de ni siquiera mencionar a los candidatos con los que se disputa la misma posición.
Ayer, la derrapada del PAN con la equivocación del “compromiso incumplido” por el priista fue descomunal y se antoja determinante.
López Obrador aún está a tiempo de no distraerse con Peña y empezar a ocuparse de sí mismo.
Leído en http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9144836
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