lunes, 21 de mayo de 2012

Francisco Abundis* - ¿Funciona la campaña negativa?


A juzgar por la caída en la imagen de Enrique Peña Nieto, sería difícil argumentar que no hay un efecto de la campaña negativa en su contra. El diagnóstico y la estrategia de Acción Nacional parecen ser muy acertados.

El avance del candidato del PRI no se dio necesariamente por lo que se ha considerado una creación mediática. El medio, como su término lo define, sólo comunica el contenido. En este sentido, lo que un gobierno o candidato realiza.

 Sería difícil comunicar durante mucho tiempo algo que carece de sustancia. La vieja sentencia de Winston Churchill de “you can fool some people some time, but you cannot fool all the people all the time” resulta más cierta que nunca (se puede engañar a algunas personas por algún tiempo, pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo).

La gestión de Enrique Peña Nieto algo de sustancia tendrá, de otra manera no habría nada qué comunicar. Primero, así parece haberlo atestiguado la población de su propio estado, y luego, por medio de la publicidad, la del resto del país. El nivel de precisión de ese mensaje puede ser cuestionable, lo que difícilmente puede cuestionarse es que algo de ese mensaje contiene sustancia

En los spots de la campaña negativa o de contraste, como se le quiera llamar, se pone en duda la gestión y los logros del candidato en cuestión cuando fue gobernador de su estado. La receptividad de este mensaje sin duda depende de la información que se cuente para aceptarlo o rechazarlo. Es probable que si algunos logros realizó Peña como gobernador de su estado, esos ciudadanos serán los primeros en rechazarlo. Pero en los estados donde no hay referente más que un mensaje que antecede y sólo hablaba de sus logros, será relativamente fácil cuestionarlo.

Es interesante observar la corrección que ha hecho Acción Nacional a sus campaña negativa o de contraste. Si bien al principio cuestionó la gestión de los gobernadores priistas en general, o casos específicos como los ex gobernadores de Coahuila o Tamaulipas, pronto fue evidente que esto no tenía mucho efecto electoral. La sustancia de la campaña del PRI está basada en un eje, que es un candidato conocido. Mientras la campaña de contraste no tocó al candidato, o más aún, su gestión, no hubo mayor cuestionamiento.


Ahora bien, el hecho de que haya un daño a su imagen no significa que haya una consecuencia electoral. Lo único sabemos es que hay un daño a su imagen. Lo que sabemos es que tenemos un boomerang effect con las acciones que realiza Acción Nacional. Da la impresión que su campaña negativa se le está regresando y en alguna manera le está afectando. De tal manera que Josefina Vazquez Mota también esta sufriendo estragos en su imagen.

La diferencia entre ambos es que mientras el candidato líder todavía tiene espacio o un “colchón”, ella, al estar abajo en la mediciones, no se puede dar el lujo de caer en su imagen y luego, por supuesto, en las preferencias. Mientras esto sucede, López Obrador parece estar teniendo el camino libre para mejorar su imagen en una pista distinta.

Ni Josefina ni el PAN han capitalizado la baja de la imagen de Peña; López Obrador sin impulsar la campaña negativa, sí ha sumado puntos tanto en imagen como en preferencia electoral.


A casi 45 días de la elección no queda claro si la campaña negativa que tiene impacto sobre la imagen va a tener impacto sobre lo electoral. Por lo pronto no se ha traducido, pero eso no significa que eventualmente no pueda suceder.


*Director Asociado de Parametría S.A. de C.V

Leído en: http://www.24-horas.mx/funciona-la-campana-negativa/

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