sábado, 26 de mayo de 2012

Rafael Loret de Mola - El último semestre.

Rafael Loret de Mola

Felipe Calderón pretende adelantarse a los tiempos y asegura que, en materia económica, su gobierno entrega “buenas cuentas”. Olvida que viene el tsunami recesivo desde Europa, para el cual no estamos preparados, y que el imperativo de ahorrar en el gobierno estadounidense inhibe cualquier posibilidad de rescate financiero de sobrevenir una crisis en los meses por venir. ¿Cómo, entonces, lanzar la perorata sobre una solvencia tan vulnerable y pasajera que puede alcanzar todavía a la administración en curso?¿México, otra vez, va a aparentar que está bien para posibilitar el saqueo de los ricos y el desplome posterior a cargo de los pobres? La estrategia ya funcionó varias veces y la amnesia colectiva promueve la reincidencia.

Como Zedillo –de nuevo, el referente presenta el paralelismo entre el actual mandatario y este predecesor suyo-, el Ejecutivo desdeña las malas señales. El ex presidente mencionado –por cierto, insisto, el más votado de la historia por la histeria del miedo en 1994-, aseguró que los “tsunamis” asiáticos, cuando la economía del yen se vino a los suelos por obra y gracia de Wall Street, sólo dañan la superficie y jamás profundizan. Fue patente su error porque, al final de su gobierno, las medidas antisociales correctivas –como las que ahora está aplicando el derechista gobierno español, por ejemplo-, produjeron la explosión electoral de la que, desde luego, no pudo salvarse el otrora invencible priísmo, abanderado, además, por un ingenuo usado a la medida de los verdaderos intereses de Zedillo, el sinaloense Francisco Labastida; por eso, claro, éste no pudo defenderse ni en el primer “round”.

El hecho es que, de nueva cuenta, el mandatario Calderón da ocasión para plantearnos si su desesperación, de cara al finiquito de noviembre, coincide con sus explicables temores a ser objeto de vendettas –por lo cual se domiciliará fuera de nuestras fronteras-, y a estar expuesto a un posible seguimiento judicial de sus actuaciones. Hay demasiada sangre de por medio y muy escasas indagatorias: Sólo el cinco por cierto de los crímenes cometidos contra la población civil, por parte de las mafias, ha tenido algún tipo de continuidad judicial. El inexplicable rezago, cuando la Secretaría de Seguridad Pública presume de contar con elementos de vanguardia, como sus búnkers bajo catorce metros del suelo que sólo han servido, hasta hoy, como auditorios para conferencias laudatorias, es evidente síntoma de complicidad y sobre ello, si se trata de regresar a la senda de la justicia, debería responder el personaje central de la trama... a menos de que la impunidad sea parte de las negociaciones para la transición sin sobresaltos... como en 2000.

Ahora bien, por momentos, Calderón parece favorecer la alternancia –a favor del PRI se entiende- y en otras ocasiones revira, inclinándose por la aspirante de su partido, el PAN, cuyo rezago de veinte puntos, arrastrado desde el inicio de las campañas, va tomando forma de definitivo. ¿Está sopesando cuál es la ruta menos compleja para él al desconfiar de Josefina Vázquez Mota y de los panistas que desean tomar distancia de lo que prevén como desastre seguro?¿Culparán después a los mexicanos por su misoginia –un elemento a considerar, sin duda-, para justificar la caída de la señora Vázquez cuya ansiedad y nerviosismo son, cada día, más notorios? Al parecer, a diferencia de Calderón, la dama en cuestión no parece estar lista para negar sus principios democráticos de la mano de sus operadores de importación. Y en esto recala, aseguran, su mayor debilidad proselitista... pero también su fortaleza histórica. Perder con dignidad es bastante mejor que ganar sin honra, como Calderón.

El hecho es que los vaivenes frecuentes, fabricados por quienes detentan fuerza pública, es decir el general secretario Guillermo Galván Galván y el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, están destinados a modificar el rumbo de la contienda, desestabilizando cuanto se pueda, acaso con el vano intento de reventar las elecciones y obligar a una especie de golpe de Estado técnico, sin posibilidad de una segunda vuelta electoral, parte de la reforma calderonista torpemente rechazada por las oposiciones; ahora, claro, hubiese sido una extraordinaria opción para agotar los chantajes –como el del PANAL que está cobrando éxito, sorprendentemente, por el perfil de un candidato de estilo ciudadano que parece detestar a la clase política aunque se preste para una parodia orquestada por la “maestra” Elba Esther Gordillo-, y asegurar la afluencia mayoritaria a favor de algunos de los postulantes. Las “primeras minorías”, por antonomasia, han resultado un desastre... desde la administración de Zedillo, el más votado quien sin embargo fue el primero en alcanzar un porcentaje mayor al cincuenta por ciento de los sufragios; una por otra.

Ni Fox, ni mucho menos Calderón –éste apretado en un cuestionable treinta y cinco por ciento de votos emitidos, a la par “oficialmente” con el abanderado de la izquierda en 2006, López Obrador-, han podido presentar un proyecto viable de gobierno porque no han sido capaces de negociar con disciplina política, esto es con el considerando destinado a rectificar asimilando la opinión de los contrarios. Sin una actitud tolerante y seria, es imposible llegar a acuerdos plurales, con esencia democrática. Y esto no han sabido entenderlo y asimilarlo ni los Fox ni Calderón y su cauda de cuñados incómodos, además de su consorte Margarita, discreta sólo durante la primera fase del sexenio; después, comenzó a ser la gran administradora familiar.

La amnesia, insisto, es el mejor instrumento para asegurar la explotación política. Como nadie quiere recordar, ni siquiera los dirigentes, los criminales siguen sus carreras políticas y atosigan a quienes han denunciado hechos incontrovertibles, como los generales perseguidos y encarcelados recientemente, en una trama por demás sucia y plagada de incongruencias. ¿Se castiga al general Tomás Ángeles Dauahare, ex subsecretario y secretario particular de Enrique Cervantes, y no a éste sobre quien penden distintos señalamientos sobre acercamientos –con muy buenas dotes de por medio- con los cárteles más poderosos, en apariencia desaparecidos? ¿Vive Amado Carillo Fuentes, protegido por la DEA estadounidense o al calor de la mafia rusa, según versiones encontradas cada uno con cierto nivel de credibilidad? ¿Todo lo sucedido a través del sexenio de la violencia tiene que ver con la idea de forzar un mando único entre los capos con Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, colocado entre los mayores multimillonarios del planeta b-si bien muy alejado de Carlos Slim-, a la cabeza... hasta que se desplomó el Jet Lear que transportaba al gallego-madrileño-campechano Juan Camilo Mouriño en noviembre de 2008?

Los peores crímenes son los que cuentan con escenografías inexpugnables. Casi perfectos al grado de que no pocos colegas lo resumen así:

 --Nadie cree en las versiones oficiales; pero no existen elementos para considerar lo contrario.

Menos, claro, si no se buscan siguiendo los intereses de la cúpula gobernante tan infiltrada como un sector de las jerarquías castrenses. ¿Lo ignora Calderón o se fundamenta en ello para aspirar a negociar su salida libre de traspiés, sacudimientos y pesquisas? Esto es: A la manera de Zedillo quien pasó de ser el referente de la corrupción y la depauperación nacionales a icono de los demócratas de nuevo cuño, los panistas arribistas, capaces de explicarse la historia sólo a partir de ellos. Acaso por ello, Calderón sigue contando, muy de cerca, con el mencionado ex presidente que prohijó la alternancia preparando el entorno y el ambiente a base de descomponer al país. Y lo logró sobradamente.

Por ello, Calderón está tan ansioso de rendir cuentas económicas antes de que lleguen los huracanes de Europa y sigan los tornados desde Wall Street. Ganando tiempo, sí, para que lleguen las elecciones y pueda manejarlas al gusto de quienes dominan sus agendas aunque con ello, una vez más, se traicione a la democracia. Esto es lo verdaderamente grave, no la recurrencia descalificatoria entre los candidatos de cada uno de los partidos políticos en juego. Cómo estará la cosa que sobre el desprestigio galopante de la señora Gordillo, su anodino candidato, Gabriel Quadri de la Torre, avanza y atesora más de seis puntos porcentuales de las intenciones de voto. Una crecida, francamente, espectacular. 

rafloret@yahoo.com.mx

Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/el-ultimo-semestre

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