jueves, 24 de mayo de 2012

Ricardo Alemán - La estupidez llamada "equidad informativa"


Cargando a cuestas una profunda ignorancia del tema, tanto el candidato Andrés Manuel López Obrador como estudiantes de la UIA, el ITAM, la Anáhuac, e l Tec y la UNAM, exigen que los medios, en general, y que las televisoras, en particular, se comprometan con la "equidad informativa".

Más aún, la "equidad informativa" es uno de los reclamos preferidos de AMLO, quien la invoca a la menor provocación. ¿Pero alguna vez han escuchado que AMLO explique el significado de la apantallante consigna? Nunca. ¿Por qué? Porque, en rigor, se trata de una chabacana aspiración engañabobos.

El pasado viernes, un puñado de estudiantes de las más reputadas universidades privadas y públicas se plantaron y exigieron frente a Televisa la multicitada "equidad informativa". Y, como Obrador, los universitarios tampoco explicaron su significado. Y no lo hicieron porque la "equidad informativa" es un mito.

Ahora bien, en un proceso electoral como el que vivimos, el reclamo de "equidad informativa" parece saludable y hasta urgente. Es decir, que a cada candidato y cada partido se le dé la difusión que, en estricta equidad, merece. Y bajo esa lógica —y a partir de la preferencia ciudadana y el interés de los votantes por cada partido y cada candidato—, el PRI y su candidato debían tener casi 50% del tiempo disponible en los medios para las campañas. Al PAN y las izquierdas les correspondería por ahí de 20% del tiempo a cada uno, en tanto que al Panal y los votantes indefinidos el resto del ciento por ciento.

En rigor, ese es un principio fundamental de equidad. Y es tan certero y tan aceptado que, por ejemplo, las prerrogativas y la distribución de spots para los partidos se basan en una progresión de equidad similar. Por eso, y a partir del anterior principio, debemos reconocer que tienen toda la razón AMLO y los estudiantes que reclaman "equidad informativa" en el proceso electoral. ¿Por qué?

Porque hoy en los informativos de las televisoras y emisiones de radio —sean públicas o privadas— se otorga a cada uno de los candidatos y partidos el mismo tiempo en medios y en los informativos. Pero si de rigor se trata, la forma en que hoy se reparte la información electoral es, por decirlo suave, una grosera agresión a la equidad. ¿Por qué? Porque es groseramente inequitativo el tiempo que se le da en medios al candidato Quadri, respecto al tiempo de AMLO y de JVM; pero también es groseramente inequitativo el tiempo que se les da en medios a los candidatos de la derecha y las izquierdas, frente al tiempo que se da a EPN.

En otras palabras, resulta que si la democracia electoral mexicana fuera rigurosa en cuanto a la "equidad informativa", el segundo, tercero y cuarto lugares de la contienda verían reducidos considerablemente sus espacios informativos en medios, en tanto que el puntero en la contienda duplicaría el actual tiempo de exposición. Por eso la pregunta. ¿Esa es la equidad que reclaman? Es claro que no, hablan desde la ignorancia, en donde sólo vale su propia interpretación de "equidad informativa". Es decir, todo para ellos.

Ahora bien, AMLO y los protestantes y manifestantes reclaman que los medios informen, en general, de manera equitativa. ¿Cómo imaginan la información equitativa? Partamos de una premisa expresada por los protestantes: "Que informen lo que nos interesa a todos". Si fuera así, un diario o un noticiero de tele o de radio debía dar tantas versiones de un hecho, como lectores, escuchas o audiencias tiene, ya que el interés de cada quien es propio. Y eso, por donde se le quiera ver, es una estupidez.

Por eso los medios —a lo largo de la historia y en todo el mundo— resolvieron el dilema con los principios rectores del periodismo. Es decir, que un periodista entrenado recolecta la información, la selecciona, jerarquiza, redacta y la presenta, bajo premisas éticas y de valor informativo. Así, el criterio de lo más importante para el mayor número de lectores, escuchas o audiencias, queda a juicio del periodista profesional. Y queda al gusto de la audiencia consumir tal o cual oferta informativa.

Es una soberana estupidez pretender que sean los medios los que decidan qué leemos, escuchamos o vemos los ciudadanos, a partir de un supuesto criterio de equidad. Eso se llama censura. Y eso es lo que reclaman AMLO y los estudiantes marchantes. En rigor, la selección de lo que leemos, escuchamos y vemos queda, o debe quedar, en la decisión de los ciudadanos, que contamos con muchas ofertas informativas, privadas y públicas. Y si aún así nada de eso nos gusta, entonces cambiemos las leyes y, claro, la preparación universitaria de los periodistas. Pero esa no es tarea de los medios.

Twitter: @RicardoAlemanMx

Leído en: http://www.ricardoaleman.com.mx/index.php/itinerario-politico/2012/mayo/2728-la-estupidez-llamada-qequidad-informativaq-

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