Ciro Gómez Leyva |
Pero no sirvió para alcanzar a Enrique Peña Nieto. De acuerdo con la encuesta de seguimiento diario Milenio-GEA/ISA, López Obrador terminaría entre 15 y 20 puntos abajo del priísta. Una paliza.
Recuperar 15 puntos en un trimestre es admirable. Funcionó la oferta de “mi mano franca”. Sin embargo, algo ocurrió en los primeros días de junio que frenó el avance del tabasqueño.
El 27 de mayo, López Obrador se puso a 19 puntos de Peña Nieto, con más ocho en el diferencial positivos-negativos. El 30, se acercó a 15.4 y a 15 el 12 de junio. Ahí, dos días después del segundo debate, acabó la escalada. Anoche, seguía estacionado 18.6 puntos atrás.
¿Qué pasó en esa decena? Propuse aquí el 28 de mayo, plena remontada, que si López Obrador leía mejor que Peña Nieto la intemperie nerviosa de ese momento, “quizá veamos que lo increíble comience a hacerse realidad; claro que si Peña Nieto lo lee mejor será jaque mate”.
Fue en esos días cuando, en contra de la lógica, López Obrador resucitó el discurso del fraude y dijo en Tercer Grado que desconfiaba del IFE. PRI y PAN registraron su avance en las encuestas y comenzaron a atacarlo en los spots, algo que no habían hecho. Él no modificó el discurso, no tuvo propuestas atractivas, se aferró a los clichés del “cambio verdadero”. Perdió el impulso y, por ende, la elección.
Revivir millones de simpatías, hacerlas soñar y aun así perder por dos dígitos sería un fracaso. No hay que darle vueltas.
Leído en: http://www.vanguardia.com.mx/lopezobrador2012exitoofracaso-1318844-columna.html
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