Ricardo Alemán |
Es penoso, para la derecha y las izquierdas mexicanas, que a cinco días del 1 de julio, el tema de discusión sobre el proceso electoral no sean las posibilidades de triunfo del candidato presidencial de azules o amarillos.
Es lamentable, para los partidos que nacieron para echar del poder al PRI –el PAN y el PRD–, que a cinco días de la elección federal, la discusión no sea sobre lo reñido de la competencia por el primer lugar –entre las tres fuerzas de la geometría electoral mexicana–, sino por el segundo sitio.
Y es que a 24 horas de concluir las campañas, y a cinco días de la elección, la mayoría de los enterados no apuestan por la victoria de la candidata azul o el aspirante amarillo, sino por el porcentaje de votos que –sobre la señora Josefina y el señor Andrés–, hará presidente a Peña Nieto.
Debate inédito –impensable hace meses–, que se produce lo mismo en comederos políticos, abrevaderos de periodistas y opinadores, que en redacciones en donde se apuesta por una ventaja de entre ocho y 18 puntos porcentuales de diferencia, a favor de Enrique Peña Nieto, por sobre la señora Josefina o el señor Andrés.
Y no existe un solo analista, comentarista, periodista, corresponsal extranjero –que sean serios, claro–, que dude que el ganador de la contienda presidencial –del próximo 1 de julio–, será Enrique Peña Nieto. En todo caso, la diferencia de opiniones es por el tamaño de la paliza que en la contienda presidencial y del Congreso, le dará el PRI a sus adversarios.
¿Y qué significa todo lo anterior?.
Poca cosa. Que además de que es vergonzoso para los partidos de la derecha y la izquierda –y para sus dirigencias–, esa realidad confirma "el fracaso cultural" de azules y amarillos. Es decir, que no estamos ante un triunfo arrollador del PRI y menos ante el regreso de un partido tricolor moderno y democrático. No, asistimos al fracaso cultural del proyecto político y de gobierno del PAN y del PRD.
Y una vez identificadas las razones del potencial regreso del PRI, la siguiente pregunta obliga. ¿Por qué fracasaron el PAN y el PRD?. Las razones son muchas. Aquí proponemos tres.
Primero, que tanto el PAN, como el PRD, se contagiaron de las peores prácticas que –por décadas–, hicieron del PRI lo que fue; un partido nada democrático, corrupto, depredador, que cultivó el clientelismo y las prácticas autoritarias.
Segundo, que los gobiernos del PAN y del PRD –salvo excepciones–, nunca fueron honestos, eficaces, transparentes, proposititos y modernos, como pregonaron, frente a los gobiernos surgidos del PRI. Y decir que no superaron a los del PRI, ya es decir mucho. Y si tienen dudas, vale recordar las razones por las que la izquierda perdió, por ejemplo, Zacatecas, Michoacán y Baja California Sur.
La respuesta es tan aplastante como las razones; la izquierda perdió esos gobiernos, por políticos mediocres y pillos como la señora Amalia García, y los señores Leonel Godoy y Narciso Agúndez –éste último en prisión–, quienes resultaron verdaderos lacras, peores que las del PRI. ¿Y por qué el PAN va a perder Jalisco y Morelos, además de muchos otros gobiernos que le arrebató el PRI?. Elemental, por culpa de políticos y gobernadores como Emilio González y Marco Antonio Adame, que resultaron virreyzuelos de la mediocridad y la transa.
Y tercero, porque el PAN y el PRD, nunca o se preocuparon por invertir en la formación de cuadros; en la germinación y desarrollo de políticos jóvenes capaces de trascender la doctrina madre de la derecha y las izquierdas. Y es que los nuevos cuadros del PAN y del PRD no han sido más que arribistas que llegaron al poder a medrar y robar; igual que los polìticos y gobernantes del PRI, pero con la diferencia de que los tricolores eran y han sido eficaces.
Hoy el PAN solo tiene el gobierno federal –que perderá a partir del 1 de diciembre–, y un puñado de gobiernos estatales –entre ellos Guanajuato que no aguantará una elección más–, en tanto que el PRD sólo se cuelga del único bastión real de poder, que es el DF.
Por su parte –y en abierto contraste–, hoy el PRI tiene en su poder 20 gobiernos estatales y, a partir del lunes próximo, tendrá de vuelta el gobierno federal; posiblemente tenga mayoría en las dos cámaras del Congreso y elevará sus gobiernos estatales a 22, de 32. Aún así, lo curioso es que en el Distrito Federal, el PRI podría repetir su ayuno de triunfos, en tanto que el PRD podría arrebatarle al PAN sus tres jefaturas delegaciones en la capital del país.
¿Se entendió por qué ganará el PRI?. ¿Por qué perderán PAN y PRD?.
Así, o más claro.
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