Sergio Sarmiento |
La campaña empezó deslucida. Ninguno de los candidatos parecía generar entusiasmo. La espotización ordenada por la ley electoral de 2007, que centró el proceso político en 48 minutos diarios de anuncios de 30 segundos en radio y televisión, ayudó a profundizar el desencanto. Si bien los ciudadanos han sido sometidos a una avalancha de spots, no hay virtualmente ninguna recordación de los mensajes.
Los dos debates entre los candidatos presidenciales, las entrevistas en programas de radio y televisión, y el movimiento #Yosoy132, hicieron que se produjera un mayor interés en las últimas semanas.
Este mayor interés puede tener influencia en los resultados del 1 de julio. La experiencia nos demuestra que el PRI tiene un mejor desempeño en las elecciones con poca participación ciudadana, ya que tiene una mayor capacidad que otros partidos para llevar a electores a las urnas. Los votos que el PRI moviliza de esta forma son compensados por los de electores que acuden por su cuenta a las urnas, que aumentan cuando hay mayor participación.
A partir de las 12:00 de la noche de hoy empezará la veda electoral. Durante cuatro días, incluyendo el 1 de julio, se prohíbe cualquier promoción electoral o ataque a candidatos. La veda tiene también consecuencias electorales. El súbito silencio termina por favorecer la abstención y, por lo tanto, al PRI.
La mayoría de las encuestas en esta campaña les han dado una amplia ventaja al PRI y a su candidato, Enrique Peña Nieto. Algunos movimientos políticos, incluido el #Yosoy132, han cuestionado la fiabilidad de estos estudios. Andrés Manuel López Obrador ha aportado una encuesta que lo pone en primer lugar con una ventaja de 1.4 puntos, pero no ha revelado quién la hizo ni se conoce lo suficiente de su metodología. Josefina Vázquez Mota ha dicho que está a dos puntos de Peña Nieto, pero sus propias encuestas la ponen más atrás. Ayer se dio a conocer la encuesta de Covarrubias y Asociados, la casa favorita de López Obrador, que pone a Peña Nieto en primer lugar con 42 por ciento de las preferencias, seguido de AMLO con 30 por ciento y de Josefina con 27 por ciento.
El día de la elección las cosas pueden cambiar. Todos los sondeos siguen mostrando un número importante de indecisos: Cercano al 20 por ciento. Estrictamente hablando no se ha definido todavía la elección presidencial. En esto hay una gran diferencia con el proceso en el Distrito Federal, donde las mismas encuestas que la izquierda cuestionada a nivel nacional le dan a Miguel Ángel Mancera del Movimiento Progresista una ventaja de más de 40 puntos.
Un punto que puede incidir en el resultado es la confusión. En la elección presidencial los electores pueden votar varias veces por el mismo candidato. Pero en las votaciones concurrentes, por ejemplo en el Distrito Federal, esta misma conducta lleva a la anulación del voto.
Hemos creado un sistema electoral caro, con muchas salvaguardas y que sigue generando desconfianza. Ha saturado a los mexicanos con 44 millones de spots de radio y televisión. Y lo peor de todo es que este valioso tiempo no ha dejado ningún mensaje que puedan recordar los electores en el momento de presentarse a votar.
¿BIG ELIZABETH?
A unos días del inicio de los Juegos Olímpicos de Londres, y en honor a la reina Isabel II, la torre del Big Ben, cuyo reloj ha marcado la vida de los londinenses desde 1858, cambia de nombre a Torre Isabel. Me imagino que por décadas la gente seguirá refiriéndose a la torre como Big Ben, aunque el nombre ya sólo se aplicará a la campana.
Twitter: @sergiosarmient4
Leído en: http://www.zocalo.com.mx/seccion/opinion-articulo/la-campana
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