viernes, 27 de julio de 2012

Yuriria Sierra - Días olímpicos


A ratos nos percibimos como un país que no se la cree, que no entiende los tiempos que vive y, peor aún, que no saca jugo a todo su potencial. Un país que a ratos parece alcanzar el triunfo. Un triunfo que no sea sólo eso...

Yuriria Sierra
Hoy empieza oficialmente Londres 2012. A estos Juegos Olímpicos los recibe un mundo que ha visto en cuatro años, desde Beijing 2008, la caída de economías que se percibían fuertes y que hoy se asumen en crisis y recesión. Incluso el mismo país de la sede de este año, Gran Bretaña, se ha asumido así. También han caído regímenes y dictadores que se despidieron, por las malas y por las peores formas. Derrocamientos que significaban esperanza y ganas de un mejor porvenir para un pueblo y el Estado que debería resguardarlos. Países que se convirtieron en una gran interrogante, porque mucho se preocuparon por el fin de lo que los lastimaba, y poco por lo que seguiría y hoy viven bajo un régimen también opresor. Aunque en otros casos siguen a la espera de su democracia.
A Londres 2012 le esperan dos semanas donde los ojos del mundo intentarán concentrarse en lo que los atletas que por al menos cuatro años se han preparado, logren hacer en sus respectivas disciplinas, y llevar así a sus países la gloria de lo obtenido, porque sin importar el lugar que se ocupe dentro del medallero, a cada una de las delegaciones le significa algo el formar parte de la alineación de naciones olímpicas.
Estamos pensando en ésas, nuestras posibilidades, para lograr un mejor desempeño olímpico, sobre todo cuando hablamos de un país como México, donde la pasión deportiva tiene un lugar particular en el pensamiento colectivo. Ayer, cuando comenzaron las actividades, previas a la ceremonia de inauguración que se realizará el día de hoy, México arrancó con su Selección Nacional de Futbol. El Tri, como lo conocemos todos, jugó un partido que no arrojó goles ni de su parte ni del equipo contrario, Corea del Sur. Y preguntaba en Twitter qué esperábamos particularmente de estos enviados en la delegación mexicana. El futbol es el deporte que más se practica en nuestro país y también el que más fervores alimenta; pocas son las pasiones que salen a la calle, como la futbolera, en nuestro país, porque se ha entendido como una suerte de metáfora; como parte de ese sueño mexicano que históricamente no ha alcanzado llegar al punto deseado, el “ya merito”. La mayoría de quienes emitieron su opinión en el ejercicio al que convoqué en mi cuenta de Twitter, perciben a un equipo débil que, aunque con muchas ganas, “se achica”, esa fue la opción más votada.
Y es que sí, aunque deseamos el triunfo de ellos, los del Tri o deYahel CastilloPaola Espinosa o de cualquiera de los atletas mexicanos favoritos para colgarse una medalla y subirse al pódium, también a ratos nos percibimos como un país que no se la cree, que no entiende los tiempos que vive y, peor aún, que no saca jugo a todo su potencial. Un país que a ratos parece alcanzar el triunfo. Un triunfo que no sea sólo eso, sino también metáfora, y empuje para el resto de los terrenos que buscan cambio y mejora...

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