jueves, 16 de agosto de 2012

Raul Trejo - 2.5 Ghz: “rescate” o represalia

La banda de 2.5 Ghz es una de las más valiosas del espectro radioeléctrico. Allí se encuentran las frecuencias más idóneas para transmitir datos, a velocidades altas, a dispositivos móviles como los teléfonos celulares.

No se necesita ser especialista en telecomunicaciones para comprender la relevancia de esa banda. Quizá basta decir que su valor para cubrir el territorio mexicano se estima en más de 2 mil millones de dólares.

Durante 28 años, la empresa MVS tuvo los derechos para ocupar la mayor parte de esas frecuencias. Cuando las recibió en concesión, se utilizaban para transmitir televisión de paga pero pocos años después dicho servicio fue desplazado por la televisión satelital y de cable.




Pronto la convergencia tecnológica les encontró un uso más lucrativo, para la propagación inalámbrica de datos. Sin embargo, durante por lo menos una década, MVS mantuvo sin utilizar la mayor parte de la banda de 2.5 Gigahertz.

El gobierno pudo haber retirado esas concesiones desde comienzos del actual siglo. Prefirió convencer a MVS para que pagase por tales frecuencias. La posibilidad de aprobar o suspender las concesiones, que comenzaron a vencer durante los gobiernos de Fox y Calderón, fue una carta de presión constante sobre MVS que, como es sabido, difunde espacios radiofónicos notoriamente críticos, como el noticiero de Carmen Aristegui.

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes incumplió con su responsabilidad de asegurar un empleo eficiente del espectro radioeléctrico al prolongar ese regateo, que demoró más debido a docenas de recursos legales que interpuso MVS. El patrimonio nacional no debiera estar sujeto a negociación. Mucho menos a tratos secretos como los que durante años se mantuvieron acerca de frecuencias que seguían inutilizadas.

MVS propuso en 2011 encabezar un consorcio en el que participarían empresas estadunidenses que invertirían mil 100 millones de dólares y que aseguraban ofrecer banda ancha a grandes velocidades y a precios inferiores a los que ahora pagamos los usuarios en México. El gobierno no aceptó el precio que ofrecían pagar tales empresas por el uso de las frecuencias y el proyecto no funcionó.

Los beneficiarios de ese estancamiento han sido los consorcios que hacen negocio con la telefonía inalámbrica mala y cara que padecemos en México. Telcel sigue dominando en ese mercado. Paradójicamente, MVS tiene una alianza de negocios con otras empresas de Carlos Slim. Pero no fue del Grupo Carso, sino de Televisa y Televisión Azteca, de donde surgió la mayor oposición para que MVS siguiera ocupándose de la banda de 2.5 Ghz.

Los voceros de las televisoras han cuestionado prácticas monopólicas de MVS con singular cara dura, como si nadie supiera de qué manera Televisa y Azteca acaparan la televisión abierta en México.

Así que la decisión de la SCT al retirarle a MVS el uso de la banda de 2.5 Ghz es pertinente porque resultaba inaceptable que esas frecuencias permanecieran sin uso alguno. Pero además resulta notoria e injustificadamente tardía y tiene aristas políticas insoslayables porque perjudica a MVS y favorece a las televisoras. Y es una decisión insuficiente porque no basta que el gobierno ponga a licitación esas frecuencias, como anunció el miércoles 8 de agosto.

Si realmente se buscara reivindicar el interés de la sociedad, la licitación de esas frecuencias tendría que excluir a los consorcios que ya tienen segmentos importantes del espectro radioeléctrico y debería establecer como condición servicios de calidad con tarifas bajas para los consumidores. Además, el aprovechamiento de esa porción del espectro radioeléctrico no tendría que estar a cargo solamente de empresas privadas. En Estados Unidos se ha reservado un segmento de la banda de 2.5 Ghz para internet de banda ancha manejada por instituciones educativas.

Aunque el secretario Dionisio Pérez Jácome se ufana de reivindicar una “política de telecomunicaciones”, la única política del gobierno en ese campo ha sido para beneficiar a Televisa y Azteca. Así que el rescate de la banda de 2.5 Ghz no puede ser entendido al margen de los privilegios que la administración del presidente Calderón les ha otorgado a esas televisoras.

Televisa y Azteca actúan juntas como copropietarias de la telefónica Iusacell, aunque esa alianza está judicialmente impugnada. Juntas, han presionado al débil y con ellas reiteradamente complaciente gobierno del presidente Calderón para dejar a MVS sin la banda de 2.5 Ghz. Juntas, esperan beneficiarse de esas codiciadas frecuencias. De las reglas de la licitación dependerá que esa recuperación de espectro radioeléctrico propicie mayor variedad y calidad en las telecomunicaciones o que se trate de una vulgar venganza política. ¶

Fuente http://www.m-x.com.mx/2012-08-12/2-5-ghz-rescate-o-represalia/

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