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| Francisco Garfias |
Andrés Manuel López Obrador ya dio color de lo que sigue. Va por la desobediencia civil. “Es un honroso deber cuando se aplica contra los ladrones de la esperanza y de la felicidad del pueblo”, manifestó el Pejeen su primera reacción al fallo del TEPJF, que culminó con la declaratoria de Enrique Peña Nieto como Presidente electo y la entrega de constancia de mayoría.
A nadie sorprendió que el candidato del Movimiento Progresista dijera que las elecciones no fueron limpias ni libres ni auténticas. Es el mismo discurso que repite desde el pasado primero de julio. Lo extraordinario hubiese sido que acatara el fallo. Eso le daría una dimensión demócrata que no tiene. Nunca acepta su derrota.
Monreal, Encinas y otros lugartenientes del hombre de Macuspana se desgañitaron en descalificaciones hacia los magistrados del Tribunal que por decisión unánime desecharon la petición de invalidar la elección.
Andrés Manuel, eso sí, matizó su archiconocida frase de “al diablo con las instituciones”. Le resultó muy costosa. Ayer dijo que las instituciones sí son respetables, pero que están secuestradas por “la mafia en el poder”.
El tabasqueño gana tiempo. Diez días para definir lo que sigue. Convocó a sus seguidores a congregarse en el Zócalo hasta el 9 de septiembre, a las 11 de la mañana. Seguramente en ese lapso discutirá con sus aliados las formas de desobediencia civil.
Hay tres grandes desobedientes civiles en la historia: Mahatma Gandhi,Nelson Mandela y Henry David Thoreau.
Wikipedia nos recuerda que el hindú llamó a boicotear al gobierno colonial inglés, mediante huelgas, movilizaciones y violando la autoridad impuesta. El sudafricano predicaba la transgresión de leyes racistas en su país. Thoreau promovió el rechazo a pagar un impuesto del gobierno de la época, destinado a financiar la guerra de Texas contra México.
¿López Obrador llamará a desconocer el voto de los 19 millones de mexicanos que votaron por Enrique Peña con el argumento de que fueron comprados y que el tribunal está controlado por la “mafia en el poder”?
No hay señales de que el Peje vaya a suavizar su posición. Eso va a obligar a la llamada izquierda institucional a definirse, tarde que temprano, frente al tenaz líder de Morena.
Graco Ramírez, gobernador electo de Morelos, es el único que lo ha hecho. Sacó ayer un comunicado en el que anuncia que respetará la decisión del tribunal y convoca a construir un gran acuerdo nacional.
Miguel Mancera, jefe de Gobierno electo del DF, y Arturo Núñez, gobernador electo de Tabasco, observan un conveniente silencio. Nada dirán hasta que haya una definición colegiada.
Aunque Graco asegura: “Vamos a trabajar en conjunto, los gobernadores progresistas, con los grupos parlamentarios, en un diálogo y acuerdo. Yo insisto en el pacto social”, dijo.
Por lo pronto, la dirigencia nacional del PRD no va a romper el cordón umbilical con el líder de Morena. El Consejo Político Nacional de ese partido, reunido ayer, no planteó ningún deslinde con el planteamiento de desobediencia civil. Al contrario, van a acompañar y a trabajar junto con el tabasqueño en el planteamiento que se hará el próximo 9 de septiembre.
Dice el comunicado de la reunión:
“Por acuerdo de la Comisión Política Nacional y el Secretariado Nacional del PRD, se acordó convocar a una ‘Reunión Cumbre’ el próximo miércoles 5 de septiembre en la Ciudad de México, con la asistencia de gobernadores, dirección nacional del PRD y representantes de los grupos parlamentarios, a fin de diseñar una propuesta de plan de acción que —en unidad con las izquierdas— restablezca la legalidad en nuestro país, luego de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación validara y calificara la elección presidencial en favor de Enrique Peña Nieto:
El compromiso fue dado a conocer por el mismísimo Jesús Zambrano, quien anunció igualmente que este partido acompañará la convocatoria de López Obrador en el Zócalo capitalino el próximo 9 de septiembre.
“Vamos a garantizar la unidad de la izquierda. No habrá ningún tipo de separación. Trabajaremos en conjunto. Rechazamos la resolución frívola del Tribunal porque no fue a las causas de fondo”, sintetizó el senadorArmando Ríos Piter.
Por lo pronto, los exhortos lanzados por el PRI, PAN y PVEM a los inconformes obradoristas para que respeten las instituciones electorales y acaten la resolución del Tribunal, no sirven absolutamente de nada. El PAN, por lo demás, ya mandó a volar al Peje en su llamado a la desobediencia civil.
Moraleja de la semana (cortesía de Winston Churchill): La democracia es la necesidad de doblegarse de vez en cuando a las opiniones de los demás.
Leído en: http://www.excelsior.com.mx/index.php?m=nota&seccion=opinion&cat=11&id_nota=856758
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