PRIMER TIEMPO: Y pensar que quería irse a Buenos Aires. Con las mejillas notoriamente redondas —producto de la cortisona, parte de su tratamiento médico preventivo—, y un cambio de look en el cabello —dejó el viejo rubio oxigenado por un moderno castaño, como en sus años mozos-, Elba Esther Gordillo reapareció como una guerrera en Playa del Carmen, para gritarle —literalmente— a los dirigentes del magisterio que está para quedarse, ya no como líder vitalicia sino, un poco menos soberbio o sobrado como lo había decidido hace unos años, como secretaria general ejecutiva del sindicato de los maestros que desde 1989, por la decisión unipersonal del entonces presidente Carlos Salinas, encabeza. La maestra Gordillo utilizó el foro para lanzar anatemas y definir territorios. Algunos fueron lugares comunes que dijo con vehemencia para que lo escucharan quienes debían, como cuando aseguró que no buscaría ser secretaria de Educación en el gobierno de Enrique Peña Nieto, cuando en sus pláticas previas a la elección presidencial ella nunca pidió el cargo para ella, sino para su yerno Fernando González, a lo que recibió una respuesta que asimiló rápidamente: imposible, no sería viable políticamente ni en México ni en el extranjero, y sólo acarrearía costos para todos.
Otros fueron codificados, como cuando reconoció al presidente Felipe Calderón y luego, ya sin mencionarlo, se refirió a haber acompañado el cambio, para rematar con: “ayer me necesitaste; hoy me rechazas”. La maestra se la jugó con Vicente Fox, a quien no tocó en su discurso, y con Calderón, a quien le dio el soporte magisterial para vigilar las casillas electorales en 2006 y contribuir a los 250 mil votos por los que ganó. Los menos fueron amenazas, como cuando dijo que había traiciones dentro del sindicato que eran utilizadas por políticos, en una dedicatoria directa y personalizada al profesor Rafael Ochoa, que fue su incondicional lugarteniente y que terminaron el año pasado casi a gritos. Elba se apoderó del escenario. Detrás de él, sus fieles mandaron el mensaje que tenían que apoyarla para que, bajo otra fórmula, siguiera al frente de los maestros, que es en donde se revuelven para acomodarla. Ni modo, será para la otra. Para quienes iban por el relevo, y para ella, que pensaba iniciar en Navidad su nueva temporada de residencia en la Buenos Aires de sus amores.
SEGUNDO TIEMPO: ¿Ya ven cómo sí me necesitan? Lo que son las cosas. La semana comenzó fatal en el cuartel general de la maestra Elba Esther Gordillo, porque el congreso extraordinario de los maestros, que se había planeado por meses para celebrarse en Rosarito, Baja California, había entrado en una crisis antes de comenzar porque la disidencia del magisterio había empezado una caravana para llegar a tiempo a lo que consideraban un conciliábulo y sabotearlo. El Plan B era Playa del Carmen, donde aunque dieran media vuelta los vehículos, no iban a llegar a tiempo para echarle a perder su fiesta de reelección. Pero vaya que tiene suerte. Un manejo de fuerza para hacer respetar la ley, con un mal manejo político por parte del gobernador Fausto Vallejo, convirtió una crisis de normalistas en Michoacán que no querían clases de inglés ni de informática, en un conflicto estatal que escaló a varias partes del país. Vallejo aplicó la ley en forma químicamente pura, sin tener los puentes bien armados —culpa, por organigrama y función, de su secretario de Gobierno, Jesús Reyna— para que los toletazos dolieran menos con los acuerdos políticos. Gracias a Vallejo, el magisterio mostró sus dos contrastes, el de la maestra que no ha presionado más allá de la política en más de 20 años al frente del sindicato sin llevar nunca a los maestros a las calles, y la disidencia magisterial, la Coordinadora, que en 2005 en Oaxaca o en 2012 en Michoacán mostraron que tienen comportamientos impredecibles y radicales, algo muy poco apreciado en la política. La Coordinadora es enemiga de Gordillo, sobre todo en público, pero tienen comunicación con ella, han desarrollado alianzas tácticas y reciben financiamiento del sindicato de maestros.Real politik en el magisterio nacional. Michoacán no lo comenzó ella, ni tampoco lo maneja. Pero el espejo muestra los contrastes. Si la Coordinadora, que sólo tiene fuerza real en esos estados —muy disuelta ya en Chiapas y la ciudad de México—, es capaz de paralizar un estado y prender alertas nacionales, ¿qué podría hacer Gordillo con más de un millón de maestros? Así es, mucho daño político.
TERCER TIEMPO: Mis enemigos, son los de la Patria. Si algunos momentos del discurso de la maestra Elba Esther Gordillo ante sus agremiados en Playa del Carmen fueron codificados, otros fueron todo lo contrario. A nadie de sus adversarios se refirió tan directamente como a Televisa, a través de tamborazos. La maestra utilizó el tema de las presiones para que los sindicatos transparenten sus finanzas para pedir, con un sofisma —porque no es lo mismo recibir dinero privado que público—, que el programa Bécalos rinda cuentas. Bécalos es un programa de Fundación Televisa que obtiene financiamiento de empresas privadas, pero la maestra le pasó la factura porque considera que esa compañía de entretenimiento, es su enemigo ideológico y contra quien disputa el futuro de la educación básica. Doña Elba estaba muy enojada con ellos. Hace algún tiempo le sacaron una película muy crítica de ella y de la calidad que tienen sus maestros —De Panzazo, se llama—, financiada por Mexicanos Primero, una ONG que dirige Claudio X. González Guajardo, que fue presidente de la Fundación Televisa, y entre cuyos vocales se encuentran Pablo González Guajardo, quien dirige Kimberly Clark, donde por años ha sido el jefe supremo y mentor Claudio X. González padre, que también es consejero de Televisa, y Fernando Landeros, que dirige la Fundación Teletón, que maneja… Televisa. Su pleito con Televisa tiene más de un año y visto el campo de batalla, falta mucho para que se dirime esa guerra.
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Twitter: @rivapa
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