La joya de la corona es aquella declaración realizada por Maquiaelba, la protagonista antagónica de este triste cuento educativo nacional que nos tiene en el último lugar de las evaluaciones de la OCDE.
La dirigente vitalicia del SNTE, como se hizo llamar Elba Esther Gordillo, hace ya un tiempo, dijo el jueves en Cancún que en su sindicato no caben líderes vitalicios (sic). En el marco de la Reunión Plenaria que se lleva a cabo en aquel paradisiaco lugar, muy ad hoc para que los maestros sometidos, digo, agremiados al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación resuelvan sus pendientes, como el de la renovación de su dirigente. Maquiaelbadijo “si me quedo, daré pelea...”. Ojalá que no, por favor.
Elba Esther, hasta lo que va del encuentro, ha hablado de todo lo que ha podido para enviarle mensajes a todo el mundo. Le dedicó unas líneas a Josefina Vázquez Mota, sin nombrarla, claro; si no cómo se cura en salud, como cuando confundió la medalla olímpica de futbol con una de beisbol y dijo que los críticos son quienes no entienden de lo que ella habla.
La lideresa también votó a favor de la transparencia sindical para que notemos su vocación de servicio, aunque, claro, de una transparencia que se quede entre las cuatro paredes que forman su sindicato: “sí a la transparencia, pero sólo entre nosotros...”, dijo. Así que no nos emocionemos. Aunque, en realidad, qué ingenuo sería pensar lo contrario. Maquiaelba siempre ha sabido qué hacer para mantenerse a la cabeza de su sindicato y con los recursos en su bolsillo.
Por lo pronto, le han preparado ya un pliego petitorio a Enrique Peña Nieto, y aunque aún no está concluido, ya se leen algunas de las que serán sus nuevas demandas o, adivinen, ¡harán paro nacional! Ahora el SNTE solicitará un aumento de salario, obviamente, que ya sean seis salarios mínimos como sueldo para cualquier maestro que ingrese a impartir en la educación media superior y no 4.2, como lo es ahora.
También desean que el aguinaldo y la prima vacacional sean exentas de pago del Impuesto Sobre la Renta, pa’ que les rinda. Así como más recursos para la carrera magisterial.
...¿Y sobre la Evaluación Universal? Por ahora, nada, o sea, están en Cancún, ni modo que Elba Esther les eche a perder el viaje a los más de tres mil 500 delegados sindicales que acudieron a su llamado. Eso lo resuelven luego, cuando haya intenciones de someterlos de nuevo a esa prueba que mediría su preparación docente y de la que tendrían que depender el mantenimiento de sus respectivas plazas. Cruz, cruz, dirán.
Y, claro, la joya de la corona es aquella declaración realizada porMaquiaelba, la protagonista antagónica de este triste cuento educativo nacional que nos tiene en el último lugar de las evaluaciones de la OCDE. Ella no será sirvienta de nadie, dice. Y tiene razón, ella es quien ofrece las manzanas, no quien las come —cacle, cacle—; es Maquiaelba, no Cenicielba.
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