jueves, 29 de noviembre de 2012

Ramón Alberto Garza - La disputa por el gabinete


A unas horas de que se anuncie el gabinete de Enrique Peña Nieto, la lucha irreconciliable de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo se asoma en las presiones para colocar a los suyos y dominar el nuevo gobierno
El retorno del PRI a Los Pinos podría ser menos terso de lo que se presume. 
Y es que una silenciosa pero evidente disputa entre dos ex presidentes priistas se asoma a unas hora de que el mandatario electo Enrique Peña Nieto de a conocer su gabinete.
Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo forcejean en el papel para acaparar las posiciones estratégicas dentro del nuevo gobierno que se espera anuncie el jueves próximo,  para estrenarse el sábado primero de diciembre.
El epicentro de esa disputa se ubica entre los equipos que rodean a Luis Videgaray y a Miguel Ángel Osorio Chong. Uno dominando la estrategia económica; el otro, la política.




Videgaray sería el líder visible del Grupo Salinas que busca dominar lo mismo la secretaría de Hacienda que Sedesol, Pemex, CFE, el Seguro Social y el Issste. Su brazo político sería Manlio Fabio Beltrones.
Osorio Chong se presentaría como la fachada del Grupo Zedillo que busca controlar desde la Secretaría de Gobernación, Seguridad Pública, Procuraduría, Educación, y Economía. El brazo económico sería Ildefonso Guajardo.
Dentro del Grupo Salinas se ubican también a Emilio Lozoya Austin, Beatriz Paredes, Pedro Joaquín Coldwell, José Antonio González Anaya, Rosario Robles, Claudia Ruiz Massieu, Andrés Massieu. Alfonso Navarrete Prida, Jorge Montaño e Ivonne Ortega.
Dentro del Grupo Zedillo se identifica a Jesús Murillo Karam, Liébano Sáenz, Emilio Chuayfett, José Ángel Gurría, José Antonio González Fernández, José Córdoba Montoya, Enrique de la Madrid  y Santiago Levy. 
El perfil de los salinistas que aspiran a ocupar cargos estratégicos dentro del gobierno peñista es clara. Son técnicos, egresados del ITAM (Instituto Tecnológico Autónomo de México) y con postgrados en universidades norteamericanas como MIT o Harvard.
El de los zedillistas es de políticos, abogados y economistas egresados de la UNAM, la Libre de Derecho o de universidades públicas de provincia. Solo unos pocos tienen postgrados en universidades extranjeras como Texas, Harvard, Stanford, París, Arizona y Pensilvania. Analicemos.
Padrinazgo salinista
Desde que Carlos Salinas apadrinó la fallida candidatura presidencial de Arturo Montiel en el 2005, la sombra del expresidente se posó sobre Enrique Peña Nieto.
Antes de concluir el gobierno de Montiel en el Estado de México y que este aspirara a la candidatura presidencial priista 2006, Salinas habría impulsado la asesoría de Pedro Aspe, en la renegociación de la pesada deuda del Edomex.
Desde las filas de Protego, la consultoría financiera del ex secretario de Hacienda salinista, se habría enviado a Luis Videgaray.
El egresado del ITAM con maestría en el MIT (Massachussets Institute of Technology) no volvió a Protego. Con la entrada de Enrique Peña Nieto al gobierno mexiquense se convirtió en su hombre de las finanzas.
Y más tarde, como diputado federal y presidiendo la Comisión de Presupuesto, Videgaray articuló una compleja red política con gobernadores priistas que le servirían de plataforma para arropar la candidatura presidencial peñista.
Por eso no fue difícil que el pupilo de Pedro Aspe se colocara como el coordinador de campaña de Peña Nieto. El sello de influencia salinista estaba asegurado.
Sin embargo no todo era miel sobre hojuelas para Carlos Salinas en su relación con Peña Nieto. El factor Televisa comenzó a jugar un rol estratégico, tomando cada vez mas distancia del expresidente.
Con su histórica influencia sobre las dos principales televisoras de México, Carlos Salinas descansaba en sus amigos Pedro Aspe y Claudio X. González, entre otros, para influir en el consejo de Televisa.
En TV Azteca el patronazgo original que le diera a esa televisora el apoyo financiero de su hermano, Raúl Salinas de Gortari, parecía suficiente para contar con el respaldo político.
Sin embargo Carlos Salinas se desencantó de su relación con Televisa cuando en febrero del 2011 la televisora se negó a  transmitir la noticia de que Ernesto Zedillo podría ser juzgado por la matanza de Acteal.
La razón era simple. Cuando en abril de 1997 –en pleno sexenio zedillista– falleció Emilio Azcárraga Milmo, la disputa por el control de Televisa se encendió entre las familias Burillo, Alemán, Cañedo White y Azcárraga.
Una bien montada operación de apoyo político y articulación económica, operada desde el gobierno de Zedillo por Liébano Sáenz y Francisco Gil Díaz, culminó con la ratificación y consolidación de Emilio Azcárraga Jean como el joven presidente del poderoso consorcio.
Burillo, Alemán, y los Cañedo White terminaron por deponer  sus posiciones accionarias, que fueron ocupadas por Carlos Slim y María Asunción Aramburuzabala.
Desde su presidencia, Zedillo consumaba entonces una alianza histórica con Televisa que se impondría a la influencia política que a través de su consejo podría ejercer su influyente antecesor.
Carlos Salinas se dio cuenta entonces que la imagen de pantalla cuidadosamente articulada en favor de Enrique Peña Nieto, también tenía otros dueños. El candidato presidencial del PRI, imbatible en las encuestas internas del partido, ya no estaba sujeto a su área de influencia exclusiva.
El deslinde en pantalla 
En medio del desencuentro que se diera en febrero del 2011 entre Salinas y Televisa, se promovió una entrevista con Enrique Peña Nieto en Primero Noticias, el noticiero matutino de la televisora.
El 4 de marzo del 2011, Carlos Loret de Mola planteó al precandidato presidencial del PRI una pregunta crucial: “¿Está detrás de usted Carlos Salinas?”.
Ramón Alberto Garza


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