¿Por qué las dirigencias de los dos principales partidos opositores (PAN y PRD) firmaron un pacto con el nuevo gobierno del PRI que, de prosperar, podría mejorar la situación del país, de tal suerte que se incrementarían las probabilidades de que el tricolor siga ganando elecciones estatales y nacionales?
La primera respuesta puede ser ideológica: las dirigencias panista y perredista tuvieron un momento de inspiración nacionalista. De repente les cayó el veinte que tenían que privilegiar los intereses nacionales sobre los partidistas. Si esto fuera cierto, estaríamos frente a políticos benevolentes, algo que no es común y corriente en la historia. Sobre todo si recordamos que, cuando los panistas gobernaron, ni los priístas ni los perredistas fueron muy generosos que digamos con aquellos gobiernos. Ahora estaríamos frente a un enorme golpe de suerte para el gobierno del PRI porque su oposición sí estaría dispuesta a apoyarlos tan sólo por "el bien de México".
Esa es una primera opción. Partamos, ahora, de una premisa diferente: que Gustavo Madero y Jesús Zambrano estamparon su firma en el Pacto no por su magnificencia con México, sino porque racionalmente les convenía; que realizaron un cálculo de costos y beneficios y, como el saldo era favorable, le entraron al acuerdo. La pregunta es, entonces, qué sacaron a cambio.
Me parece que, en primer lugar, la respuesta se encuentra en el capítulo de reforma electoral del Pacto. Hay una serie de compromisos que, de concretarse, perjudicarían a la mejor maquinaria electoral que existe en el país: la del PRI. Nótese todas las concesiones que hicieron Peña Nieto y su partido.
Uno, aceptaron una "reducción y mayor transparencia del gasto de los partidos" y la "disminución en el monto de los topes de campaña". Al ser el PRI el partido con más presencia en los estados y la Federación, es el que más dinero público recibe. Cualquier recorte en esta partida presupuestal pues a quien más perjudicaría sería al tricolor.
En segundo lugar están las nuevas propuestas para anular una elección: por rebasar los topes de campaña, utilizar recursos al margen de las normas que establezca el órgano electoral y comprar cobertura informativa en cualquiera de sus modalidades periodísticas. ¿Quién es el partido que practica más estas trampas? Se supone que es el PRI, aunque la oposición nunca ha logrado comprobarlas a cabalidad en los tribunales.
En el Pacto por México, PAN, PRD y el gobierno del PRI prometen, además, "prohibir el uso y la entrega de utilitarios de promoción electoral, tales como materiales plásticos, materiales textiles, despensas y materiales de construcción". Una vez más: el PRI es el partido que presuntamente reparte mejor toda esta parafernalia. También está el compromiso de "fortalecer la legislación para evitar el uso de esquemas financieros y/o recursos de origen ilícito con el propósito de inducir y coaccionar el voto". ¿Suena familiar? ¿A quién se acusó de esta práctica en las pasadas elecciones? ¿Acaso no fue al partido del presidente Peña?
¿Y qué decir de los institutos electorales estatales? Muchas son las quejas que estos organismos, lejos de ser autónomos y ciudadanos, son controlados por los gobernadores. El Pacto contempla desaparecer dichos institutos para que sea un instituto nacional el que organice todas las elecciones en México. ¿Quién es, en este sentido, el posible perdedor? Pues el PRI que tiene el mayor número de gobernadores en el país (20 de 32 incluyendo al DF).
En materia de medios, los perdedores de la elección pasada se quejaron amargamente de la enorme presencia que tuvo Peña durante el sexenio pasado en los medios de comunicación (soslayan el que tuvo el ex presidente Calderón y el ex jefe de gobierno capitalino Ebrard). El tema es que ahora los tres partidos se comprometen a transparentar y limitar el gasto de los diferentes gobiernos en propaganda en los medios. Para eso crearán, de acuerdo a una propuesta original de Peña, un organismo ciudadano y autónomo que supervise "la contratación de publicidad de todos los niveles de gobierno". Esto podría convenirles a aquellos que hoy en día gastan menos, porque tienen menos gobiernos en México, es decir al PAN y PRD.
En el Pacto, la izquierda además logró que se incluyera el compromiso de dotar de una Constitución propia a la entidad más importante que ellos gobiernan: el DF. El PAN, por su parte, obtuvo la exigua promesa de revisar la reelección de los legisladores, algo por lo que siempre han luchado los panistas.
Pero hay más razones que creo que explican por qué PAN y PRD firmaron el Pacto por México. Mañana hablaré de ellas.
Twitter: @leozuckermann
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Por favor, sean civilizados.