miércoles, 19 de diciembre de 2012

Ricardo Alemán - Vandalismo, sobornos, lavado y... nada pasa

Dice el Presidente Enrique Peña Nieto que "el mundo se sorprenderá" de lo que su gobierno logrará. Y es posible que así ocurra luego de los seis años venideros.

Sin embargo, también es cierto que los mexicanos y el mundo ya hoy se sorprenden de la otra cara de la moneda; del escandaloso, ofensivo y grosero lavado de dinero de un banco como HSBS –que fue la institución modelo para los barones del crimen y el narcotráfico mexicanos--, mientras que los pasos previos a ese "negocio de muerte" arrojaron 60, 70 o quién sabe cuántos miles de muertos y desaparecidos.

El mundo también se sorprende de la vergonzosa cadena de sobornos en la que incurrió la más importante cadena de supermercados, la multinacional Walmart, que repartió sobornos a diestra y siniestra para conseguir permisos de apertura de 19 tiendas en todo el País, incluido el Estado de México.



Y sin duda que el mundo entero se sorprendió del grotesco y vulgar espectáculo que protagonizaron piquetes de vándalos a sueldo que causaron destrozos en la periferia céntrica del Distrito Federal, precisamente el 1 de diciembre, la fecha en la que tomó posesión el nuevo Presidente mexicano, el señor Enrique Peña Nieto.

Pero más allá de la vergüenza por el ofensivo lavado de dinero, por el cuestionable soborno y el grotesco vandalismo, la mayor ofensa es el tamaño de la impunidad que prevalece en los tres casos. ¿Quién será capaz de sorprender al mundo y a los mexicanos, con investigaciones y sanciones para los que lavaron dinero, sobornaron y vandalizaron?

Y es que mientras son incontables los muertos y desaparecidos producto de la lucha contra el crimen –mientras que familias enteras fueron destruidas por los efectos del crimen--, al banco que se benefició de los nueve mil 400 millones de dólares lavados por los criminales mexicanos, el global HSBC, sólo fue sancionado con una multa de 30 millones de dólares, en tanto los ejecutivos responsables del crimen financiero, no sólo gozan de libertad, sino que disfrutan de las millonarias ganancias de la corrupción. El escándalo sorprende, pero no pasa nada.

Resulta que la prensa norteamericana debió realizar una investigación sobre los sobornos entregados por la cadena detallista Walmart de México --a decenas de servidores públicos, presuntamente de los niveles municipal, estatal y federal para instalar sus tiendas--, y hasta hoy nada han dicho las autoridades municipales, estatales y federales. Y es que si bien el escándalo es mundial y sorprende a todos, lo cierto es que en México nada pasa.

Y resulta que la primera imagen que conoció el mundo de la toma de posesión del nuevo Presidente mexicano, del priista Enrique Peña Nieto, fue esa en donde hombres y mujeres con el rostro cubierto vandalizaban la capital del País.

Sin embargo, y a pesar de que abundaron las imágenes, las evidencias y los testimonios, la autoridad capitalina saliente, la que encabezó Marcelo Ebrard, fue incapaz de probar la responsabilidad de la mayoría de los detenidos. Y frente a esa burla por parte del Ministerio Público del DF, la jueza de la causa debió improvisar un laboratorio criminal especializado en tecnología digital, para poder acusar a 14 de los presuntos responsables.

Y es que a pesar de las promesas de justicia y de que no habría impunidad, sólo están presos 14 presuntos vándalos, mismos a los que el lopezobradorismo pretende rescatar mediante el chantaje. ¿Y cual es el chantaje?

Por un lado, derogar del Código Penal --en la Asamblea Legislativa--, el artículo que sanciona el vandalismo. Y por el otro, canjear a los vándalos que podrían pasar hasta 30 años en prisión, por la promesa de no paralizar la capital del País con motivo de la reforma educativa. Y claro, en el caso del vandalismo y de sus secuelas, tampoco pasa nada.

¿Hasta cuándo, los señores Enrique Peña Nieto, Miguel Ángel Mancera y los gobernantes de todos los signos y partidos, sorprenderán al mundo y a los mexicanos con el fin de la impunidad? Al tiempo

En el camino

Por cierto, el que no tiene desperdicio por la sorpresa mundial es el nuevo titular de Conaculta, el señor Tovar y de Teresa. Dicen que sus reuniones de trabajo son tan exquisitas que en ellas no se habla castellano, sino francés. ¿Será?... Y ya metidos en las sorpresas mundiales, le podemos decir que no deberá sorprender a nadie que el jueves próximo se apruebe en las dos cámaras del Congreso –la de diputados y la de senadores--, la reforma educativa. Y claro, después de eso, arrancará la guerra por paralizar al País. Y el pretexto será la patraña de que se pretende privatizar la educación.

Leído en http://www.noroeste.com.mx/opinion.php?id_seccion=104

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