domingo, 17 de febrero de 2013

Parejas swingers: Amor entre dos, sexo entre varios



Este estilo de vida tiene una cantidad considerable de adeptos, además que hay hoteles de lujo y lugares para practicarlo, aunque pocos lo aceptan abiertamente


Tener sexo con otra persona ¡con el permiso de tu pareja y frente a ella! ¿Cuántos de nosotros rechazaríamos esta propuesta? En México la práctica swinger no está peleada con el amor, pero nadie acepta abiertamente su gusto por ella o al menos, la curiosidad por conocer detalles de lo que en realidad es. “Yo me sorprendo de la cantidad de swingers que hay y aunque no es una pregunta del Inegi te das cuenta por la audiencia de un programa de radio web para esta población. En el sector turístico hay hoteles que son muy visitados. Ahí entiendes que es un estilo de vida muy común en México” explica a Animal Político Paulina Millán, directora de investigación del Instituto Mexicano de Sexología.




¿Entrevistar a un swinger? ¡Ni por teléfono! No quieren, rechazan la propuesta inmediatamente, no desean abrir su intimidad. Para conocer detalles de su experiencia el Imesex realizó un estudio vía internet con cerca de 400 personas que se autodenominaron swingers; todas pertenecen a un estrato socioeconómico medio-alto, alto; la mayoría de ellas tiene parejas estables desde hace siete años y aceptaron responder libremente de manera anónima. “Nos decían que estaban muy contentos de realizar esta práctica aunque afirman no sentirse entendidos por el resto de la gente, por eso prefieren no decirlo porque se sienten discriminados” detalla Millán.
Los resultados del estudio arrojan tres datos importantes: la mitad de los participantes tuvo su primera
experiencia swinger hace más de tres años; el 70 por ciento acude a encuentros swinger ocasionalmente
y el 23 por ciento lo hace cada semana o mes. El 74 por ciento acude con su esposa o pareja y el resto
va acompañado de amigas u otras personas.
Los swingers no se confunden porque las reglas son muy claras: es sólo un intercambio de tipo sexual,
sexo seguro, generalmente debe ocurrir en un cuarto donde su pareja los pueda ver y al final entre los
participantes no hay cambio de datos personales o tarjetas para tomar café en el futuro. Sólo comparten
fantasías sexuales previo acuerdo. Algunas modalidades secundarias son sólo acudir a ver, hacer tríos,
cambiar parejas o bien tener orgías. Pero siempre sobre la base de que todo es elección de la pareja y
“no es no”. Como sexóloga Millán refiere que en ese sentido los swingers son muy respetuosos pues si
bien pueden coquetear, tirar la onda o intentar seducir a otra persona, si ésta no quiere tener sexo con
ellos su decisión se respeta.
Este estudio arrojó datos que sustentan que los swingers son funcionales en el resto de las actividades
que comparten con su pareja como los hijos, profesión y la vida en común. ¿Por qué entonces estas personas eligieron conocer esta práctica? Textualmente las respuestas fueron: por curiosidad… quería
gozar mas el sexo sin engañar a mi marido… quería cumplir todos mis deseos sexuales y no quedarme con las ganas como muchas mujeres… buscar nuevas experiencias en pareja… exploración de nuestros sentimientos de propiedad e inseguridades.
“Es chistoso porque en realidad lo que los swingers buscan es conservar a su pareja, que su relación
dure más dándole mayor diversidad sexual y más material para fantasear” asegura Millán. Según esto
los swingers ya están involucrados sentimentalmente con su pareja y con ella desean relacionarse sexual y eróticamente con terceros. Incluso muchos de ellos respondieron que realizar prácticas swingers les ayudó a que su relación saliera del estancamiento y tedio; aseguran que como pareja ahora tienen más confianza, comunicación y que están más relajados. “Lo más recomendable es que las parejas primero acudan a estos lugares para ver y después hablar de lo que vieron, sintieron y pensaron. Y si les late ¡adelante! Pero tener prácticas swinger sólo por complacer a su pareja puede no terminar bien” recomienda la sexóloga.
Vacaciones “open”
En el mundo hay pocos hoteles open mind donde está permitido el nudismo y prácticas swingers. En el sector turístico se autodenominan swinger friendly, se localizan únicamente en Jamaica y Francia. Por
sus playas y clima México tiene cuatro hoteles de estas características en Cancún y Los Cabos; funcionan desde hace nueve años y pertenecen a la cadena Original Resorts que ofrece según su página web “los ambientes más exclusivos para atraerte a disfrutar de las más seductoras vacaciones de toda tu vida, y que sin duda renovará la pasión entre tu y tu pareja”.
Martín Good, Gerente General de Desire Resort & Spa en la Riviera Maya precisa a Animal Político que la mitad de su clientela es nudista y la otra mitad lifestyle; si bien, dice, el 70 por ciento de sus visitantes son norteamericanos hay un 12 por ciento de mexicanos que va en aumento, en su mayoría proceden del Distrito Federal y Monterrey. “Estar aquí durante una semana tiene un costo promedio de 50 mil pesos, la tarifa promedio es de 650 dólares por noche. Hemos recibido políticos nacionales y extranjeros, abogados, banqueros y todo tipo de persona que quiere vivir experiencias impactantes. Tuvimos esta idea porque en el mundo hay un mercado de millones de personas que gustan del lifestyle o practicas swingers. Tan solo en Estados Unidos hay agencias de viajes con este perfil que cuentan con 200 mil miembros, pero no aceptamos gays ni lesbianas”.
Para entrar a estos hoteles la condición es hacerlo en pareja. Desde su reservación la clientela conoce y
acepta el reglamento del lugar: usar ropa en los restaurantes gourmet, respetar a todos los huéspedes y
empleados, no tomar fotografías ni video, respetar las áreas designadas para actividades sexuales (un
jacuzzi launch a cielo abierto y un espacio ubicado detrás de la discoteca), está prohibido el sexo con
empleados del hotel, respetar que “no es no” y no usar drogas.
Pese a ello Good afirma que el hotel tiene una lista negra de aquellos clientes que, dice, no se portaron
bien y que así como llegaron se fueron el mismo día. Por extraño que parezca explica que el 95 por ciento de los clientes se quita la ropa en cuanto ingresa al lugar “¡todos se la quitan! y aunque somos un hotel nudista es común que las mujeres lleguen con exceso de maletas de ropa y zapatos. Tuvimos que remodelar las habitaciones para ampliar el espacio de cajones y closets”.
En este hotel el entretenimiento está orientado para adultos, por ejemplo hay talleres sexuales que deben ser tomados en pareja ya sea para aprender a bailar en tubo, aprender fotografía y masajes eróticos, o bien conocer más del placer sexual. La invitación es clara, detalla la página web, “imagina un lugar de belleza, erotismo y estoicismo, un lugar para abandonar inhibiciones y poder ser tú mismo.
Imagina compartir este paraíso con otras parejas que conservan la misma manera de pensar y que buscan un lugar sensual, una aventura ropa opcional de acuerdo a su estilo de vida”.
El rango promedio de edad de la clientela es de 30 a 45 años aunque llegan jóvenes de 21 años hasta adultos de 50. En las zonas donde se permite el sexo al aire libre es opcional aceptar o no las invitaciones de otras parejas. “Aquí no hay problema, a veces vienen parejas solas o en grupo; si ellos saben quiénes son, si son amigos o no, pueden invitarlos. Pero ellos conocen la regla de oro en la que sí
es sí; y no es no”.
Al final de su estancia las parejas llenan la tradicional encuesta de satisfacción y Good asegura que el
99 por ciento de ellos aseguró recomendarlos con amigos y conocidos. “¡Luego no se quieren ir! La
verdad es que aquí es un lugar muy cachondo para que la gente disfrute y renueve su vida sexual, todo
mundo anda de la mano besándose todo el día”.

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