domingo, 17 de febrero de 2013

Zepeda Patterson - ¿Peña Nieto vs Televisa?


Los Pinos quiere deslindar la figura del presidente Enrique Peña Nieto de los intereses de Televisa. La pregunta de fondo es si esto obedece a una mera estrategia de imagen y la relación entre ambos sigue intacta, o si en verdad existe un distanciamiento puntual entre los intereses de los otrora aliados.

Desde la arranque del sexenio Los Pinos ha realizado evidentes esfuerzos para quitarse la etiqueta de que su gobierno sería un títere del monopolio televisivo, como algunos detractores habían anticipado a partir de la estrecha relación que existía entre ambos antes y durante la campaña presidencial. Para nadie es un secreto que desde mediados de su administración como gobernador del Estado de México, Televisa fue la
plataforma mediática primordial para convertir al mandatario estatal en una figura nacional. Su matrimonio con Angélica Rivera, La Gaviota, estrella del Canal 2, no hizo sino aumentar la sensación de una estrecha
cercanía entre el político y la empresa de comunicación.



Pero hoy, para mencionar sólo este último punto, Angélica Rivera se ha
eclipsado de la escena presidencial. Durante la campaña fue una
acompañante conspicua de las actividades del candidato. Hoy
prácticamente ha desaparecido. Tuvo incluso un papel relevante en las
giras internacionales que Peña Nieto efectuó como Presidente electo,
entre agosto y noviembre del año pasado. Pero a partir de la toma de
posesión, hay una evidente estrategia de colocarla en segundo plano.

Desde el 1 de diciembre sólo ha hablado en público una vez, y ha
participado en muy contados actos presidenciales: el Teletón, la Cruzada
Nacional contra el Hambre, la entrega de la Presea Mujer del Año, y poco
más. Ello contrasta con el centenar de actos públicos en los que Peña
Nieto ha participado los dos meses y medio que lleva de gobierno.

Sólo podemos especular sobre los motivos de esta estrategia, pero a mi
juicio tiene el propósito de desasociar de Televisa a la figura
presidencial; algo que la presencia de La Gaviota necesariamente evoca.

Por otra parte, las decisiones de la nueva administración en
telecomunicaciones distan de ser antagónicas contra la televisora, pero
nadie podría acusar a Los Pinos de estar gobernando a favor del
consorcio. Las autoridades han hecho referencia una y otra vez a la
necesidad de una tercera y cuarta cadenas de televisión abierta, algo a
lo que la empresa de Azcárraga se había opuesto durante años. Basta
recordar la ferocidad del ataque en los noticieros de Televisa contra
Isaac Saba en 2007 cuando el empresario se asoció con Telemundo y
General Electric para buscar una concesión de cadena nacional.

En el mismo sentido podrían interpretarse decisiones adversas a Televisa
por parte de otros actores políticos, pero en los cuales en la práctica
el gobierno federal tiene alguna influencia.

Tal es el caso de las recientes modificaciones en el Congreso a la Ley
de Amparo, que eliminan un recurso muy socorrido por parte de
concesionarios de medios (entre otros) para congelar y retrasar
decisiones de la autoridad que les eran incómodas.

O la reciente sanción por 657 millones de pesos contra la televisora por
parte de la Comisión Federal de Competencia por prácticas monopólicas.
Una sanción inmediatamente respaldada por el titular de la Comisión
Federal de Telecomunicaciones.

Las razones de esta desvinculación de Peña con Televisa tienen a mi
juicio un doble propósito. Primero, la búsqueda de legitimidad al tomar
distancia del monopolio. Segundo, Los Pinos ha tenido que aplicar o
amenazar con coscorrones a algunos poderes factuales para ampliar su
margen de gobernabilidad; sólo así podrá erigirse como árbitro por
encima de los intereses en pugna de las élites del país.

Y tercero, tengo la impresión de que el grupo mexiquense hidalguense que
llegó al poder busca un proyecto transexenal de largo aliento. Como tal
quiere fundar una alianza con empresarios crecidos a su sombra,
incluyendo nuevos grupos de comunicación. Un poco a la usanza de los
presidentes priístas de antaño, que generaban empresarios sexenales, el
grupo político buscaría impulsar a empresarios locales (dueños de
diarios y radiodifusoras en Toluca y centro del país, entre otros) y
capitales nacionales vinculados a intereses en el Edomex.

En otras palabras, el grupo que llegó a Los Pinos no será títere, quiere
ser titiritero.

@jorgezepedap

www.jorgezepeda.net <http://www.jorgezepeda.net/>

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