martes, 16 de julio de 2013

Gil Gámes- Las garrapatas

Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil se enteró que por los rumbos de Polanco se ha desatado una plaga de garrapatas. Como lo oyen: la garrapata en pleno. El diputado federal Carlos Reyes Gámiz dijo “que la presencia de una plaga de garrapatas en parques, jardines y áreas verdes de la delegación Miguel Hidalgo podría convertirse en un problema de salud pública que amenaza con extenderse a los hogares, ya que las autoridades han minimizado el problema”. Sale usted muy campante con sus hijos a un parque de Polanco y vuelve a casa con la garrapata, las comezones, las ronchas. Sobre advertencia no hay engaño.




El diputado Gámiz ha dicho que el delegado Víctor Hugo Romo no atiende el problema aun cuando “se han detectado parásitos en el Parque Lincoln, en el parque El Mexicanito, en los camellones de los Campos Elíseos y en las áreas verdes donde se localiza el monumento a Gandhi en Reforma”. Las garrapatas se le suben a Gandhi y a los perros y a los niños. Te invito a comer a Polanco, ¿vienes? No, porque se me suben las garrapatas.

Ahora mal: el delegado Romo está ocupadísimo pagando unos cuentones de miles pesos en restoranes, cuentas y cuentas hasta llegar a la cantidad de 300 mil pesos al mes. Ni modo que se vaya con una bomba de flit a matar garrapatas, ¿en qué cabeza cabe?

Gamés abrió la página de la Wikipedia para averiguar cómo son esos bichos y encontró noticias muy feas. La garrapata se parece mucho a un piojo, si se les mostrara a la lectora o al lector a un piojo y a una garrapata no sabrían diferenciarlos. La garrapata vive en la hierba alta y espera en el extremo de la hoja con paciencia infinita. Cuando el parásito encuentra al huésped perfora la piel y empieza a chuparle la sangre.

Cuando ha ocurrido el encuentro arriba mencionado, la garrapata se hincha de sangre y entonces suelta un pegamento, sí, un pegamento que la adhiere al huésped para seguir succionando al máximo. ¿Cómo ven a la garrapata? En serio, no es broma.

Los expertos sólo admiten una forma de retirar la garrapata del huésped: con el uso de unas pinzas de punta muy delgada, como pinzas de las cejas. Si usted va a pasear a Polanco, lleve sus pinzas Revlon, nunca está de más. Gamés no recurrirá a la barata comparación entre la garrapata parásito y los delegados que succionan la sangre del huésped, eso sería bochornoso.

Entrados en gastos, Gamés quiere poner por escrito sus condiciones innegociables para seguir dentro del pacto: que Víctor Hugo Romo, delegado de la Miguel Hidalgo, mueva un dedo y acabe con la garrapata; que, por favor, le prohíban al ex presidente Fox dar entrevistas; que el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, se reúna con quien sea, así fuera Dios, y dé la orden de que salga a la calle el circulante, la cosa está que arde, están viendo y no ven; que elChepo renuncie a la dirección técnica de la selecta, ha sido suficiente; que Granier regale su guardarropa, no va a necesitarlo. Si estas condiciones se cumplen Gil seguirá en el pacto e incluso lo robustecerá con propuestas efectivas. Mju.

No lo van a creer, pero Gamés tiene comezón, no vaya a ser la garrapata importada de Polanco, o el piojo de la Zona Rosa, o la chinche de la Condesa, en fon.

La máxima de Bossuet espetó dentro del ático: “la política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir”.

Gil s’en va

gil.games@razon.com.mx
Twitter: @GilGamesX



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