Sólo con ánimo preconcebido de que a Madero le vaya mal, puede decirse que el PAN fue perdedor en las elecciones del domingo.
La realidad es diferente a los deseos de un sector del PAN. El domingo se jugó una gubernatura y el PAN la ganó. Derrotó al PRI a pesar de tenerlo todo en contra. Y cuando digo todo en contra me refiero esencialmente a los panistas que querían perder.
El grupo que buscaba tirar a Madero antes de que concluya su periodo y tomar las riendas del partido ya tenía listos sus argumentos para pedir la renuncia de su dirigente nacional.
Incluso se alcanza a ver esa impronta en medios de comunicación afines al sector radical (por su postura contraria a la institucionalidad panista), que presentan a Madero como un derrotado absoluto en los comicios.
Se equivocaron, y ahora tendrán que reconocer: Madero sacó triunfos de la nada, en el peor momento de la institucionalidad interna del PAN, al menos en los últimos 25 años.
Acción Nacional no sólo se alzó con la victoria en Baja California, sino que obtuvo triunfos sonados en entidades priistas por tradición, como es el caso de Coahuila, además de recuperarse con vigor en Aguascalientes y alcanzar la mayoría en municipios importantes en casi todos los estados donde hubo elecciones.
En el papel, el PAN tenía todos los ingredientes para llevarse una derrota histórica en las elecciones del domingo.
Venía de quedar tercero en la elección presidencial, cuando la ciudadanía lo castigó luego de 12 años al frente del gobierno de la república.
Los senadores panistas se levantaron contra su dirigente nacional, a quien lo menos que le dijeron en las redes sociales fue inepto.
Con un golpe de mano cambiaron los estatutos de la fracción panista en el Senado, para quitarle autoridad al dirigente nacional y cercar al nuevo coordinador, Jorge Luis Preciado.
Ellos fueron los derrotados, porque denostaron a Madero y lo desafiaron en el momento crítico de una campaña electoral, que es cuando más unidad necesita un partido de cara a la ciudadanía.
A pesar de todo ello el PAN recupera su nivel, se afianzó en Baja California y ganó donde hace muchos años no lo conseguía.
Madero es el triunfador de los comicios del domingo 7.
Y también Santiago Creel, ese paciente militante del PAN, que le ha tocado paladear los sinsabores de la exclusión y el abandono de parte de su dirigencia en otros años. Ahora como delegado del CEN panista en Baja California pudo alzarle el brazo a su compañero de partido como triunfador sobre el PRI.
En alguna medida, Creel se levantaba el brazo a sí mismo, y se lo levantaba a Madero, ganador de la batalla interna que se resolvió en la elección del domingo.
phl@razon.com.mx
Twitter: @PabloHiriart
Leído en http://www.razon.com.mx/spip.php?page=columnista&id_article=180001
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