sábado, 14 de septiembre de 2013

Francisco Garfias - No quedaba de otra

En las democracias, las autoridades tienen el monopolio del uso legal de la violencia para garantizar el restablecimiento del Estado de derecho.


Al gobierno federal no le dejaron otra salida. El Zócalo tenía que ser recuperado. El desalojo era inevitable. Los maestros lo ocupaban desde hace más de tres semanas. Imposible llevarse el Grito a Dolores —como se llegó a decir— y cancelar el desfile militar, el 16 de septiembre.
El presidente Peña hubiese perdido el respeto de la mayoría de los ciudadanos. No sólo el de los chilangos, secuestrados un día sí y el otro también por el aguerrido magisterio disidente.
Las minorías de siempre, que nada dicen cuando los manifestantes vandalizan, golpean y rompen, ya se rasgan las vestiduras y piden su salida. Algunos pirados hasta lo comparan con Díaz Ordaz. Nada que ver.




No se trata aquí de defender a Peña, sino de balancear las cosas.
En este espacio hemos repetido que hasta la tolerancia tiene límites. El hartazgo de la ciudadanía es patente. Son rehenes de causas ajenas. Los niños sin escuela, una realidad.
En todas las democracias las autoridades tienen el monopolio del uso legal de la violencia para garantizar el restablecimiento del Estado de derecho, siempre y cuando no se caiga en excesos.
Y lo de ayer no fue un exceso.
Dicen los chinos que una imagen dice más que mil palabras. Lo que vimos en el centro de la Ciudad de México está muy lejos de ser un acto de “represión dictatorial”, como califican excesivamente los simpatizantes de la CNTE.
Lo que vimos fueron grupos radicales armados con palos, piedras y tubos que se posicionaron en el lugar para agredir a la fuerza pública y exacerbar la violencia.
Pero bastó con que la Policía Federal mostrara determinación —hasta ahora sólo les tocaba aguantar trancazos, engrosar las filas de los heridos y contener— para reducirlos rápidamente.
¿El saldo? Manuel Mondragón dice que hay 11 heridos —ninguno de gravedad— y 32 detenidos.
Los más violentos no parecían maestros. Había muchos jóvenes. Ésos que se autodenominaron anarcos. Otros, no lo eran tanto.
Por allí se mencionó el nombre del SME. Dicen que eran electricistas los que atacaron primero a los uniformados. Imposible afirmarlo. No traían gafete.
La salida negociada con los maestros fracasó. La Coordinadora planteaba dos imposibles para abandonar el Zócalo: dar marcha atrás a la reforma educativa, que ya fue promulgada, y sentarse a negociar directamente con el presidente Peña.
Los líderes se rehúsan a perder sus privilegios y que los maestros sean evaluados para su permanencia en las aulas. Se plantaron en el “no”, a pesar de todas las propuestas que les hicieron.
¿Resultado? El gobierno federal endureció su postura.
Mientras en la Ciudad de México se desalojaba el Zócalo, en el municipio de
Zihuatanejo era detenido Minervino Morán, líder de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG). ¿Los cargos? Motín y daño. El hombre calificó de “ilegal e injusta” su detención. ¿Pero será “ilegal e injusto” detener a un hombre que encabezó manifestaciones donde hubo destrozos, invasiones, bloqueos, quemazones y muchos golpes? La respuesta es no.
Afortunadamente no se rompió el diálogo. Luego de las escaramuzas de ayer, los líderes de la CNTE se fueron a la Secretaría de Gobernación. Al cierre de esta columna estaba anunciada una conferencia de prensa del titular de esa dependencia, Miguel Osorio Chong.
Marcelo Ebrard presume ser una persona que siempre juega al fair play y asegura que en la carrera hacia 2018 no es una “obsesión” ser el candidato presidencial de la izquierda. Niega que su estrategia sea sacar de la contienda al actual jefe de Gobierno.
“Yo a Miguel le deseo lo mejor. Si en 2017 él hizo un espléndido trabajo y él es el mejor candidato, pues lo vamos a apoyar. ¿Por qué no?”
“Lo mismo le pediría a él. A ver, Miguel, si yo voy adelante estando fuera del gobierno, sin estar todo el día bajo los reflectores, ¿por qué no puedo ser el candidato? ¿Hay alguna razón, así espantosa?”
De esto nos habló el ex jefe de Gobierno del DF en el programa Arsenal —conducido por Paola Barquet y este reportero— que pasará este sábado a las 19 horas porExcélsior Televisión con repetición a las 23 horas.
Y ya ni le cuento lo que nos dijo sobre el “oficialista” PRD y el Pacto Por México. Mejor véalo. Va a estar bueno.
Muy lejos quedó el “comes y te vas” que tanto dañó las estrechas relaciones entre México y Cuba. La reciente visita del canciller José Antonio Meade a la isla es una prueba de ello. Fue recibido por el mismísimo presidenteRaúl Castro Ruz, en un gesto que revela voluntad por dejar atrás las diferencias.
Meade, por cierto, publicó en las páginas de Juventud Rebelde, donde Fidel escribe sus editoriales, en el que recuerda que México ha sostenido —y sostiene— una postura contraria al bloqueo unilateral al que Cuba ha sido sometida por el socio mayor de nuestro país: Estados Unidos.
No es el “si le pegan a Cuba, le pegan a México” pronunciado por José López Portillo en los tiempos de la “abundancia” —así lo llamó el entonces Presidente mexicano—, pero sí un gesto positivo que nos vuelve a acercar.
Moraleja de la semana (cortesía de Henri-Dominique Lacordaire, sacerdote francés) : “Para gobernar se precisa mucha flexibilidad y paciencia, pero también firmeza”.


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