domingo, 6 de octubre de 2013

UN POEMA DE:

Manuel Altolaguirre
1905 - 1959
Parece que mi destino
es el de vivir soñando
A vida que es toda sueño
la muerte no le hará daño


Cerrando los ojos

Huyo del mal que me enoja 
buscando el bien que me falta. 
Más que las penas que tengo 
me duelen las esperanzas. 

Tempestades de deseos 
contra los muros del alba 
rompen sus olas. Me ciegan 
los tumultos que levantan. 

Nido en el mar. Cuna a flote. 
La flor que lucha en el agua. 
me sostiene mar adentro. 

y mar afuera me lanza. 
Cierro los ojos y miro
el tiempo interior que canta. 


Mis prisiones

Sentirse solo en medio de la vida 
casi es reinar, pero sentirse solo 
en medio del olvido, en el oscuro 
campo de un corazón, es estar preso,
sin que siquiera una avecilla trine 
para darme noticias de la aurora.

Y el estar preso en varios corazones,
sin alcanzar conciencia de cuál sea 
la verdadera cárcel de mi alma,
ser el centro de opuestas voluntades,
si no es morir, es envidiar la muerte.


Era mi dolor tal alto

Era mi dolor tan alto, 
que la puerta de la casa 
de donde salí llorando 
me llegaba a la cintura.

¡Qué pequeños resultaban 
los hombres que iban conmigo!
Crecí como una alta llama 
de tela blanca y cabellos.

Si derribaran mi frente 
los toros bravos saldrían,
luto en desorden, dementes,
contra los cuerpos humanos.

Era mi dolor tan alto,
que miraba al otro mundo 
por encima del ocaso.



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