Cándido o perverso, el presidente del PAN, Gustavo Madero, pateó el avispero cuando, chabacano, aseguró que a los ciudadanos “les vale madre” la política. La frase del panista irritó, indignó, sacudió, pero, sobre todo, despertó una conciencia que hasta hoy parecía dormida: la de manifestarse en torno a una reforma constitucional.
Al turno, la recién aprobada Reforma Energética.
El PRD propone el “Plan 15-15”: inició protestas contra la reforma petrolera el pasado 15 de diciembre y, a decir de su líder nacional,Jesús Zambrano, en las elecciones intermedias de 2015 impulsará una consulta popular para revertir esa reforma. Ya veremos qué tan funcional resulta.
Por lo pronto, la pregunta es:
¿Una consulta ciudadana puede derogar una reforma constitucional aprobada por el Poder Legislativo, como la Energética?
La mayoría de los columnistas no somos especialistas en estas cuestiones estrictamente legales, por lo cual debemos recurrir a los expertos. Las plumas que desde hoy descalifican a las consultas ciudadanas, lo hacen más desde rencores personales que con un afán equilibrado de informar. Su ignorancia o mala fe confunde.
¿Qué dicen los especialistas?
Pues que sí es posible, dentro de las leyes mexicanas, realizar una consulta popular con impacto constitucional.
Aún más: hay condiciones para que la consulta se presente en las elecciones de 2015.
“La ley sí contempla consulta ciudadana con impacto constitucional”, asegura Jorge Alcocer, experto en temas electorales.
“La consulta tiene que ver con la revocación, y tener implicaciones para modificar la Reforma Energética”, estima el ex consejero del IFE,Alfredo Figueroa.
Sí se puede revocar, pero no es pan comido.
¿Por qué?
Debido a una serie de errores que, a juicio de los expertos, el PRD ha cometido en este escenario.
De acuerdo con Alcocer y Figueroa, son varios los puntos que quedan en el aire.
Primero, que los partidos políticos —el PRD lo es— carecen de facultades legales para solicitar una consulta ciudadana. La petición es válida cuando proviene del Presidente de la República, de diputados, de senadores o bien de comités ciudadanos, como el que encabeza el actor Daniel Giménez Cacho —“Yo también quiero que me pregunten”—, y podrán hacerla válida cuando reúnan el equivalente a 2% de los ciudadanos inscritos en el listado nominal de electores.
Segundo, el PRD presentó, el pasado 3 de diciembre, un millón 672 mil 242 firmas para que se permita efectuar una consulta ciudadana sobre la Reforma Energética. De entrada, el partido amarillo no tiene la facultad para plantear esa figura y, por tanto, no será válida.
Tercero, el PRD tiene en su poder esa nada despreciable cantidad de firmas ciudadanas. Muy bien. ¿Y la pregunta? ¿Dónde está la pregunta, única, imparcial y objetiva, que tiene que plantearse a los ciudadanos que la votarán? Las firmas son el soporte. La corona de la consulta está en la pregunta.
Cuarto. ¿Qué pregunta debe hacerse? En agosto pasado, Cuauhtémoc Cárdenas puso en el tapete la siguiente: ¿Deben reformarse los artículos 27 y 28 Constitucionales… SÍ o NO? Sin embargo, esta interrogante ya no es válida porque la reforma petrolera ya es un hecho consumado y, a estas horas, ya habrá sido promulgada por el Presidente de la República.
Quinto. La pregunta más viable para los ciudadanos deberá ser la siguiente: ¿Está usted de acuerdo en que se derogue la Reforma Petrolera? SÍ o NO.
Hasta aquí esas consideraciones.
De acuerdo con Alcocer y a Figueroa, la SCJN desempeñaría un papel definitivo en esta discusión, ya que, además de tener la facultad para modificar la pregunta —podría considerarla inducida—, también supliría, de ser necesario, las funciones del Congreso.
El Senado ya anunció que en febrero próximo se aprobará la minuta enviada desde San Lázaro sobre Consulta Ciudadana.
Según Figueroa, los tiempos indican que esta figura ya podría operar para las elecciones de 2015.
Así que, ¿alcanzaría con una consulta ciudadana para derogar la Reforma Energética?
“Sí, porque así lo establece la Carta Magna”, asegura el ex consejero del IFE Alfredo Figueroa.
Eso dicen los expertos.
Y así habrá que entenderlo.
Lo demás son rencores. O intereses.
Y en mucho dependerá cómo juegue sus cartas el PRD, así como el procedimiento jurídico del comité ciudadano y, sobre todo, la forma como planteará la famosa pregunta.
De momento, esa frase de Madero —“lo político le vale madre a los ciudadanos”— marcará, a querer o no, una nueva etapa en la discusión.
Twitter: @_martinmoreno
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