miércoles, 11 de diciembre de 2013

Sergio Sarmiento - El real Mandela

"Para ser libre no sólo hay que romper tus cadenas sino respetar y fortalecer las libertades de los demás".
Nelson Mandela

Nelson Mandela ha sido celebrado como un gran pacifista... y hay algo de razón en ello. Pero antes de compararlo con Gandhi, debemos recordar que durante años fue un activista violento que encabezó el grupo llamado UmKhonto we Sizwe (MK), brazo terrorista del Congreso Nacional Africano y del Partido Comunista de Sudáfrica. El grupo realizó varios atentados en los que hubo víctimas humanas. Durante los 27 años que estuvo en la cárcel, por otra parte, el régimen sudafricano le ofreció a Mandela varias veces dejarlo en libertad si renunciaba a la violencia. Él prefirió permanecer en prisión antes que abandonar la opción de la violencia para lograr el poder.





Lo interesante es que cuando Mandela dejó la cárcel en 1990 no respaldó ya los actos de rebelión violenta que se estaban generalizando en el país. Convertido en el líder indiscutible de la mayoría negra, negoció un acuerdo con el presidente Frederik de Klerk que permitió las elecciones abiertas a todas las razas que en 1994 lo llevaron a ser el primer presidente negro en la historia de su país. Más que un nuevo Gandhi, Mandela fue un ejemplo de hombre que supo madurar en la cárcel para hacer a un lado la violencia.

Lo mismo podemos decir de la búsqueda de una sociedad comunista. Si bien Mandela nunca fue miembro del Partido Comunista, su cercanía a la organización fue clara en su juventud. Al salir de la cárcel, sin embargo, construyó un régimen de libertades no sólo políticas y sociales, que beneficiaran a los sudafricanos negros y mestizos que habían carecido de derechos con anterioridad, sino también económicas.

Muchos hasta la fecha le cuestionan eso. Advierten que si bien ha habido una mejoría notable en el ingreso de los pobres, no se ha conseguido una mayor igualdad. A lo mucho ha surgido una nueva clase de potentados negros que han ocupado su lugar junto a la tradicional aristocracia blanca.

Estas observaciones pierden de vista el verdadero sentido de la transformación que Mandela empezó a hacer en Sudáfrica. Un artículo del New York Times publicado el 8 de diciembre señala que, según el censo oficial, los ingresos de los sudafricanos negros se triplicaron entre 2001 y 2011. También es cada vez más elevado el número de negros que recibe educación media. Sin embargo, los autores del artículo, Lydia Polgreen y Marcus Mabry, lamentan que al mismo tiempo la desigualdad entre negros y blancos haya aumentado. Ésta es una actitud muy común en ciertos grupos: no importa si los pobres están mejor, lo importante es que baje la desigualdad.

Cuando fue presidente Mandela no buscó castigar a los blancos por los abusos del apartheid ni quitarles dinero para repartir entre los negros. Al contrario de Robert Mugabe, quien tras derrocar el régimen blanco de la antigua Rhodesia del Sur se dedicó como dictador de Zimbabwe a perseguir a los blancos y despojarlos de sus propiedades, Mandela creó un gobierno liberal que defendió las propiedades e inversiones de blancos y negros, nacionales y extranjeros. Si bien la economía sudafricana no ha crecido como hubiera sido ideal, no se ha producido tampoco el desplome de la vecina Zimbabwe.

En el largo plazo Sudáfrica se beneficiará de mantener la filosofía de Mandela, pero no la del joven terrorista sino la del estadista que salió de la cárcel en 1990. El éxito del país provendrá no de una igualdad forzada sino de una inversión productiva que genere crecimiento económico para todos. A veces festejamos demasiado al activista sudafricano que vivió 27 años en la cárcel, pero no al líder político que supo conciliar diferencias y sentar las bases de una Sudáfrica próspera, sin exclusiones raciales pero sin igualdades forzadas que empobrezcan a todos.

OPORTUNISMO

Ningún político del mundo ha querido perder la oportunidad de ser iluminado por el nuevo santo de la política. Incluso el presidente Enrique Peña Nieto ha viajado a Sudáfrica para participar en los funerales de Nelson Mandela.

www.sergiosarmiento.com

Leído en http://criteriohidalgo.com/notas.asp?id=209173

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