El 1 de noviembre de 2007 publiqué la siguiente columna en un diario de la Ciudad de México. La publiqué por segunda ocasión en este mismo espacio y con comentarios adicionales, el 11 de mayo de 2011. Hoy vuelvo a hacerlo por tercera vez, en vista de que después de seis años y dos meses, el texto sigue, lamentablemente, vigente
Esto es lo que escribí en 2007 y hoy aparece aquí como su tercera edición:
“Sam Logan es analista de asuntos políticos y de seguridad de la empresa sudafricana Riskline, especializada en el análisis de la situación política y de seguridad en 204 países. El martes pasado escribió un reporte sobre el tráfico de armas de Estados Unidos hacia nuestro país. A continuación parte de su informe:
Las autoridades estiman que durante la administración de Vicente Fox unas 2 mil armas de fuego entraron diariamente a México. Esto significa cerca de 1.4 armas por minuto. Durante ese mismo período, el gobierno incautó 8 mil 88 de las 4 millones 380 mil que entraron en el país, representando poco menos de dos por ciento de todas las armas introducidas ilegalmente en el país en esos seis años.
‘Desde que la prohibición a la venta de armas de asalto en EU fue removida en 2004, los criminales mexicanos han mostrado su predilección por los rifles de asalto AK-47 y M-16 (también conocido como AR-15).
‘Un AK-47 se puede vender en unos 400 dólares y más en EU. El precio de un AR-15 puede ir de los 800 hasta los 2 mil dólares, dependiendo del modelo y la edad del arma y de otras opciones como son la mira telescópica, la culata o el guardagatillo.
‘Una vez en México, esas armas valen por lo menos el doble de esos precios y, en algunos casos, el triple o más, de acuerdo al ATF (la agencia estadounidense para el control del alcohol, tabaco y armas de fuego). Un AK-47 comprado en AZ en 500 dólares puede venderse en mil 500 dólares o más apenas cruza la frontera.
‘En los cruces fronterizos, los agentes aduanales mexicanos pueden detectar las armas de contrabando, pero hacerlo los coloca en una situación muy difícil. Los traficantes de armas acostumbran hacerles una propuesta conocida como ‘plata o plomo’, que significa aceptar una mordida o recibir un balazo”.
‘En febrero pasado, un agente aduanal detuvo en Matamoros a un camión controlado por el Cártel del Golfo, confiscando un cargamento de armas que transportaba y que incluía 17 granadas, 18 rifles y 17 pistolas. Al día siguiente mataron al agente con un AK-47.
‘El Ejército, desde que el presidente Felipe Calderón decidió enviarlo a los lugares más violentos del centro y norte del país, ha tenido cierto éxito al asegurar armas de contrabando. El 13 de octubre, los soldados localizaron una bodega de armas en Tamaulipas. Encontraron ahí 11 rifles AK-47 y 13 AR-15 y poco más de 700 cargadores para los mismos. También un lanzador de granadas capaz de destruir un tanque’.
“Hasta aquí parte de lo escrito por Logan. Espeluznante, ¿verdad? Apuesto a que pocos se imaginaban la cantidad de armas que hay en México. Y la cantidad sigue subiendo.
“Esta es una faceta más de la guerra que enfrenta México contra la delincuencia organizada. ¿Quién ganará?”
Hasta aquí mi texto del 1 de noviembre de 2007.
Parece que no ha pasado nada, ¿verdad? Es claro ver que hasta ahora los grandes perdedores de la guerra contra la delincuencia organizada somos los mexicanos y nuestros gobernantes.
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