miércoles, 15 de enero de 2014

Martín Moreno - Michoacán: la derrota de Peña Nieto

Guardias comunitarias, apoyadas por Cártel de JNG
Gobierno aliado de comunitarios…y de narcos
El peor escenario en Michoacán le reventó en las manos a Enrique Peña Nieto: un estado fuera de control, con gobierno fallido, guardias comunitarias poderosas, ciudadanos en rebelión, repeliendo a soldados y acribillados por el Ejército, y narcotráfico con dominio territorial. ¿Habrá algo más grave?
Pues sí.
Lo más grave es que se cumplieron los temores de Washington: que el gobierno de Peña Nieto pactara con los criminales. Y eso ya ocurre en México.
¿Por qué?

Porque los señores Peña Nieto, Osorio Chong y Mondragón y Kalb deben saber –y si no lo saben, estamos fritos-, que las famosas guardias comunitarias, grupos de autodefensa o policías ciudadanas en Michoacán, son respaldados por el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), enemigo de Los Caballeros Templarios.
Esa es la información que ofrecemos a través de SinEmbargoMX: las guardias comunitarias – como dicen sus líderes Mireles, Beltrán y compañía-, efectivamente salieron de las parcelas, del campo michoacano. Originalmente eran agricultores. Pero con el tiempo fueron infiltrados y controlados por el narco, mediante el cártel jalisciense, y en automático se convirtieron en enemigos naturales de La Tuta y Los Caballeros Templarios, a quienes hoy combaten y hasta le ordenan al gobierno federal que les entregue las cabezas de sus líderes.
¿Qué tal? Pero vamos más allá:
El gobierno de Peña Nieto se ha convertido en aliado de las guardias comunitarias, en un lance tan ilegal como estúpido, al llegar al grado de rescatar, proteger con federales, financiar con médicos particulares, ocultar y solapar nada menos que al líder de las guardias comunitarias, José Manuel Mireles, convertido en el consentido de Gobernación y de Los Pinos.
Sí: el mismo Mireles que en 1988 estuvo preso acusado de narcotráfico. (Reforma/Tolvanera/Roberto Zamarripa/13-I-2014). Lo ilegal está en proteger a un delincuente.
Lo estúpido radica en alentar a grupos paramilitares que ni serán solución y que, con el tiempo, se convertirán en un enemigo natural no sólo de Michoacán, sino del Estado mexicano.
¿Y dónde está la alianza de facto entre el gobierno de Peña Nieto y el crimen organizado?
Evidente: cuando el gobierno de Peña arropa, protege y cuida a líderes de las guardias comunitarias y se hace de la vista gorda respecto a quién los surte de armas y balas, los convierte en sus aliados. Pero resulta que esos grupos de autodefensa michoacanos son respaldados, nada menos, que por el Cártel de Jalisco Nueva Generación.
Luego entonces, Peña Nieto, Osorio Chong, Mondragón y Kalb y el gobierno federal que encabezan desde Los Pinos, Gobernación y Seguridad Nacional, se han aliado, a querer o no y de manera indirecta pero innegable, con el CJNG.
Peor, imposible.
 Y sí: Peña Nieto le da hoy, con el desastre en Michoacán, la razón a su antecesor, Felipe Calderón, quien en entrevista en noviembre pasado con el diario paraguayo ABC, advirtió: “Las organizaciones criminales han adquirido tal grado de sofisticación, que se están apoderando de las instituciones”.
¿Alguien lo niega?
            *****

Michoacán y su tragedia. Peña Nieto y las decisiones equivocadas.

Osorio Chong y la demagogia irresponsable cuando, el uno de agosto de 2013, prometió que visitaría “municipio por municipio, comunidad por comunidad” a la entidad para reestablecer el orden. ¡Sí, cómo no! Allí está la retórica de este gobierno. Mucha saliva y poca efectividad. Osorio no cumplió con su palabra por una razón indiscutible: la violencia ha provocado un estado de sitio estatal.

¿Por qué Michoacán significa, pase lo que pase de ahora en adelante, la derrota de Peña Nieto? Por varias razones de peso y de fondo:

1)      Porque la imagen del gobierno peñista en lo interno y ante el mundo, ha sido erosionada al quedar como aliado de grupos al servicio del narcotráfico. Proteger a los grupos de autodefensa michoacana (alfiles del Cartel de Jalisco Nueva Generación) ha sido un error mayúsculo y una irresponsabilidad histórica.

2)      El gobierno de Peña fue doblegado y arrodillado por las guardias comunitarias.

3)      Elevar al rango del Mandela mexicano a José Manuel Mireles, brindándole protección de Estado, equivale a solapar y arropar a los líderes de un movimiento a todas luces ilegal, como lo son las policías ciudadanas armadas y actuantes bajo el signo de la violencia.

4)      “La Policía Federal nos apoya”, reconoció ayer el vocero de las Autodefensas en Michoacán, Estanislao Beltrán, en entrevista con Carmen Aristegui. Poco que agregar: la policía mexicana al servicio de la ilegalidad. Un escenario grave e injusto para ciudadanos de bien.

5)      Aún más: Beltrán advierte, erigiéndose, junto con Mireles, en factores de poder: “Sólo dejaremos las armas cuando limpiemos los 113 municipios de Michoacán del crimen organizado”. Esto tardaría años. Podría acabarse el gobierno de Peña y seguir el problema. Valiente solución.

6)      Las guardias comunitarias acusan al gobierno de Fausto Vallejo  de estar coludido con el crimen organizado. Desde la campaña del priista corrieron versiones de que Los Caballeros Templarios habrían financiado parte de su campaña. Es decir: el enemigo en casa con un común denominador: priistas y criminales de la mano en Michoacán.

7)       La televisión y sus noticieros estelares – aliados de Los Pinos- han quedado rebasados. Si bien Joaquín López – Dóriga divulgó un video en el que Mireles parecía pedir a las guardias comunitarias aceptar las propuestas de rendición del gobierno, el propio Mireles desmintió más tarde esta versión, insistiendo en que o les entregaban las cabezas de los siete líderes de Los Caballeros Templarios, o continuaban en la batalla.

8)       Peña Nieto, sin estrategia propia para Michoacán ni para combatir al crimen organizado en general, recurrió a la fórmula que tanto criticó de Calderón: el envío del Ejército a combatir al narco.

Nada cambió.

9)      El Ejército de Peña ya cometió su primer error grave: disparar contra población civil. Una niña muerta por balas castrenses.

10)  Michoacán está peor con Peña Nieto que con Calderón.

Allí las claves de la derrota de Peña.

*****
Michoacán naufraga entre el gobierno fallido de Fausto Vallejo, la complicidad de la administración de Peña Nieto con las (ilegales) guardias comunitarias respaldadas, a su vez, por un cártel del narcotráfico, la rebeldía ciudadana y el descontrol de policías y soldados.

El futuro ni siquiera es incierto. Se torna oscuro. Peña Nieto y su derrota en Michoacán.

Twitter: @_martinmoreno

Leído en http://www.sinembargo.mx/opinion/15-01-2014/20783

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