Es tal el enfrentamiento que ha ocasionado entre ambos partidos esta ley, conocida popularmente como Obamacare, que el cierre del gobierno federal del 1 al 16 de octubre del año pasado se originó cuando los legisladores republicanos de la Cámara de Representantes se negaron a aprobar el presupuesto para el año fiscal 2014 después de que los demócratas rechazaran su exigencia de cambiar varias de sus cláusulas. Antes, los republicanos habían impugnado su constitucionalidad ante la Suprema Corte de EEUU, la cual por un voto de 5 contra 4 determinó que no violaba la constitución estadounidense.
Muchas son las fallas que ven los republicanos en la ley, pero no es mi propósito enumerarlas aquí sino advertir los efectos negativos que la misma tendrá para México y los mexicanos.
Un reporte emitido ayer por la apartidista Oficina Presupuestal del Congreso señala que 2.3 millones de estadounidenses dejarán de trabajar o laborarán menos horas a la semana debido a los beneficios que el Obamacare les ofrece.
El reporte asegura que después de obtener la cobertura que les proporciona la ley, algunos trabajadores elegirán dejar de trabajar mientras que otros voluntariamente reducirán sus horas laboradas. Lo anterior debido a que los subsidios a los seguros de gastos médicos son menores conforme aumentan los ingresos, lo que hace que los trabajadores tengan menos incentivos de trabajar más o de seguir trabajando.
El hecho de que 2.3 millones de consumidores dejen de trabajar o trabajen menos afectará de alguna manera a la economía mexicana en vista de que estos consumidores adquirirán menos productos y servicios mexicanos, lo que reducirá las utilidades de las empresa mexicanas que se los venden, lo reducirá el número de empleos que se generen en nuestro país.
No dispongo en este momento de un cálculo de lo que le podrá costarle a la economía mexicana este efecto negativo del Obamacare. Apenas lo tenga lo comunicaré.
Apenas empezamos el segundo mes del año y del otro lado de la frontera norte nos llega una nueva mala noticia.
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