jueves, 27 de febrero de 2014

José Gil Olmos - Un año de autodefensas

TEPALCATEPEC, Mich. (apro).- Hacía mucho tiempo, quizá más de una década que los habitantes de este municipio de Tierra Caliente, Michoacán, no salían a la calle a celebrar, a bailar, a reírse en la calle sin el temor de ser secuestrados, golpeados o ejecutados.
El lunes por la noche lo hicieron. Ocuparon las calles para vitorear como héroes a los grupos de autodefensas ciudadanos que decidieron rebelarse el 24 de febrero del año pasado del yugo de los Caballeros Templarios y la indolencia y complicidad de los gobiernos estatal y federal que dejaron crecer un estado paralelo basado en la delincuencia.
Familias completas salieron de sus casas y ovacionaron con gritos y aplausos la caminata de las autodefensas que saludaban a sus vecinos, amigos, hijos e hijas, esposas y demás familiares como sus salvadores. “Vivan las autodefensas, mueran los Caballeros Templarios”, gritaban algunos.





Hace poco más de un año era impensable que los habitantes de tierra caliente salieran a la calle a manifestar su repudio en contra de estos delincuentes que hacían lo que querían con la gente y las autoridades: cobrarles impuestos, secuestrar a quienes tenían algún negocio, imponer un diezmo a las iglesias y otro a los presidentes municipales, ejercer el derecho de pernada como si fueran los tiempos del latifundismo y violar a mujeres por el simple gusto de ejercer su poder.
Durante ocho años seguidos, desde la aparición de La Empresa, la Familia Michoacana y luego con los Caballeros Templarios, la población de Tierra Caliente, Costa y Meseta purépecha, así como las ciudades principales incluyendo la capital Morelia, vivieron aterrorizados por delincuentes que impusieron su ley a sangre y fuego bajo la complacencia y complicidad de las autoridades del estado.
En el 2006 Felipe Calderón, originario de Michoacán, lanzó su declaración de guerra al narcotráfico desde Apatzingán, la tierra de los Caballeros Templarios y lo único que provocó fue acrecentar la violencia y la muerte de miles de michoacanos.
En el 2012 Enrique Peña Nieto hizo exactamente lo mismo con los mismos resultados de violencia, muertes y extorsiones a los michoacanos que fueron sofocados por las bandas de delincuentes que se sentían a gusto bajo el manto de la impunidad.
Por temor y corrupción la prensa local dejó de publicar lo sustancial de la situación y la prensa de la ciudad de México, así como algunos medios extranjeros consignaron el reino de terror y opresión que se vivía en Michoacán. Pero nada cambiaba sino hasta la llegada de los grupos de autodefensa ciudadana en tierra caliente.
Si las autodefensas no se hubieran expresado con las armas, si no se hubieran rebelado y manifestado a través del uso de la violencia con rifles, pistolas y las armas que tuvieran a la mano como una muestra de dignidad, el gobierno de Enrique Peña Nieto no habría cambiado su estrategia de contención como fue la orden que dieron a los policías y soldados que por todo un año lo único que hicieron fue sólo vigilar los caminos de tierra caliente.
Fue necesaria la rebelión de la gente para que las autoridades reaccionaran, fue necesario el uso legítimo de las armas en defensa de la vida para que los gobiernos voltearan a ver sus propios errores, fue necesaria la organización social para que otros pueblos igualmente sojuzgados por el crimen organizado se miraran a sí mismos y darse cuenta que sólo de esa manera se puede lograr un cambio.
A un año el pueblo de Tepalcatepec, Buenavista, Coalcomán y otros de tierra caliente, costa y meseta purépecha celebraron el día de la dignidad, como lo dijo el doctor José Manuel Mireles a su regreso a sus actividades como vocero de las autodefensas, tras el accidente aéreo que sufrió a principios de enero.
El lunes en la noche bailaron, cantaron y festinaron su libertad en las calles y en el Zócalo de Tepalcatepec donde hace un año dijeron “ya basta” y decidieron tomar las armas para defender lo que el Estado mexicano no pudo darles, seguridad y el derecho a una vida tranquila.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, sean civilizados.