Y tampoco se puede negar que Madero está hoy a las puertas de la reelección al frente del PAN, por una razón tan poderosa como innegable: durante su presidencia consolidó el apoyo a su favor de los jefes estatales del panismo y, hoy, la mayoría de los operadores políticos regionales le responden a Madero, y no a Cordero, Vázquez Mota o a Oliva, los adversarios del chihuahuense. Y como ya es votación abierta, sus posibilidades de reelegirse crecen. (Archivos del poder 21/01/2014).
Sin embargo, y por el bien de la democracia mexicana, Gustavo Madero no debería ser reelecto al frente del PAN. No es el partido. Es el país.
¿Por qué no debe ser reelecto Gustavo Madero?
Al menos, por ocho razones:
1) Porque el PAN ha dejado de ser un partido opositor de peso, es incondicional del gobierno peñista, incapaz de decirle que no y, más que colaborar, el panismo ha mutado en un ente colaboracionista y oficialista.
2) El PAN de Madero ha borrado su imagen y papel de contrapeso real y efectivo con el gobierno, liquidando su misión opositora con espíritu ciudadano que lo presentó, a los ojos de los propios ciudadanos, en una opción viable de gobierno que lo llevó a Los Pinos, con Fox y Calderón, en 2000 y 2006, respectivamente. Madero ha deformado ese rostro del panismo.
3) El Pacto por México —plataforma del PRI, PAN y PRD para impulsar una reforma (la energética), y dos reformas limitadas y fallidas (la educativa y la hacendaria)— ha llegado a su fin. Hoy se necesitan nuevos mecanismos para mover a México no desde el gobierno, sino teniendo como origen la unión de la oposición —PAN y PRD—, que termine con ese presidencialismo de vuelta que amenaza con reducir a la democracia en letra muerta. “El formato, el que sea, debe continuar con esta agenda”, dijo Madero el lunes pasado. Mala señal. Es aferrarse a la fórmula de la antidemocracia: una oposición supeditada a todo lo que ordene el gobierno.
4) “La gestión de Madero está desgastada y por eso son necesarias nuevas opciones. Hay una conducción que se aleja del partido, hay un alejamiento de la base principal de la fuerza política del PAN, que es la ciudadanía, y necesitamos generar nuevas ideas, nuevos liderazgos, nuevas propuestas de política pública”, advierte el senador Juan Carlos Romero Hicks, conocedor de las entrañas del panismo.
5) Porque el líder nacional del PAN ha guardado un silencio impune, por lo tanto solapado y consentido la corrupción dentro de su partido, para investigar las denuncias —múltiples, documentadas con voz y nombres, e innegables— sobre presuntas extorsiones de panistas contra alcaldes a cambio de la entrega de recursos federales. El famoso moche que involucra —sin que Madero diga algo— a su brazo derecho: el coordinador de los diputados panistas, Luis Alberto Villarreal. Sí, el mismo que hace bacanales por días en su departamento en Polanco, escudado en el fuero de la impunidad.
6) “Es por este tipo de actitudes que el PAN se desdibuja ante el electorado. Es lamentable que nuestra propia dirigencia se niegue a la transparencia y rendición de cuentas prácticas por las que hemos luchado por años”, acusó el opositor más fuerte a Madero, Ernesto Cordero, en la lucha por la dirigencia nacional.
7) “Estamos en un charco provocado por intereses de arribistas que llegaron al PAN cuando llegamos al gobierno, y que no hacen otra cosa más que servirse en lugar de servir”, asegura Ernesto Ruffo, senador y primer gobernador de oposición en México.
8) No votar por Madero por que, hoy por hoy, el PAN va en picada ante sus alianzas incondicionales con el gobierno priista y, a este paso, pronto será historia. Es posible que Madero se reelija al frente del PAN. Sin embargo, también es probable que le cobren muy alto la factura de haber entregado al PAN.
ARCHIVO CONFIDENCIAL
GREGORIO. El reportero de NotiSur, Gregorio Jiménez, fue levantado el miércoles pasado en Coatzacoalcos, Veracruz, por un grupo de encapuchados, y hasta el momento de la entrega de esta columna, continuaba desaparecido. Ojalá que nuestro compañero regrese pronto, y vivo, a casa.
Fuente: http://www.excelsior.com.mx/opinion/martin-moreno/2014/02/07/942553
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