miércoles, 9 de abril de 2014

Eduardo Ruiz Healy - Gobernantes ineptos, ingenuos o imbéciles

El cártel de La Familia Michoacana fue fundado a mediados de la década de los 80 por Carlos Rosales Mendoza, también conocido como El Tísico, El Prieto o El Carlitos. En 2000, con el fin de eliminar de Michoacán al cártel del Milenio, Rosales alió a su organización con el cártel Del Golfo y el brazo armado de éste, Los Zetas. Se inició entonces la actual era de violencia y asesinatos en ese estado.

Rosales fue capturado por el Ejército en Morelia, el 28 de octubre de 2004. Hoy, de 51 años de edad, envejece en la cárcel federal de Puente Grande, en Jalisco.
Después de la captura de El Tísico, dos de sus lugartenientes, Nazario El Chayo Moreno González y José de esús El Chango Méndez Vargas, asumieron el control de La Familia. Una de sus primeras decisiones fue terminar la relación que su organización tenía con El Golfo y Los Zetas para poder dominar el narcotráfico en Michoacán.

De 2006 a 2011 La Familia actuó agresivamente en Michoacán. De acuerdo a diversas fuentes promovió y financió a políticos que le daba protección al tiempo que obligó a que quienes se le oponían renunciaran a sus cargos o abandonaran el estado.





En diciembre de 2010, el entonces secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, anunció que El Chayo había muerto al enfrentarse con las autoridades. Después, a mediados de 2011, el mitómano y mentiroso individuo que de 2006 a 2012 fue el secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, Genaro García Luna, presumió que el cártel había dejado de existir después de que El Chango Méndez fuera arrestado por la Policía Federal en una carretera de Aguascalientes.
Hoy sabemos que El Chayo no murió entonces, que Calderón y su gobierno inventaron su muerte y que fue hasta el 8 de marzo de este año cuando por fin perdió la vida en Tumbiscatío al enfrentarse a las autoridades.


También sabemos que a fines de 2010 o principios de 2011, La Tuta, junto con dos líderes de La Familia, Enrique El Kike Plancarte Solís y Servando La Tuta Gómez Martínez, fundaron una nueva e igualmente violenta y sanguinaria organización delictiva llamada Los Caballeros Templarios y que La Familia quedó en manos de El Chango Méndez.

Todo lo que he anotado arriba nos dice que La Familia, primero, y Los Templarios, después, actuaron y se volvieron prósperos durante las administraciones de 10 gobernadores michoacanos: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (1980-86), Luis Martínez Villicaña (1986-88), Genovevo Figueroa Zamudio (1988-92), Eduardo Villaseñor Peña (1992), Ausencio Chávez Hernández (1992-96), Víctor Manuel Tinoco Rubí (1996-2002), Lázaro Cárdenas Batel (2002-08), Leonel Godoy Rangel (2008-12), Fausto Vallejo Figueroa (2012 a la fecha) y Jesús Reyna García (Interino de Vallejo en 2013). Todos ellos priístas, excepto los perredistas Cárdenas Batel y Godoy Rangel.

Es muy probable que El Tísico, El Chayo, El Chango, El Kike, la Tuta y otros mandos menos importantes de los cárteles mencionados actuaron y siguen actuando en contubernio con muchos funcionarios municipales y estatales de Michoacán. Que durante casi un cuarto de siglo han operado gracias a la protección que han recibido de quién sabe cuántos integrantes de los poderes ejecutivo, judicial y legislativo de ese estado.

Durante casi 25 años, 10 gobernadores de Michoacán permitieron que La Familia y Los Templarios se apoderaran de ese estado. Supuestamente no sabían lo que ocurría e ignoraban que narcos, secuestradores, extorsionadores, tratantes de personas, asesinos y otros criminales tenían en su nómina a muchos de sus subordinados o funcionarios de los otros dos poderes.

En conclusión, Michoacán ha sido gobernando por 10 hombres que durante su tiempo en el cargo fueron ineptos, ingenuos o imbéciles. O las tres cosas al mismo tiempo. O protectores de los criminales.




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