Nuestro país ha transitado por un camino muy difícil, lleno de grandes obstáculos, poderosos intereses y de algunas traiciones, muy dolorosas, de sus propios ciudadanos. Si nos pusiéramos a recordar acontecimientos pasados que han afectado a nuestra querida patria, la lista sería muy larga y, aun reconociendo que el pasado nos ayuda a comprender el presente, el sacar a relucir algún suceso o noticia de muchos años atrás, lógicamente, obedece a uno o varios motivos, justificados o no y, al mismo tiempo, afortunadamente, en este caso, nos permite valorarlo nuevamente, al haberse ya recopilado información adicional al respecto.
Se trata de un artículo publicado el 23 de febrero de 1997 (¡hace 17 años!), elaborado por dos periodistas norteamericanos que trabajaban en el New York Times (Sam Dillon y Craig Payes), en el cual vinculaban a los gobernadores de Sonora y Morelos con el narcotráfico; aparentemente, el haberse concedido, recientemente, el premio Pulitzer a los autores de dicha noticia (aunque no por la misma), ha servido de pretexto para que la destacada periodista Denise Dresser vuelva a revivir la acusación de referencia, en varios de sus últimos artículos, pretendiendo que el gobernador de Sonora de ese tiempo, Manlio Flavio Beltrones aclare, nuevamente, la acusación de su supuesta relación con el narcotraficante Amado Carrillo Fuentes.
La benevolencia de este foro, al permitir expresarnos por escrito en este espacio, sin ser articulistas ni, mucho menos, escritores, la estoy a provechando para refutar lo que podemos clasificar como simples sospechas sobre el ex gobernador Beltrones, nunca debidamente fundamentadas y sí, posteriormente, demostrada ampliamente su falta de consistencia.
Haciéndole eco a Denise, uno de los dos periodistas, Craig Payes, publicó en este espacio, su versión sobre el particular.
Lo más importante para juzgar dicho artículo es, desde luego, conocerlo, a continuación proporciono su link:
http://www.nytimes.com/1997/02/23/world/drug-ties-taint-2-mexican-governors.html?scp=2&sq=Manlio+Fabio+Beltrones&st=cse&pagewanted=all
Se trata de un artículo muy largo pero, quien lo lea detenidamente no encontrará en ninguna parte del mismo ningún hecho que pruebe el supuesto vínculo de los dos gobernadores con los narcos; aunque se refieren a “pruebas” de fuentes “muy confiables”, lo único que presentan son sospechas y conjeturas de fuentes desconocidas pues, a ninguna de ellas la identifican. En el mismo se reconoce que su contenido no es suficiente para presentarlo en un juicio pues, no importa el nombre que le asignen a sus “pruebas”, con el objeto de impresionar, jurídicamente se catalogan como simples sospechas. En resumen, dicho artículo, como comprobación de una relación con el narco, es decepcionante.
Para el colmo, tan solo un mes después de su publicación (el 20 de marzo de 1997), Sam Dillon (uno de los dos autores), escribió otro artículo, en donde asegura que EU criticó México por haber fallado en la incautación de más de 160 millones de dólares, producto de la droga, que ellos creen los narcotraficantes depositaron en bancos mexicanos. El vínculo es:
http://www.nytimes.com/1997/03/20/world/us-scolds-mexicans-over-drug-money.html
Es evidente que el artículo persigue objetivos similares, criticar la eficacia del combate a la droga en México pero, en parte de su texto dice lo siguiente:
“Because Administration officials kept the fate of the operation quiet for days after Mexico acknowledged confiscating only $16 million, Sandra Salmon, the American consul in Sonora, wrote a letter on March 7 congratulating Sonora's Governor, Manlio Fabio Beltrones, for cooperating in what she described as a splendid accomplishment.
Aides to Mr. Beltrones made a copy of the letter available. The letter says the Governor helped identify the suspect accounts, resulting in the seizure of more than $100 million”.
La pregunta obligada sería: ¿Cómo es posible que dicho reportero reproduzca una felicitación a Beltrones por una acción completamente contraria a su suposición del mes anterior?, ¿Se mordería la lengua?
El reportero Craig Pyes, en su artículo reproducido en este espacio, niega que la PGR haya investigado a Beltrones pero, o no sabía, o no le conviene darse por enterado de la situación en nuestro país en ese tiempo, la cual, nosotros sí conocemos o, cuando menos, deberíamos conocer.
En 1991 Beltrones fue postulado como candidato del PRI a la gubernatura de Sonora, resultando electo y tomó posesión de su cargo en octubre del mismo año. El Presidente era Carlos Salinas de Gotari y, como todos sabemos, el Presidente “seleccionaba” a los candidatos a gobernadores y su sucesor en la presidencia, en consecuencia, Beltrones pertenecía a su grupo cercano de colaboradores.
El primero de diciembre de 1994, inició su sexenio Ernesto Zedillo quien, como veremos, entre otras cosas, se distinguió por su combate a las drogas y por investigar y encarcelar a quienes colaboraban con los narcotraficantes.
No se tentó el corazón para que, tan solo unos meses después de ocupar su cargo (en marzo de 1995), fuera arrestado el hermano del Presidente anterior, con cargos de asesinato y enriquecimiento ilícito siendo, posteriormente, encarcelado.
El general de División José de Jesús Gutiérrez Rebollo fue nombrado en 1996 como Jefe del Instituto Nacional para el Combate a la Drogas, teniendo acceso a la inteligencia mexicana y la proporcionada por los EE.UU. Al haber rumores de que se había cambiado a un departamento más caro de lo que podía pagar con sus ingresos, la PGR lo empezó a investigar, y al comprobar sus nexos con los narcos fue despedido, a principios de 1997, juzgado y condenado a 40 años de prisión.
Ya con estos antecedentes podríamos asegurar, sin lugar a dudas que, al publicarse el artículo de referencia, Beltrones sería investigado y encarcelado si se le demostrara su relación con el narco. La investigación se confirma con el reporte 333/98, dado a conocer en conferencia de prensa el 9 de diciembre de 1998, que reproduzco en su totalidad por ser difícil el acceso al vínculo correspondiente y por lo importante de su contenido:
Boletín 333/98 de la PGR
El día de hoy, dos periódicos mexicanos de circulación nacional publicaron notas en las cuales refieren que los ex gobernadores Manlio Fabio Beltrones y Jorge Carrillo Olea son investigados por lavado de dinero. A este respecto la Procuraduría General de la República precisa lo siguiente:
1. En ninguna instancia de la Procuraduría General de la República, incluidas la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Salud y la Unidad Especializada contra la Delincuencia Organizada, existen averiguaciones previas iniciadas en contra de los citados ex gobernadores por el delito de lavado de dinero.
2. Ningún funcionario o empleado autorizado de la Procuraduría General de la República ha declarado que existan indagatorias por el delito de lavado de dinero en contra de los señores Beltrones y Carrillo Olea, sencillamente porque éstas no existen.
3. La investigación realizada respecto de estos dos ex gobernadores se originó por las sendas denuncias presentadas por ellos mismos ante la Procuraduría General de la República, en torno a la probable comisión de los delitos de difamación y de calumnias, en ocasión de la publicación el 23 de febrero de 1997, de un artículo firmado por los periodistas Sam Dillon y Craig Pyes, en el periódico The New York Times.
4. Como se dio a conocer por boletín de prensa de la Procuraduría General de la República de fecha 4 de octubre de 1997, se determinó en relación a esas denuncias que no se encontraron los elementos legales para proceder penalmente contra los periodistas señalados. También se señaló, respecto de los señores Beltrones y Carrillo Olea que no existían pruebas válidas, ni elementos de conclusión bastantes que permitieran acreditar su participación en hechos delictuosos como los que se mencionaron en la citada nota periodística.
5. Por otra parte, durante el encuentro que el Procurador General de la República tuvo el día de ayer con distintos medios de comunicación, en el estacionamiento del Palacio de los Deportes, en ningún momento señaló que el gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, sería llamado a comparecer nuevamente ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Salud.
El Procurador General de la República textualmente dijo: "Es parte de toda la investigación que tenemos a partir del sellamiento de la Península de Yucatán, como lo explicamos en el boletín, pero eso no quiere decir que el señor gobernador (Villanueva) no se haya presentado voluntariamente a hacer una declaración. Sí, efectivamente, fue, hizo la declaración, la investigación sigue su curso, todavía no se ha determinado, y de este tema no hablaremos hasta que la averiguación sea conforme a derecho determinada". La Procuraduría General de la República cuenta con la grabación íntegra de la citada entrevista.
6. Se insiste que respecto de este último caso, por tratarse de una investigación en curso, no se hará comentario alguno hasta que ésta concluya y se determine conforme a derecho
Independientemente de haber quedado plenamente demostrado que el reportero Craig miente, en esas fechas, ya se estaba investigando al gobernador de Quintana Roo. Ante las pruebas encontradas posteriormente, se suponía que lo iban a detener en el momento en que entregará el cargo pero desapareció dos días antes y estuvo prófugo por varios años, hasta que fue apresado y, posteriormente deportado.
Por consiguiente, el ser gobernador no le hubiera servido a Beltrones, si en la investigación que le hicieron se hubieran encontrado pruebas de algún delito.
Por si fuera poco, en un libro, de un escritor norteamericano, se demuestran no solo las inconsistencias de las “pruebas” en contra de Beltrones, en el artículo de referencia, sino, además, la falsedad de las mismas:
No Accuser, nor Crime, but You're Guilty Paperback –
January 1, 2001
by Keith Rosenblum (Author)
The New York Times published a series that depicted
Mexico steeped in narcotics-based corruption, which won the 1998 Pulitzer
Prize. One of the articles, based almost entirely on anonymous sources and
supposed information from US law enforcement, said that Gov. Manlio Fabio
Beltones of Sonora, was collaborating with Amado Carrillo Fuentes, Mexico's
premier drug trafficker. In this text, Rosenblum analyzes the Times text
word-for-word and points out lies, deliberate deceptions and innuendo in the
story. Rosenblum explains, in understandable language, how arguably the world's
most influential print publication sacrificed norms of journalistic integrity
in a story about a foreign official.
El título del libro no podía haber sido mejor escogido pues, no existieron acusadores, ni delito pero, Beltrones fue considerado culpable.
Después de esta larga exposición de la información que existe sobre el artículo de los dos reporteros norteamericanos, considero que ha quedada debidamente demostrada la inconsistencia de sus acusaciones.
Por otro lado, si para un simple ciudadano ha sido posible recopilar la información presentada, con mayor razón lo es para una comunicadora profesional, como Denise Dresser, en consecuencia, la explicación pedida a Manlio Flavio Beltrones respecto a la acusación de estar relacionado con el narco, sospecho (ya que están de moda las sospechas) que persigue otros fines muy diferentes a la búsqueda de la verdad.
Un cordial saludo.
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