Los ojos de los mercados financieros, de los círculos empresariales y también del mundo político estarán puestos el próximo viernes en el anuncio conjunto que harán la Secretaría de Hacienda y el Banco de México sobre si recortan la cifra proyectada para el crecimiento del PIB en 2014. Una disminución del 3.9% proyectado por el gobierno federal para este año significaría el reconocimiento de las autoridades de que la economía no marchó bien en el primer trimestre del año y que, “recesión”, “desaceleración” o “estancamiento”, impedirá alcanzar la meta de crecimiento por segundo año consecutivo en esta administración.
El anuncio que harán el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, pondrá fin al debate y la polémica que se ha generado entre el optimista discurso oficial, sostenido por el presidente y su titular de Hacienda de que “la economía marcha bien”, y las opiniones de instituciones autónomas como el INEGI o de analistas privados y del sector financiero que afirman que la caída de los principales indicadores económicos en febrero marcaron una pauta negativa que afectará el crecimiento de la economía en el primer semestre del año y, aunque reconocen signos de recuperación para la segunda mitad de 2014, piden que se reconozca la caída productiva y se tomen medidas para recuperarla.
Será con base en el comportamiento del PIB en el primer trimestre, medido por el Banco de México, que Hacienda determinará si reduce o no la expectativa de crecimiento. Entre los analistas financieros ya se habla de un recorte de casi un dígito: de 3.9 a 3%, lo que en términos económicos y políticos sería un duro revés para la administración Peña Nieto y su política económica que habría fallado por segunda ocasión en lo que va de su sexenio en las proyecciones de crecimiento del país.
Y aunque está claro que la decisión que se tome este viernes será totalmente técnica y basada en indicadores oficiales, medibles y específicos, las repercusiones de una decisión de reducir el crecimiento serían más políticas que técnicas. Hay quienes piensan que un anuncio como este podría significar el fin para el secretario Luis Videgaray, quizás el hombre de mayor confianza de Peña Nieto que, sin embargo, podría entrar en la ruta de un relevo próximo ante las fuertes presiones que enfrenta el presidente en materia económica.
Porque hasta ahora el costo de las dificultades económicas y de los nulos resultados que ha dado la política económica trazada desde Hacienda lo ha pagado en buena parte el presidente, cuya popularidad no sólo ha descendido a niveles de 37% en el segundo año de gobierno, sino que los efectos de la falta de crecimiento han golpeado también a su partido, el PRI, que registra, a un año de la elección intermedia parlamentaria, un fuerte retroceso en la intención del voto que podría llevarlo a perder su condición de partido mayoritario en la Cámara de Diputados en las votaciones de julio de 2015.
A la presión política se añade la presión del empresariado que ha rechazado el discurso oficial de que “la economía marcha”, y ha advertido señales de “recesión”, como lo hicieran en abril el Consejo Coordinador Empresarial, la Coparmex y el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado que pidió “que la autoridad hacendaria acepte la situación en la que se encuentra la economía mexicana, que incluso el INEGI registró en ruta hacia la recesión, y emprender acciones para fortalecer la expectativa de que el entorno económico mejorará notoriamente en la segunda mitad del año”.
Veremos pues que ocurre el viernes con el esperado anuncio sobre la revisión del crecimiento y qué repercusiones tiene en la conducción económica del país. Si como dice el gobierno “la economía evoluciona en la dirección correcta”, entonces no habría por qué modificar la meta del 3.9%; pero en el caso contrario tal vez los signos de recuperación que hoy celebran en Hacienda y en Los Pinos no alcancen para cumplir, otra vez, lo que ofrecieron crecer en este año.
NOTAS INDISCRETAS…Por la oficina del secretario de Gobernación siguen desfilando, en grupos y por regiones, los delegados federales de todas las dependencias. El mensaje para los funcionarios es en tono de regaño y a varios de ellos les han leído la cartilla porque “trabajan más para su gobernador, que para transmitir el programa y el mensaje del presidente Peña Nieto”. Al terminar ese desfile varios quedarán advertidos y es posible que desde Bucareli se decidan algunos cambios en las delegaciones federales…El dato comienza a escucharse con insistencia en el mundo empresarial: que ya hay “favoritos” en el gobierno para venderles Oceanografía una vez que concluya el concurso mercantil en el que se encuentra la mayor contratista de PEMEX. Y el apellido que se menciona para quedarse con el millonario negocio es de sobra conocido por los “cachorros de la Revolución”, la familia Alemán. Eso hace que algunos empresarios ya cuestionen que si se toma una decisión de ese tipo, este gobierno “hará multimillonarios a los millonarios”…Los dados mandan Escalera. Bueno el tiro…
Leído en http://www.24-horas.mx/crece-presion-sobre-hacienda/
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