QUIENES DUDABAN de la reconciliación entre el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, y su antecesor, Fidel Herrera, pueden ir dándola por hecha, pues ya hasta tuvieron una primera junta de trabajo.
TAMBIÉN acudieron el secretario de Gobierno estatal, Érick Lagos; el titular de Comunicación Social, Alberto Silva, y -¡tilingo lingo!- el de Desarrollo Social, Jorge Carvallo.
LA LISTA de invitados inquietó a los sospechosistas, pues temen que la reencontrada unidad tricolor no sea para sumar fuerzas por los veracruzanos, sino para ponerle proteína a la causa priísta rumbo a 2015.
DESCONFIANZA nada descabellada si se toma en cuenta que, hace apenas un año, Duarte fue acusado de encabezar una red para desviar recursos de programas sociales en favor del PRI.
VAYA que, como dirían los refraneros del puerto: “Del odio al amor hay sólo... unos miles de votos”.
MIENTRAS en el PRD se la pasan sumando y tratando de multiplicar para calcular el reacomodo en sus filas tras el registro de Morena, dicen que en el PT sólo les salen las restas y las divisiones.
TODO PORQUE Alberto Anaya no acabó bien con Andrés Manuel López Obrador después de que las alianzas electorales de 2006 y 2012 lo salvaron de perder el registro y sus suculentas prerrogativas.
SEGÚN ESTO, la relación está congelada desde que el petista alzó la voz y se negó a ceder el registro de su partido para que AMLO fundara el suyo.
ASÍ QUE, si las elecciones del próximo año serán un examen para el tabasqueño, para Anaya serán una auténtica prueba de fuego.
EL PRIMERO querrá demostrar hasta dónde puede llegar sin sus viejos compañeros, y el segundo, que está listo para hacer “un solito, un solito”... sin irse de boca.
YA ENTRADOS en mermas, habrá que estar atentos de lo que suceda en la fracción de Movimiento Ciudadano en San Lázaro, donde tienen infiltrada una “morena”.
SE TRATA de la diputada Luisa María Alcalde, quien ocupa una curul por el partido aguileño, pero dirige el sector juvenil del lopezobradorismo y hasta fue la imagen de los promocionales televisivos.
NO TARDA en que se le borre el -poquísimo- tono naranja que tiene y recobre... su bronceado natural.
TODAVÍA NO acaba la polémica por el baile trágico en Ecatepec y una nueva podría estar en puerta: los secuestros exprés orquestados... ¡por uniformados!
DICHO POR las propias víctimas, cuatro aparentes policías municipales en una patrulla detienen a conductores solitarios argumentando un “operativo de rutina”.
ACTO seguido, los asaltan y los llevan, de cajero en cajero y entre golpe y golpe, a retirar efectivo.
ESO SÍ, les dicen a sus víctimas que son integrantes de La Familia Michoacana que robaron el vehículo oficial.
SI EN EL TERRUÑO del gobernador Eruviel Ávila el hampa puede hurtar patrullas como caramelos y usarlas para asaltar, malo.
Y SI son policías que dobletean como secuestradores... ¡peor!
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