Ninguno de los nueve estados que elegirán gobernador en 2015 será tan disputado ni tan codiciado por los partidos como Nuevo León. El industrioso estado norteño es, en el panorama electoral local del próximo año, algo así como “la joya de la corona”, una entidad estratégica tanto para el PRI como para el PAN por su abultado padrón de votantes, el tercero en tamaño a nivel nacional, pero también prioritario para el presidente Enrique Peña Nieto porque el centro financiero de Monterrey será un enclave estratégico para el arranque y la consolidación de su reforma energética.
No es gratuito que en Nuevo León se esté librando una cerrada batalla por el posicionamiento político y mediático de una enorme cantidad de aspirantes a la gubernatura. Además de los políticos del PRI y el PAN que figuran en las encuestas de intención del voto, hay también un importante movimiento de la sociedad nuevoleonesa por impulsar una “candidatura independiente” que abandere un proyecto ciudadano fuera de los dos partidos políticos que se disputan el poder, por lo que el estado puede convertirse en el primer laboratorio nacional de las nominaciones independientes que se estrenan por primera vez en el país en 2015.
Un vistazo a las encuestas que se conocen en el estado y a otras que manejan internamente los partidos, sigue arrojando una ventaja considerable de la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes, que supera con mucho a cualquier otro aspirante en niveles de conocimiento y popularidad. Sin embargo, cuando los sondeos evalúan otras variables como la “experiencia política” o la “trayectoria e imagen”, el tema se pone más parejo y hay al menos dos aspirantes del PRI que alcanzan en esos rubros a la alcaldesa panista: una es la senadora Cristina Díaz, dirigente nacional de la CNOP priista, y el otro el secretario de Economía del gobierno federal, Ildefonso Guajardo.
El tema de la popularidad de Arellanes ha prendido focos rojos en el PRI, sobre todo porque no han podido desgastar la imagen de la presidenta regia aún con varias campañas para golpearla; sin embargo la estrategia del PRI está yendo ahora a buscar posicionar a sus precandidatos no sólo en el tema de la imagen, donde saben que hasta ahora domina Margarita, sino en el de la capacidad y la experiencia de gobierno, sobre todo en dos sectores estratégicos que definen la votación en los comicios de Nuevo León: el primero la clase media del estado, el sector mayoritario de votantes, y el segundo, por su enorme influencia, el poderoso sector empresarial regiomontano.
La estrategia del PRI ha comenzado con cabildeos entre los influyentes hombres de negocios de Nuevo León, a quienes se ha consultado sobre las distintas opciones que tiene su partido. Además de Ildefonso Guajardo, a quien conocen muy bien los empresarios regios que se entienden con él, está la experiencia de la senadora Cristina Díaz, la única priista en ganar el municipio de Guadalupe en los últimos años, la joven senador Ivonne Álvarez, con una imagen fresca, además de la otra senadora priista Marcela Guerra y el diputado Jorge Mendoza.
Aunque hay versiones que aseguran que los empresarios de Nuevo León ya le dieron su apoyo al titular de Economía, Alfonso Guajardo, y que incluso se lo dijeron al presidente Peña Nieto, en el PRI se afirma que no hay aún una decisión tomada con respecto a quién será el candidato del partido gobernante. Nadie duda a estas alturas que esa decisión la tomarán en Los Pinos, a más tardar en el mes de octubre, pero lo que no está claro aún es cuáles serán los criterios que llevarán a elegir al abanderado priista.
Si la cercanía con el Presidente y el reconocimiento de los empresarios es el criterio, Guajardo lleva mano, aunque al secretario de Economía se le cuestiona “ser un buen estadista, pero no un buen político de campaña”. Y si lo que el PRI necesita, llegado el momento, es a un candidato o candidata que asegure el triunfo contra un PAN que también apostará todo por ganar el estado, ya sea con su candidata más popular, Margarita Arellanes, o con un panista combativo como Mauricio Fernández, entonces la decisión priista tendría que ser diferente y cobran fuerza otros aspirantes. El otro factor es qué tanto dejarán influir u opinar al gobernador Rodrigo Medina que al final tiene el control político y también tendrá sus aspirantes.
En todo caso estamos a escasos dos meses de que se tomen las definiciones en Nuevo León. Y las preguntas en el aire son: ¿Peña Nieto privilegiará al miembro de su gabinete o, pragmático como es, sacrificaría a Guajardo si necesita a un candidato o candidata más fuerte para enfrentar al PAN? ¿Los panistas se guiarán sólo por la popularidad de Margarita Arellanes o se dividirán con otros blanquiazules que piden también considerar “experiencia” y “valores” a su partido? ¿Qué tanto crecerá el “movimiento independiente” en Nuevo León y qué fuerza tendría una “candidatura ciudadana” como la que buscan importantes sectores de la sociedad nuevoleonesa?
Leído en http://www.24-horas.mx/serpientes-apuntes-del-2015-nuevo-leon/
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