lunes, 29 de septiembre de 2014

Denise Dresser - Terrenos Tóxicos

En México hoy hay más en juego que 40 millones de litros de sustancias tóxicas tiradas al río en Sonora. Hay más ante lo cual indignarse que el comportamiento criticable de una empresa. Lo que ha pasado en Cananea evidencia de la toxicidad de nuestro sistema económico, en el cual tantas compañías hacen lo que quieren – expoliar, explotar, contaminar, abusar – ante la pasividad o la complicidad del Gobierno. Operan al margen de la ley o la ignoran.
 
Lastiman el medio ambiente sin pagar una sola consecuencia por ello. El sui generis capitalismo mexicano lo alienta, lo permite, lo arropa. Las necesidades del gran capital por encima de la protección a la población. El bienestar de Germán Larrea por encima de los desastres que su actividad empresarial ha provocado. El arropamiento al multimillonario por encima de los derechos de miles de mexicanos.
 
 
 
 
 
 
 

El multimillonario misterioso, enigmático, reclusivo, como lo señala Dolia Estévez en el artículo  – “A Rare Glimpse of Mining Mogul Germán Larrea, Mexico´s Most Mysterious Billionaire – publicado recientemente en la revista Forbes. El segundo hombre más rico del País, pero cuya faz es casi completamente desconocida en el ámbito público. Viaja, come en restaurantes, opera de incógnito. Pero de pronto su apartamiento, su retiro, parece estar llegando a su fin. Por la fotografía que circula de él, hablando con Enrique Peña Nieto. Por las investigaciones que han comenzado a surgir debido a los problemas legales que enfrenta en Estados Unidos -- por temas de violación de contratos -- y cómo se ha rehusado a testificar al respecto. Por la escandalosa contaminación de los ríos Sonora y Banuchi. El peor desastre ecológico en la historia del País.


Desastre ante el cual Larrea ni siquiera ha salido a disculparse. Desastre ante el cual Grupo México inicialmente resistió peticiones del Gobierno para invertir en la limpieza de la zona. Y luego – a regañadientas – aceptó pagar 150 millones de dólares para atender los daños ambientales y humanos. Una bicoca para uno de los productores de cobre más grandes del mundo, que el año pasado obtuvo 9.3 mil millones de dólares en ganancias.  Una limosna ofrecida por un hombre cuya fortuna personal está calculada en 14.9 mil millones de dólares. Un arreglo aceptado por el Gobierno mexicano, el cual ni impuso sanciones ni tomó acción legal ante una calamidad que ha asolado a miles de sonorenses. Un arreglo que le permitirá a Germán Larrea participar en la licitación de los nuevos canales de television que estarán a la venta próximamente. Otro generoso espaldarazo gubernamental, en lugar de una respuesta sancionadora en nombre de los afectados.

Porque esa es la relación entre el Gobierno de México y los magnates que empodera. Que protege. Que escuda. Que no toca ni con el pétalo de una recriminación la debacle de Pasta de Conchos o la destrucción ambiental. Panistas y priístas permitiendo el ascenso de un contratista y un concesionario minero que ha crecido al amparo del poder público. Germán Larrea como tantos más, beneficiarios de privatizaciones y concesiones que permiten el enriquecimiento personal a costa de los consumidores. Intentando limpiar su reputación con el Dr. Vagón o Tren de la Salud – 11 vagones con laboratorios, consultorios, farmacia y comedor – cuyos promocionales en los cines lo califican como “uno de los muchos esfuerzos de Grupo México y Ferromex para apoyar la salud en comunidades marginadas”. Mientras destruye el medio ambiente en otras. Mientras ofrece sólo 2000 pesos por persona a los afectados en la ribera de los ríos que ha vuelto tóxicos.

Tan tóxicos como el sistema económico en el cual ser un ciudadano que padece la mala conducta de una empresa es vivir sin voz. Es vivir como un hombre invisible o una mujer sin rostro. Y en el caso de daños ambientales de la mina pertenciente al Grupo México presenciamos un esfuerzo gubernamental encaminado a cobijar al cuate en lugar de demandar que rinda cuentas y pague daños y enfrente sanciones. Por ello se agradece la valentía de la ascociación civil “Acciones Coletivas de Sinaloa A.C.” y su abogado Luis Manuel Pérez de Acha, por la demanda que han presentado contra el Grupo México. Para asegurar la reparación del daño ambiental. Para que se implementen medidas preventivas y evitar daños futuros. Para que la empresa pague una indemnización justa de acuerdo a la afectación. Para que alguien en este País emprenda la defensa legal de los consumidores y limpie los terrenos tóxicos que Germán Larrea y sus amigos en el Gobierno han arado juntos.





Leído en http://www.am.com.mx/opinion/leon/terrenos-toxicos-12195.HTML

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, sean civilizados.